El sistema de defensa antimisiles estratégica
representa un tipo especial de armas. Un misil diseñado para abatir
misiles intercontinentales o de medio alcance casi siempre tiene un
costo más elevado que su blanco. Mientras tanto, para un resultado
seguro, cada blanco debe ser atacado por dos o más misiles
interpectores.
Todo parece indicar que en el sistema de
defensa antimisiles chino que se está sometiendo actualmente a pruebas,
es usado el misil interceptor KT-2, un modelo construido en base al
misil continental DF-31 de combustible sólido. China no revela datos
sobre el costo de sus armas estratégicas, pero se dispone de información
sobre los misiles que se usan en los sistemas de defensa de EEUU.
Un
antimisil GBI usado en el escudo GMD tenía un costo inicial de setenta
millones de dólares, que tras una serie de modificaciones ascendió a
noventa millones de dólares. Dada esta circunstancia, no puede tratarse
de compras importantes de antimisiles, sino de adquisiciones
esporádicas. En lo relativo a misiles de más potencia, destinados a
interceptar misiles de largo alcance, se compran entre veinte y
cincuenta unidades al año. Ni siquiera Estados Unidos que dispone de un
presupuesto militar colosal puede permitirse más. Por ello, tampoco
habría que esperar que China en estos momentos sea capaz de asumir unos
gastos tan significativos.
Los sistemas de misiles son
sólo parte del escudo antimisiles, una parte costosa, pero no la más
importante. La mejor medida de defensa sigue siendo un ataque preventivo
y la destrucción de los misiles antes de su lanzamiento. Y los
antimisiles deberían destruir las pocas unidades que ha sido lanzadas, a
pesar de todo.
¿Contra quién podría estar creando China
su sistema de defensa antimisiles? Con toda seguridad, resultaría
inútil contra EEUU y Rusia, porque el arsenal estratégico de China es
demasiado pequeño y Pekín no tendría ninguna posibilidad de causar
importantes daños a los arsenales de ambos países.
Es
evidente que busca defenderse de los misiles de países asiáticos
vecinos, cuyos arsenales de misiles y armas nucleares se encuentran en
el estado del desarrollo. El rival más probable es la India, cuyas
fuerzas estratégicas no son muy grandes, pero están orientadas a
contener a China. Se considera que Nueva Delhi no tiene más que varias
decenas de cargas nucleares. Y aunque la India está alcanzando
importantes éxitos en la creación de misiles balísticos de medio
alcance, su número tampoco supera varias decenas.
Merece
la pena señalar que ni siquiera este arsenal se podría neutralizar
únicamente con los medios del sistema de defensa antimisiles. El costo
del misil balístico más caro y avanzado del que dispone la India, Agni
5, con un alcance de más de cinco mil kilómetros ascienden, según el
Gobierno del país, a unos nueve millones de dólares, es decir, diez
veces menos que el GBI. Y posiblemente varias veces menos que los del
misil chino KT-2, capaz de interceptar el Agni 5. Tampoco existe la
seguridad de que la intercepción se lleve a cabo con éxito.
China
deberá invertir sumas colosales en los medios de reconocimiento
espacial y de aviación, así como en los sistemas no nucleares, para
poder neutralizar el potencial indio. La India, por su parte, debería
desarrollar a un mayor ritmo su sistema de defensa antimisiles, que ha
quedado desatendido durante mucho tiempo.
Es conocido
también que Taiwán está desarrollando misiles balísticos de medio
alcance, a pesar de que las tensiones entre la isla y el continente se
han relajado. Si antes los misiles taiwaneses sólo podían alcanzar
Shanghái, actualmente son capaces de llegar hasta la China central y,
posiblemente, incluso hasta Pekín.
Corea del Sur está
trabajando en la creación de misiles balísticos de hasta ochocientos
kilómetros de alcance. Pakistán y Corea del Norte, por su parte,
disponen de potentes arsenales de misiles de medio alcance y de armas
nucleares. Ambos países mantienen con China relaciones de amistad, pero
su futuro es impredecible, debido a la escasa estabilidad interna.
No
es de sorprender que China, situada en una región tan poco estable,
haya decidido crear su propio sistema de defensa antimisiles. Habría que
tener en cuenta que su propósito incentivará a otros países de la zona a
reforzar su potencial estratégico.
Foto: http://www.fas.org
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