El
nuevo avión de combate iraní Qaher 313 presentado por Teherán como lo
último de las tecnologías de punta se convirtió esta semana en objeto de
comentarios escépticos por parte de expertos.
En la nariz del Qaher 313 no hay espacio suficiente para instalar la
antena y otros elementos de un radar de características más o menos
serias, destacan ingenieros aeronáuticos que colaboran con las ediciones
FlightGlobal y The Aviationist.
Las alas y el fuselaje, a juzgar por las fotos, tampoco dan cabida
para el combustible y el armamento que se requieren en un moderno avión
de combate.
Expertos reparan también en que el Qaher 313 tiene un motor pequeño y
de baja potencia, tal vez, una réplica iraní del viejo modelo
estadounidense General Electric J-85, por lo que difícilmente podría
volar con poscombustión o a velocidades supersónicas.
La cabina, aparentemente, está hecha de plexiglás cuya calidad no
podrá aguantar las sobrecargas y algunos de sus elementos parecen
simples estampas de fibra óptica, sin nada que los refuerce. El piloto
no tiene delante una pantalla transparente y una mirada atenta basta
para comprobar que el velocímetro entra en números rojos a partir de 250
nudos, o unos 480 kilómetros por hora. Además, no se ve ningún cable
eléctrico detrás de un primitivo panel de control.
El Qaher 313 “se parece más a una maqueta de gran tamaño que a un caza cabal”, sentencia el portal de noticias ruso Lenta.ru.
http://sp.rian.ru
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