Australia no ha
sido ajena al rearme que atraviesa la región de Asia-Pacífico. El
Gobierno ha elevado progresivamente su gasto en Defensa desde 2011,
apuntalado con una altísima inversión destinada a la adquisición de
armamento y al refuerzo de su industria local para poder equipararse a
países como Japón y Corea del Sur a nivel militar.
Australia mantiene una inversión
prevista de unos 20.000 millones de dólares en la adquisición de
sistemas de defensa solamente hasta el año 2020. A la cabeza de estos
programas de armamento se sitúa la compra de 72 cazas F-35 valorados en
12.400 millones de dólares, junto a 8 aviones de vigilancia marítima
P-8A “Poseidon”, que ascienden a 4.000 millones de dólares y que
entrarán en servicio en 2017.
También se equipará a la Royal Australian Navy con el UAVs MQ-4C “Triton”, en un contrato valorado en unos 3.000 millones de dólares. El país se ha confirmado como el séptimo mayor importador de armamento del mundo tras incrementar sus compras un 83% entre 2008 y 2013.
Mención especial merece igualmente la incorporación de los buques LHD Camberra y Adelaide de la española Navantia.
En el horizonte también aparece un nuevo acuerdo de cooperación y seguridad con Japón. Asimismo, el Gobierno australiano habría sentado las bases para crear un nuevo escudo antimisiles en Asia junto con EEUU.
El presupuesto de Defensa, que ya asciende a 27.100 millones de dólares, crecerá un 6% en el año fiscal 2014-2015, lo que sitúa a Australia como decimotercera potencia militar a nivel mundial.
Según el ejecutivo
liderado por Tony Abbot, el objetivo es que la inversión en Defensa del
país represente el 2% del PIB durante la próxima década. Al igual que
está haciendo su aliado Estados Unidos, la nueva política exterior
girará en torno al Pacífico y al enfrentamiento contra el expansionismo
chino.
Australia quedaría más cerca presupuestariamente de algunas de las potencias de la región en gasto militar, viendo la inversión en Defensa de 2013 quedaría sólo por detrás de Corea del Sur (33.000 millones de dólares)y Japón (casi 49.000 millones) y a una enorme distancia de China (132.000 millones).
Ninguno de estos países prevé una restricción en esta partida, más bien al contrario: se estima que la inversión de los aliados de EEUU en toda la región se incremente un 55% tan sólo hasta 2018 y Australia será uno de los principales responsables de este fuerte repunte, que lo sitúa como una emergente potencia militar en Asia-Pacífico.
J.Martínez
defensa.com
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