El caza Su-35 en pleno vuelo. Fuente: sukhoi.org
Ha sido sobrepasado por la familia de aviones Su-30, a la vez que
sufre de importantes fallos en su diseño, el F-35 estadounidense se
acerca peligrosamente a la barrera de la obsolescencia y abre así un
amenazante boquete en las fuerzas de defensa occidentales.
Diseñado para ser en el caza más letal de todos los tiempos, el
F-35 se ha convertido literalmente en la presa. En todos los
escenarios en los que el F-35 ha entrenado contra el Su-30 Flankers,
estos aviones rusos han salido ganando.
El caza furtivo más novedoso
de los EE UU, que cuesta 191 millones de dólares, está aquejado de
problemas de diseño tan graves que tiene grandes posibilidades de
ser literalmente reventado en un tiroteo con un super maniobrable
Sujois.
Las alas gruesas y cortas, que reducen la maniobrabilidad en el
vuelo; un fuselaje bulboso, que lo hace menos aerodinámico; su
reducida velocidad y un motor que alcanza altísimas temperaturas (y
que, por tanto, cualquier radar decente puede detectar) son solo
algunos de los fallos más importantes que explican su vulnerabilidad
durante los combates aéreos.
El destino de la quinta generación de F-35 parece realmente
incierto. Los expertos en aeronáutica de todo el mundo están
llegando a la conclusión de que el programa de desarrollo del caza
más caro de los EE UU será una presa fácil para los Flankers.
Winslow T. Wheeler, director del Proyecto Straus para la reforma
del Ejército de los EE UU, en el centro de Información de Defensa,
explica: “El F-35 es demasiado pesado y lento para tener éxito
como caza. Si alguna vez nos enfrentamos a un enemigo con unas
fuerzas aéreas serias, tendremos un gran problema”.
Hasta ahora, los EE UU han tenido suerte, ya que no se han
encontrado con ningún ejército “serio”. En los cielos de un
Irak devastado por la guerra, de la diminuta Libia o de un Afganistán
sin defensa, el avión estadounidense operó con impunidad.
El mayor problema con el F-35 es que los diseñadores de EE UU
están apostando por su capacidad furtiva y su radar de largo alcance
para compensar su falta de velocidad y manobrabilidad. Pero esta
discreción no llega a ser lo que se planea: no es una capa de la
invisibilidad.
Además, Rusia ya tiene unos radares excelentes y que van
mejorando aún más. Según Defense Industry Daily (DID):
“Mientras tanto, ya se están utilizando avances clave en los
radares de los sistemas misilísticos tierra-aire rusos, y los
sistemas IRST (búsqueda y seguimiento por infrarrojos) que se
emplean en los aviones rusos y europeos más avanzados están
ampliando los rangos de detección de aparatos enemigos hasta incluir
también aviones ultra furtivos, como el F-22.
Esto se combina con la
capacidad del IRST para identificar, a 92 kms o más, disparos de
misiles aire-aire de medio alcance y otros aviones con una capacidad
menor de indetectabilidad a los infrarrojos”.
Se queda corto en potencial de disparo
Otro problema con este aparato es, en general, su forma. “La
mayor parte de los aviones grandes son bellos simplemente porque se
trata de reducir la resistencia”, explica Sprey.
“Pero en este
caso, por cuestiones de indetectabilidad, tuvieron que fabricarlo
lleno de huecos y bultos, muy grande, ya que tiene que llevar las
armas en su interior: llevarlas en el exterior significa ser
detectado por los radares. Esto supone una enorme mengua de las
capacidades del aparato, grande y macizo como un bombardero”.
Su baja capacidad de carga interna significa que los diseñadores
de Lockheed-Martin han firmado la sentencia de muerte del F-35. El
apartado lleva solamente dos bombas grandes y cuatro pequeñas, y un
máximo de cuatro misiles aire-aire de tipo BVR (más allá del
alcance visual).
La USAF (Fuerza Aérea de los EE UU) asegura que el moderno radar
del F-35 detectará al enemigo antes que nadie y será capaz de
derribarlo con uno de sus misiles aire-aire de largo alcance. Pero
que un BVR dé en el blanco es, de momento, solo un sueño para los
pilotos de cazas; sucede con poca frecuencia.
Rusia, que tiene la gama de BVR más avanzada y variada del mundo,
arma a sus Flankers con un mínimo de ocho misiles, por la simple
razón de que hacen falta varios disparos a un blanco móvil para
apuntarse una víctima.
Es alucinante que los EE UU no tuviesen en cuenta esta lección
básica de combate aéreo.
En teoría, los pilotos de EE UU podrían “jugar a los
videojuegos” y derribar aviones enemigos a 1.000 km/h. En la
práctica, un combate aéreo se convierte en una pelea a navajazos.
Según DID, “el que el F-35 termine enfrentándose a oponentes de
uno en uno y de cerca es más probable de lo que sus diseñadores
proponen, a la vez que debe hacer frente a la efectividad de los
misiles guiados por infrarrojos BVR como complicación añadida.
A
diferencia del F-22, el F-35 es descrito como 'dos veces peor' que la
moderna familia de cazas Su-30 dentro de un rango visual de combate”.
El más amplio y variado abanico de misiles de los Flankers,
combinado con su gran maniobrabilidad, los dota de una superioridad
sin paralelos en el combate aéreo moderno.
Disponibilidad de la flota
Como el F-35 es tan caro, las fuerzas aéreas comprarán menos
unidades. Por ejemplo, Japón tiene en la actualidad 100 cazas F-15,
pero los sustituirá por únicamente 70 unidades de F-35. Además,
como el F-35 es también caro de mantener y de pilotar, los ejércitos
limitarán las horas de vuelo de los pilotos.
En estos momentos, los
recortes han obligado a la USAF a eliminar más
de 44.000 horas de vuelo y han dejado en tierra a 17 escuadrones de
combate.
Además, la disponibilidad de la flota al 100 % es logísticamente
imposible. La media de la USAF ronda el 75 %, lo que está bastante
bien, pero cuando analizamos los aviones furtivos, las cifras
descienden notablemente.
El
bombardero furtivo super secreto B2A tiene una
tasa de disponibilidad de solo un 46,7 %. Y el caza más caro de los
EE UU, el F-22, a pesar de que cuesta 350 millones de dólares, tiene
una tasa de disponibilidad de solo un 69 %.
Wheeler, que se ha ocupado de asuntos de seguridad nacional de EE
UU durante más de tres décadas, presenta así las implicaciones del
hecho de que las fuerzas aéreas occidentales traten de introducir el
F-35:
“Los pilotos empeoran, ya que no se entrenan tanto, lo que es
mucho más importante que cualquier otro asunto técnico. Habrá
muchos menos pilotos, ya que será necesario reducir plantilla, y al
final lo que tendremos será una avión de exposición que no servirá
para nada. Es inútil, es completa y absolutamente inútil, arruinará
cualquier ejército del aire que lo utilice”.
No ha empezado aún el duelo a muerte y los Flankers ya ganan por
1-0.
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