Moscú
baraja lanzar “ataques selectivos” contra el territorio ucraniano en
represalia por los disparos con proyectiles desde el país vecino contra
zonas fronterizas rusas que el domingo se saldaron con un muerto y un herido grave en la provincia de Rostov del Don, escribe hoy Kommersant citando a una fuente cercana al Kremlin.
Según la fuente, Rusia “sabe de dónde exactamente vienen los
disparos”. “Nuestra paciencia tiene límites”, advirtió el interlocutor
del diario, al matizar que no se trataría de una operación de
envergadura sino de ataques puntuales contra posiciones concretas desde
las que se abre fuego contra el territorio ruso.
Una idea similar vino ayer de la mano del vicepresidente del Consejo
de la Federación, Evgueni Bushmín, quien representa en la Cámara alta
rusa la provincia de Rostov del Don. Según el senador, para poner fin a
los disparos desde Ucrania Rusia debería recurrir a las armas de alta
precisión.
“La única solución es combatirlo como lo hacen países civilizados,
EEUU y la UE. Hay que emplear armas de precisión, por ejemplo como
Israel, para aniquilar a los que lanzaron ese proyectil”, dijo.
A la pregunta de Kommersant de si Kiev teme represalias de Moscú, el
ministro ucraniano de Exteriores, Pavló Klimkin, afirmó a finales de la
semana pasada que en ese caso “Rusia respondería a los separatistas”,
puesto que “se han dado varios casos de ataque a puestos fronterizos
(rusos desde el territorio ucraniano), pero está demostrado que los
disparos provenían desde posiciones de los terroristas”.
Sin embargo, los expertos descartan una operación militar a gran
escala por parte de Moscú. “El Gobierno ruso parece ser plenamente
consciente de las consecuencias a largo plazo de esa intervención”,
señala Dmitri Polikánov, vicepresidente del Centro PIR.
Incluso en caso del éxito, prosigue, una operación relámpago
requeriría de enormes esfuerzos posteriores para mantener la paz en
Ucrania y provocaría un importante desgaste internacional para Moscú.
Dmitri Trenin, director del Centro Carnegie de Moscú, tampoco ve
probable una operación militar rusa. “Pese a la gran repercusión del
trágico incidente en Rostov del Don, la estrategia principal del
presidente Putin apenas cambiará.
Esa estrategia consiste en defender
los intereses de Rusia sin una intervención directa en el conflicto en
Ucrania, que llevaría a una ruptura definitiva con Occidente y ante todo
con Europa”, sostiene.
“Lo ocurrido (en Rostov del Don) hace aún más necesario un proceso
político”, destaca a su vez Andréi Kortúnov, titular del Consejo Ruso
para Asuntos Internacional.
“La experiencia internacional nos muestra
que en ausencia de ese proceso, tal como sucede hoy día en Oriente
Próximo, es muy difícil evitar este tipo de incidentes”, recalca.
Kommersant
© RIA Novosti. Valery Melnikov
© RIA Novosti. Valery Melnikov
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