La empresa estadounidense
Nammo Talley se ha adjudicado un contrato por valor de 63 millones de
dólares para el suministro al Ministerio de Defensa de Israel de un
número no precisado de lanzacohetes desechables del tipo M72 LAW (Light
Anti-Tank Weapon).
El contrato ha sido publicado por la Agencia de
Cooperación de Defensa y Seguridad estadounidense (DSCA) tras producirse
la solicitud oficial por parte Israel, empleándose para el pago los
créditos privilegiados FMS (Foreign Military Sales).
Los cohetes serán de varios tipos si
bien no se ha especificado la cantidad y variedad de estos, aunque
consultando el catálogo del fabricante se puede comprobar que el
veterano M72 se fabrica en versiones con penetrador mejorado, con
efecto de aplastamiento, con cabeza sin explosivos, modificado para
poder ser disparado desde espacios cerrados o con cabeza pre-fragmentada
anti-personal.
Esta noticia no sería llamativa si no
fuera porque son varias las empresas de defensa israelíes que fabrican
competidores directos de este lanzacohetes desechable. Desde el B-300 y
el Shipon de IMI pasando por los nuevos desarrollos de Rafael como el
Spyke SR o Spyke Lite o las municiones de demolición especializadas de
la familia Matador también de Rafael.
Esta compra se explicaría por dos
motivos. Por un lado el Ministerio de Defensa israelí habría decidido
extender el uso de cohetes desechables entre sus tropas como medio de
uso general contra diversos objetivos propios del combate urbano, más
allá de que el M72 haya perdido su valor como arma anticarro frente a
los modernos sistemas de blindaje.
De esta manera se dejarían para
objetivos específicos las armas más especializadas de fabricación
israelí, también más pesadas y más caras.
El otro factor explicativo
sería precisamente este último, el coste de adquisición y es que el
mecanismo de créditos privilegiados FMS está ampliamente extendido en
Israel ya que un porcentaje de las ayudas concedidas por el Gobierno
estadounidense deben ser empleadas en la compra de material
estadounidense o que aun siendo de origen israelí, haya sido
mayoritariamente fabricado en Estados Unidos.
Esta política financiera
está detrás de muchas decisiones de adquisiciones de equipamiento
militar israelí aun cuando el país dispone de una gran base industrial
con tecnología de primera línea.
(J.N.G.)
defensa.com
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