La amenaza militar que supone la ampliación de la OTAN hacia el este
obliga a Rusia a modernizar su armamento estratégico nuclear. Se han
creado nuevos tipos de misiles balísticos, se ha perfeccionado la
aviación estratégica y se trabaja en la fabricación de nuevos
submarinos, además de un nuevo sistema de control del espacio exterior.
Moscú acelerará la renovación de las
agrupaciones de las fuerzas estratégicas nucleares de contención. La renovación
total de las agrupaciones debería completarse para 2020. Así lo comunicó a
finales de septiembre el vice primer ministro Dmitri Rogozin, responsable del
complejo armamentístico de Rusia.
Víktor Yesin, antiguo jefe del estado mayor de
las fuerzas de misiles estratégicos, comentó a RBTH que "el despliegue del
sistema antimisiles estadounidense en Polonia, Rumanía y, posiblemente, los
países bálticos, supone una amenaza directa para la seguridad de Rusia.
Permite
a los EEUU llevar a cabo el denominado ataque relámpago". En esencia se
trata de acercar lo máximo posible los sistemas antimisiles a las plataformas
de lanzamiento de los misiles balísticos de un potencial enemigo y evitar así
su lanzamiento.
Si desde Alemania un Pershing-2 de EE UU tardaría entre siete y diez minutos en llegar a Moscú, los nuevos
antimisiles del Báltico lo harían en la mitad de tiempo. Con estos intervalos
el sistema de defensa antiaérea de Rusia se encontraría literalmente sin
capacidad de reacción".
Esta es una de las razones principales por las
que Moscú desea modernizar lo antes posible su "escudo nuclear".
Con la creación de nuevos misiles balísticos
se han dado importantes pasos para el desarrollo de las fuerzas nucleares
estratégicas. Como por ejemplo el RS-26 Yars. Estos misiles llevan unas cabezas nucleares
multibloque hipersónicas.
Cada bloque tiene un sistema de navegación propio y
puede superar todo tipo de sistema de defensa antimisiles. El plan prevé la
sustitución completa de los complejos de misiles móviles y de silos Tópol y
Tópol-M, un total de 186, con estos misiles.
La nueva doctrina militar
También se está modernizando de forma
activa
los componentes marinos de las fuerzas estratégicas de contención. Rusia ha
comenzado la construcción en masa de buques de nueva generación del proyecto
955 Boréi. Deberían convertirse en el principal elemento marino de la triada nuclear rusa.
Hasta 2020, de acuerdo con el programa de
armamento, la Armada de guerra debería recibir ocho submarinos atómicos con
misiles balísticos del proyecto 955. Cada uno de ellos debería llevar 16
misiles balísticos Bulavá.
En la aviación estratégica se está llevando a
cabo una modernización planificada del equipamiento de a bordo de los
portamisiles Tu-160 y Tu-95. Todos y cada uno de estos 66 bombarderos pesados
recibirá nuevos sistemas de dirección, navegación y guía de misiles.
Esto
permitirá utilizar los bombarderos no solo para la contención nuclear sino
también realizar ataques con bombas y misiles convencionales.
"La nueva doctrina de seguridad nacional
que se está preparando a día de hoy para responder a las cambiantes necesidades
de la seguridad de Rusia", comenta a RBTH el antiguo jefe del Estado mayor
del ejército ruso Yuri Baluevski, "no se basará en la realización de un
ataque nuclear preventivo en caso de que aparezca una amenaza a la seguridad de
nuestro Estado. Lo que no quita para que Moscú se reserve el derecho de tener
y, en caso de necesidad utilizar, armamento nuclear".
Para poder reaccionar defensivamente, no basta
con tener misiles balísticos, submarinos y bombarderos. También hace falta un
sólido sistema de control del espacio exterior, de detección de lanzamientos de
misiles y de dirección de las propias fuerzas nucleares.
Como parte del
programa estatal de armamento para 2020 Rusia ya ha desarrollado el proyecto
Voronezh en el perímetro de sus fronteras, que cuenta con una red de estaciones de
pronto aviso de lanzamiento de misiles.
La primera de estas estaciones se desplegó en
las afueras de San Petersburgo. Gracias a ella el ejército tuvo inmediatamente
la posibilidad de "ver" todo lo que sucedía en el aire y el espacio
desde las orillas de Marruecos hasta Svalbard y hasta la costa oriental de EE
UU. La segunda estación se situó en Armavir. Esta estación realiza el
seguimiento de lo que sucede entre África del Norte y la India.
Las estaciones de radar permiten controlar el
espacio a una distancia de más de 4.000 metros. La construcción de la estación
de la región de Kaliningrado terminó de cerrar el sector occidental. En breve
se creará otro centro en la región de Irkutsk que podrá controlar el espacio
desde China hasta la costa occidental de los EE UU.
Como comunicó a RBTH el comandante de las
unidades de misiles estratégicos, el general Serguéi Karakáiev, el Ejército que
comanda ya ha pasado a un sistema de guiado nuevo, completamente digital. Esto
aumenta la solidez del sistema en caso de un conflicto nuclear.
El académico de ciencias militares Vadím
Koziulin, está convencido de que "la demostración de fuerza es más una
reacción defensiva que un deseo de asustar a nadie. Tanto Moscú como Washington
comprenden perfectamente el grado de responsabilidad que supone la posesión de
armas nucleares y el peligro que entraña su uso.
Si no las partes no estarían
dispuestas a sentarse en una mesa de negociaciones para mantener el Acuerdo de
misiles de media y corta distancia. En cuanto al armamento estratégico, creo
que se sigue manteniendo la cordura".
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