La empresa Juliet Marine Systems ha desarrollado el que, según esta compañía, será el buque de la Armada del futuro.
Con el nombre de ‘Ghost’,
el vehículo ha sido específicamente diseñado para minimizar las
turbulencias creadas por las olas, gracias a unos pontones cuyas formas
las cortan. De hecho, el módulo central puede ser levantado para
sortearlas.
Estas soluciones para sortear las olas
contribuyen a la precisión del buque cuando de lo que se trata es de
alcanzar un objetivo, ya que proporciona una plataforma más estable.
También es un objetivo del Ghost pasar totalmente desapercibido en los radares, de forma que se pueda utilizar para tareas de infiltración y vigilancia de áreas enemigas. Algo en lo que ayuda que pueda resistir hasta treinta días sin repostar combustible.
El
Ghost se desplaza a través del agua gracias a dos motores que rodean
con gas toda la estructura del buque que permanece sumergida. Este
sistema reduce la fricción y aumenta la estabilidad.
Las cápsulas que contienen a los torpedos sirven a su vez para que el buque se deslice por la superficie del agua,
como si el Ghost ‘esquiara’ en el mar.
Bastan tres personas para operar
el Ghost: Un piloto, un oficial de armas y un ingeniero, pero puede
llegar a acomodar una tripulación de hasta 18 hombres.
Juliet Marine Systems está decidida a producir y vender el Ghost, para lo que ya ha entrado en contacto con el Pentágono.
Su mayor obstáculo pueden ser los 10 millones de dólares (unos ocho
millones de euros) que piden por el buque, en un tiempo de ajustes para
todas las Fuerzas Armadas.
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