El pronóstico meteorológico para el día de hoy en Torrejón de Ardoz (Madrid), en cuya base aérea está previsto realizar la exhibición aérea conmemorativa del 75º aniversario del Ejército del Aire,
está trayendo de cabeza a la organización, que tiene que decidir sobre
qué aviones salen a la exhibición y en qué momentos será seguro.
El
cielo estará nuboso y se calcula una probabilidad de lluvia
entre el 85 y el 90 %. El del domingo para Madrid es aún peor: 100 % de
probabilidades de lluvia durante todo el día. Pero ¿tan vulnerables son
los aviones en un día de lluvia como para plantearse la suspensión de
eventos como éste??
En coche
No nos damos cuenta porque estamos acostumbrados pero, cuando llueve, conducimos nuestros coches con mayores precauciones:ponemos las luces, dejamos más distancia con el de delante, tememos que el de detrás tarde en frenar, los cristales se empañan, no vemos bien por los retrovisores, recordamos a veces el ‘aquaplaning’… Y, a pesar de las mayores precauciones con las que conducimos, siempre hay más golpes que en los días en que no llueve.
En coche
No nos damos cuenta porque estamos acostumbrados pero, cuando llueve, conducimos nuestros coches con mayores precauciones:ponemos las luces, dejamos más distancia con el de delante, tememos que el de detrás tarde en frenar, los cristales se empañan, no vemos bien por los retrovisores, recordamos a veces el ‘aquaplaning’… Y, a pesar de las mayores precauciones con las que conducimos, siempre hay más golpes que en los días en que no llueve.
En
el mundo de los aviones pasa algo parecido, aunque aumentado, porque
las exigencias de seguridad son mucho mayores de lo que comúnmente se
cree. A pesar de toda la tecnología puesta al servicio de la seguridad
en el vuelo, los pilotos necesitan ver bien en la distancia tanto en sentido horizontal como en sentido vertical. De ahí los reconocimientos anuales de su vista.
No es por el agua
En
realidad, no es el agua lo que obstaculiza el vuelo, porque el
funcionamiento de un motor a reacción no queda perjudicado por el hecho
de que le entre agua por su abertura delantera. La causa de las
restricciones en el vuelo en días de lluvia es la falta de condiciones
óptimas de visibilidad, al igual que sucede en los días de niebla o de nubes relativamente bajas.
La lluvia sí puede perjudicar, pero es en los despegues y en los aterrizajes a causa de la posibilidad de ‘aquaplaning’. El granizo
también es dañino, porque el avión resulta golpeado por las bolas de
hielo y pueden estropearse los sensores o las superficies móviles. Y el
viento cruzado puede llevar a anular un despegue o un aterrizaje.
Vuelo acrobático
Las patrullas acrobáticas
tienen dos problemas con las nubes: uno es la altura a la que estén, ya
que pueden dejar poco espacio vertical para la exhibición.
Los aviones,
por una parte, no han de acercarse –por seguridad- a la parte inferior
de las nubes y, por otra, han de hacer las evoluciones –por seguridad- a
una cierta distancia del suelo, obligatoria. Por lo tanto, aunque
aparentemente haya espacio, en realidad puede no ser suficiente.
Por
ello, las patrullas acrobáticas tienen varios tipos de exhibiciones
en los que se realizan diferentes tipos de maniobras, unas más
‘verticales’ que otras, dependiendo del espacio libre que haya ese día
entre el suelo y las nubes.
El otro problema es la visibilidad horizontal
que, si está reducida por niebla o lluvia, impedirá ver a otros
aviones, por ejemplo, para hacer una ‘reunión’ –volver a volar reunidos-
tras haber hecho una ‘rotura’ en la que se han separado. Otro factor
muy importante es que se ha de ver muy bien el suelo, como referencia
fija.
Hay que tener claro que si en un vuelo acrobático
los aviones se metieran en las nubes, además de la pérdida de
visibilidad dentro de ellas, los giros muy fuertes podrían provocar
desorientación espacial y causar accidentes ya que los aviones vuelan
muy juntos.
Por ello, y a pesar de todas las alternativas previstas de antemano a causa de que siempre se tiene como primera exigencia la seguridad,
puede llegar a suspenderse un vuelo, sea del tipo que sea. Estas son
las razones por las que está en el aire la realización de la exhibición
del sábado y el desfile aéreo del domingo.
En tiempo de guerra
Cabe una reflexión más: ¿y en tiempo de guerra? ¿Se suspende por la lluvia una misión aérea?
La respuesta es la misma: se decide en función de las exigencias de la
seguridad en vuelo, aunque con los debidos matices sobre la importancia o
urgencia de la misión y de los riesgos que han de asumirse para
cumplimentarla. Los requisitos de seguridad en tiempo de paz son mucho
mayores que en tiempo de guerra.
Recordemos que, en tiempo de guerra, la actuación de las Fuerzas Armadas
está dirigida a restaurar la paz -o a imponerla- cuanto antes, llegando
a poner en juego, para conseguirlo, la propia vida de los que
participan en las misiones. Esta misma asunción de riesgos se aplica a
la realización de los vuelos cuyas exigencias de seguridad bajan de
nivel.
A. Manzano
http://www.onemagazine.es
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