La flota completa de aviones de combate de quinta generación F35, fabricados por un consorcio liderado por Lockheed Martin, está en tierra.
Ninguna de las aeronaves tiene permiso para volar por una decisión adoptada por el Pentágono tras el incendio de uno de los aparatos el pasado 23 de junio en la base de la Fuerza Aérea estadounidense de Eglin, en Florida.
Distintas fuentes aseguran que en el siniestro un F35A quedó destruido al arder cuando se preparaba para el despegue.
La decisión de dejar en tierra a todas las aeronaves ha sido
divulgada en un comunicado que constituye la primera declaración oficial
sobre el incidente del 23 de junio.
Desde entonces, varios portavoces
militares han realizado una serie de declaraciones contradictorias ante
los medios de comunicación acerca del estado de la aeronave siniestrada,
explica Defense-Aerospace. Entre tanto, ni el Pentágono ni los fabricantes han dado ninguna explicación.
La medida llega unos días antes de que el F35 debutase en Europa en dos importantes exhibiciones aéreas en el Reino Unido: el Royal International Air Tattoo y el Farnborough International Airshow.
Previamente, el caza del programa militar más caro de la historia, iba a participar en Escocia en la ceremonia de bautizo del futuro portaaviones británico Queen Elizabeth II, presidida por la propia reina de la que toma su nombre. Esta aparición también quedó suspendida.
En el comunicado del Pentágono en el que se anuncia que la flota de F35
se queda en tierra se explica que el “incidente de fuego que se produjo
en la Base Eglin de la Fuerza Aérea el lunes 23 de junio” ha llevado a
las autoridades de aeronavegabilidad de la Fuerza Aérea y de la Marina a
tomar esta decisión.
Mientras se llevan a cabo las investigaciones sobre el suceso, añade
el texto, continúan los preparativos para la participación del F35 en las referidas exhibiciones aéreas internacionales en el Reino Unido, sobre la que se decidirá finalmente a lo largo de esta semana.
Se inspeccionarán todos los motores
Defense-Aerospace recuerda que el motor Pratt & Whitney F135 de estos aviones ya había planteado algunos problemas, y pone en duda que la decisión de detener el desarrollo del propulsor General Electric / Rolls-Royce F136 como motor alternativo vaya a suponer por estas circunstancias un ahorro de dinero, como se había previsto.
Un portavoz de Pratt & Whitney ha explicado que
están trabajando estrechamente con la oficina de investigación de
seguridad de la Fuerza Aérea para determinar la causa del problema e
inspeccionar todos los motores de la flota. “La seguridad es nuestra
principal prioridad. Desde que el incidente es objeto de una
investigación no es apropiado hacer más comentarios”, ha concluido.
Infodefensa.com
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