Las
maniobras a gran escala de las Fuerzas Armadas rusas en las zonas del
Mar Negro y el Mediterráneo están entrando en la fase activa. Y el
despliegue de las maniobras alrededor de Siria hace ver en ellas mucho
más que un simple ejercicio de entrenamiento.
La flota sale al mar
De acuerdo con la oficina de prensa del Ministerio de Defensa de Rusia, en las maniobras participan el portamisiles 'Moskva',
el buque antisubmarino 'Severomorsk', los patrulleros 'Semtlivy' y
'Yaroslav Mudry', los buques de desembarco 'Sarátov', 'Azov',
'Kaliningrad' y 'Alexander Shabalin', buques de soporte, así como las
unidades de aviación de largo alcance, de la Fuerza Aérea y de Defensa
Antimisiles.
La seriedad con la que los militares rusos se toman las maniobras en
cuestión, pone de manifiesto la atención que se presta a la zona de su
celebración.
“La fase activa de las maniobras será dirigida por el jefe adjunto
del Estado Mayor, Alexander Póstnikov, que saldrá para la región de las
maniobras en avión. En el lugar de la celebración de las maniobras ya
está el jefe adjunto del Estado Mayor de la Marina de Rusia, el
contralmirante Leonid Sujánov. El objetivo de las maniobras es
perfeccionar el sistema de dirección e interacción de las flotas a larga
distancia. Es la primera vez que se está llevando a cabo un evento de
esta envergadura”, señaló el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov.
El despliegue de las fuerzas armadas de Rusia en la zona del este del
Mediterráneo persigue varios objetivos a la vez. Primero, los barcos
salen al Mar Mediterráneo, un procedimiento habitual durante la
existencia de la Unión Soviética, que después de su desintegración
empezó a realizarse con escasa regularidad. En los últimos años se
efectuaron evidentes intentos de la flota rusa de recuperar su presencia
más o menos permanente en el Mediterráneo oriental y en la zona del
Cuerno de África. De modo que las actuales maniobras son un buen
pretexto de personarse en la zona de interés y comprobar el
funcionamiento de todo el sistema de dirección de unidades a larga
distancia: el estado mayor de las maniobras se ha instalado en el
portamisiles 'Moskva', mientras que algunos participantes de la
operación permanecen en el espacio del mar Negro.
La patria chica en peligro
Y otro factor importante: en la vida cotidiana de la flota se suele
prestar especial atención a los ensayos de todo tipo de situaciones de
emergencia. En caso de sonar la alarma de verdad, se suele añadir por la
radio “arde de facto”. Y se podría decir que la situación en Siria
desde hace tiempo “arde de facto” y con mucha potencia.
La costa siria es la última línea de defensa de las fuerzas de Bashar
Asad, que podrían ceder Damasco, situado en el sur del país, lo que
tendría consecuencias muy graves. Pero la costa mediterránea de Siria no
es sólo la patria chica del clan de los Asad, es el territorio de
residencia de las minorías religiosas sirias, los alauíes (pilar del
actual régimen sirio), los chiíes (cuyo número creció en los últimos
años debido a la llegada de los refugiados del sur de Irak) y los
cristianos (cuyo número asciende al 10% de la población del país).
Recordemos que los rebeldes sirios son suníes, la confesión de la
mayoría de los sirios.
De hecho, existen todas las premisas para la creación de un pequeño
Estado alauí, que ya existió el algún momento. Por otra parte, en caso
de perder Bashar Asad, la historia cambiará de rumbo drásticamente.
Los militares rusos no se sorprenden ante la necesidad de socorrer a
los políticos en dificultades: es bien conocido que en septiembre de
1993 y gracias a la intervención directa del comandante de la Flota del
mar Negro, en la ciudad de Sujumi, asediada durante la guerra de
Abjasia, se salvó en el último momento el entonces presidente georgiano,
Eduard Shevardnadze. No se debería descartar que Moscú esté
considerando un posible guión de rescate para los dirigentes sirios.
Siguiendo al líder
Y también la evacuación de los ciudadanos rusos de Siria podría
precisar de buques y cobertura, sobre todo, en caso de puente aéreo.
Sería ya la tercera característica de las maniobras en cuestión,
anunciadas además públicamente
La Infantería de Marina rusa tiene experiencia en la evacuación
urgente y forzosa de ciudadanos soviéticos de las capitales sumidas en
combates, como en Yemen en 1986, y de territorios de Estados enemigos
(Somalia, 1977). En determinadas ocasiones incluso contrarrestaron los
ataques de los insurgentes (Etiopía, 1978).
La presencia de la flota rusa cerca de las costas sirias es muestra
evidente de la seriedad de la situación que se ve complicada por la
intervención francesa en Mali, dado que no sería honesto recurrir al
eufemismo de “operación militar”. Y no sería tarea fácil ver la
diferencia entre los rebeldes malienses y los sirios, a pesar de que las
razones y los mecanismos de lo que está ocurriendo en ambos países son
bastante diferentes.
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