La conciencia militar española de la amenaza (y de la utilidad) de las armas químicas y biológicas se remonta a la Guerra del Rif, pero hoy carecemos de ese armamento; España ha renunciado, no sólo al armamento sino a la propulsión nuclear; y el uso de la radiación no se contempla, salvo que consideremos como tal las emisiones en el marco de la guerra electrónica. Ello nos deja con un planteamiento de defensa basado en la protección, detección y descontaminación.
Debemos señalar que la amenaza NBQR contra España desde un estado-nación es latente, pero no inminente. Un régimen como el iraní o el norcoreano pueden ser el riesgo más obvio, pero no olvidemos la delicada situación de Pakistán y su armamento nuclear. En cualquier caso, esas amenazas tendrían como objetivo probable una coalición militar en que se integrase España.
¿Pero qué amenaza podemos esperar en territorio nacional? La historia reciente ha demostrado que el terrorismo puede obrar un cambio político radical en nuestro país si el ataque tiene la suficiente magnitud y el blanco está bien elegido. Es muy probable que el próximo agresor se plantee un salto cualitativo y dirija su mirada a agentes químicos o biológicos de fácil obtención. Dada la dificultad de manejo del material fisionable, la hipótesis más probable de terrorismo NBQR incluiría material químico o biológico como la gripe A, la viruela, el carbunclo o el botulismo, disponibles en cientos de laboratorios.
Tampoco es descartable que una célula terrorista ya instalada elabore in situ su propio material. Ya en enero de 2003 fue detenida una célula integrista en Cataluña a la que jocosamente se apodó Comando Dixán, ya que entre las sustancias encontradas había rayadura de coco y detergente. No obstante, el FBI avaló que las sustancias servían para fabricar una versión casera del napalm. Internet es otra fuente impagable de información para la elaboración de armas químicas rudimentarias que conviene vigilar.
¿Cuenta España con una buena defensa NBQR ante un panorama tan volátil? En principio podría decirse que al menos está bien planteada y cuenta con numerosos especialistas, a pesar de que nunca hemos afrontado esa clase de contingencia en nuestro suelo. Repasemos brevemente las unidades en que descansa.
. La Policía Nacional tiene su Grupo Operativo NBQ desde 1977, lo que la convirtió en una de las policías pioneras en este campo.
. La Guardia Civil dispone de un Servicio de Desactivación de Explosivos y Defensa NBQ.
. El Ejército del Aire encomienda la defensa NBQR, principalmente la instrucción y la descontaminación, a sus Escuadrones de Apoyo al Despliegue Aéreo en Zaragoza y Sevilla.
. En la Armada, las peculiaridades del medio marino hacen que cada buque asuma su propia defensa NBQR cuando ésta es posible.
. Es el Ejército de Tierra quien asume por motivos obvios la responsabilidad principal. En cuestión de doctrina y formación para todo el personal militar y policial, la encargada es la Escuela Militar de Defensa NBQ situada en la Academia de Ingenieros en Hoyo de Manzanares (Madrid). Sin embargo, su principal recurso sería el Regimiento NBQR con sede en Bétera (Valencia). Cuenta con vehículos VRAC de reconocimiento, una amplia variedad de detectores, medios de descontaminación y protección, y sería previsiblemente quien liderase la defensa NBQR en una operación militar.
. Por otra parte, no olvidemos que la UME ha asumido la defensa contra riesgos tecnológicos, específicamente los de tipo nuclear, biológico, químico y radiológico. Dada su implantación nacional, es muy probable que proporcionase la primera línea de defensa NBQR en caso de un ataque terrorista o de un accidente de esa naturaleza.
Además, la labor de la EMDNBQ ha creado a lo largo de los años una cantera de personal formado en defensa NBQR, desde policías hasta reservistas, que podría reforzar el dispositivo de respuesta a una eventual crisis. Es esencial la labor de seguimiento y actualización de ese personal.
Hay que concluir, sin embargo, que es imposible proteger eficazmente a toda la población de un ataque de tipo NBQR. La respuesta pasa más bien por una estrategia multinivel que incluya a todos los actores relevantes (Fuerzas Armadas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado, Protección Civil, SAMUR, Cruz Roja, Servicios de Salud, Ministerio de Sanidad, ayuntamientos y comunidades Autónomas). Condición sine qua non de esa estrategia es la realización de ejercicios como el FAMEX, ya que la coordinación de tantos y tan variados participantes plantea enormes dificultades y la primera respuesta es vital.
Disponiendo pues de las herramientas, la mejor forma de afrontar la amenaza debe ser su puesta a punto. Ello implica la periódica renovación del material (los VRAC, por ejemplo, están basados en el obsoleto BMR) y la realización de ejercicios cívico-militares en zonas de riesgo: aeropuertos, puertos, centrales nucleares y plantas químicas. No esperemos a otro fiasco de coordinación como el del 11-M para darnos cuenta de esto último.
*César Pintado es alférez (RV) del Ejército de Tierra
Especial Conciencia de Defensa http://www.revistatenea.es/
0 comentarios:
Publicar un comentario