En las últimas horas
buques de la flota rusa del Pacífico han atravesado el canal de Suez
rumbo hacia el puerto de Limasol, en el sur de Chipre. Según ha
informado la agencia de noticias rusa RIA Novosti, el capitán Román
Mártov ha ratificado la entrada de un destacamento de buques de la flota
del Pacífico en aguas mediterráneas, entre los que estaría el
destructor anti-submarino “Admiral Panteleyev”, el petrolero “Pechenga” y
los buques de desembarco “Peresvet” y “Admiral Nevelskói”. Estos navíos
habrían zarpado el pasado 19 de marzo del puerto ruso de Vladivostok.
La noticia corrobora lo que aventuró la pasada semana el jefe de la
Armada, Víctor Chirkov, a esta misma agencia de noticias, quien confirmó
que hasta 5 o 6 buques de guerra rusos iban a entrar en el mar
Mediterráneo.
El almirante también destacó que no podrán contar con la presencia de
los “Mistral”, portahelicópteros anfibios que se
adquirieron a Francia por 1.200 millones de euros y que no estarán
disponibles hasta finales de 2014 o principios de 2015. Además, Chirkov
subrayó que este destacamento militar también servirá para proteger
intereses en el Atlántico y en Índico, sobre todo relacionados con la
piratería. Rusia vuelve así a instalar un destacamento militar en aguas
mediterráneas con el objetivo de proteger intereses en la región,
después de su retirada tras la caída de la URSS, que llegó a congregar
hasta 50 buques de guerra en la zona durante la Guerra Fría.
Estos nuevos movimientos se suman a los ya iniciados a principios de este año, cuando la Fuerza Naval rusa desplegó en Tartus (Siria), la base rusa en el mar Mediterráneo, los grandes navíos de la Flota del Mar Negro “Saratov” y “Novocherkassk”, ambos con gran capacidad para transportar vehículos de combate. También desembarcaron los buques “Azov”, el crucero portamisiles “Moskva” o el navío “Kaliningrado”, de la flota del Báltico. En ese momento, la causa principal era la puesta en marcha de las mayores maniobras militares llevadas a cabo en los últimos años por Rusia, en las que participaron sus cuatro flotas: la del Báltico, la del Mar Negro, la del Pacífico y la del Norte. Durante estos ejercicios, se ejecutaron pruebas de guerra antisubmarina, cruceros de misiles guiados, fragatas de guardia y naves de desembarco y apoyo. Esta presencia naval les aseguraba una buena posición para ejercer labores de observación y vigilancia en el conflicto sirio.
Este despliegue y las maniobras que se han acometido se enmarcan dentro de la profunda renovación que está llevando a cabo la Federación de Rusia de su Fuerza Naval, en 2010 el plan aprobado informaba de la adquisición, hasta el año 2020, de hasta 100 nuevos buques, 20 submarinos, 15 fragatas y 35 corbetas
Estos nuevos movimientos se suman a los ya iniciados a principios de este año, cuando la Fuerza Naval rusa desplegó en Tartus (Siria), la base rusa en el mar Mediterráneo, los grandes navíos de la Flota del Mar Negro “Saratov” y “Novocherkassk”, ambos con gran capacidad para transportar vehículos de combate. También desembarcaron los buques “Azov”, el crucero portamisiles “Moskva” o el navío “Kaliningrado”, de la flota del Báltico. En ese momento, la causa principal era la puesta en marcha de las mayores maniobras militares llevadas a cabo en los últimos años por Rusia, en las que participaron sus cuatro flotas: la del Báltico, la del Mar Negro, la del Pacífico y la del Norte. Durante estos ejercicios, se ejecutaron pruebas de guerra antisubmarina, cruceros de misiles guiados, fragatas de guardia y naves de desembarco y apoyo. Esta presencia naval les aseguraba una buena posición para ejercer labores de observación y vigilancia en el conflicto sirio.
Este despliegue y las maniobras que se han acometido se enmarcan dentro de la profunda renovación que está llevando a cabo la Federación de Rusia de su Fuerza Naval, en 2010 el plan aprobado informaba de la adquisición, hasta el año 2020, de hasta 100 nuevos buques, 20 submarinos, 15 fragatas y 35 corbetas
Javier Martínez
defensa.com
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