viernes, 27 de abril de 2012

El adiestramiento de los pilotos del C-101

Con motivo del triste accidente en el que han perdido la vida en acto de servicio el capitán y el alférez alumno de 4º curso, en algunos medios de comunicación, quizá a causa de la urgencia en dar las primeras informaciones, se han referido al aparato como avioneta y como caza y, entre las causas, a la posible falta de experiencia de los pilotos.
Por un lado, el C-101 no es ni una avioneta ni un caza. Y, por otro, y esto es lo más importante, los pilotos tenían experiencia más que suficiente para pilotarlo. Ello es más que evidente en el caso del capitán pues era piloto de caza y ataque, cuya formación -siendo él alférez de 5º curso- se llevó a cabo en una de las escuelas más duras y exigentes de los ejércitos occidentales, la de Talavera la Real, en Badajoz, donde se adiestró en el F-5; posteriormente pasó a pilotar precisamente el C-101 en el 741 Escuadrón, para pasar a continuación al Ala 46 a pilotar el F/A 18, uno de los más potentes cazabombarderos en servicio en todo el mundo.



Con su pase a la Academia General del Aire, ubicada en la base aérea de San Javier, en Murcia, el capitán fue designado instructor de los alféreces alumnos de 4º curso, para lo que debió disponer de una cualificación adicional y especial. Su alto nivel de adiestramiento lo prueba, finalmente, que estaba integrado en la Patrulla Águila, en cuyas exhibiciones salta a la vista que todos sus integrantes son excepcionales pilotos.
Respecto del alférez, se encontraba en la fase final de su curso básico de vuelo que se desarrolla en el 4º de los de la Academia de San Javier, lugar de formación de todos los pilotos militares españoles. Ningún cadete con aptitud de vuelo pasa de 3º a 4º sin haber aprobado el curso en la avioneta Pillán que les califica perfectamente para seguir alcanzando superiores niveles de adiestramiento. Así, en 4º curso se adquiere la formación y la práctica necesarias para pilotar el reactor C-101 por medio de ejercicios de dificultad creciente, siempre acompañados en la cabina trasera por el capitán instructor, en un tipo de formación que puede calificarse de lujo necesario -un profesor, un alumno- dado el exigente futuro que espera a los pilotos militares.

 El aprendizaje del C-101 ha de lograrse en un número prefijado de horas de clase; si el alférez no lo logra, recibe la baja y pierde la posibilidad de ser piloto. En esta formación se combinan dos tipos de clases, las de vuelo real y las del simulador en tierra. En éstas se practican, fundamentalmente, las situaciones extremas a fin de que el alférez adquiera los conocimientos y la serenidad necesarios para resolver cualquier incidencia que pueda aparecer en vuelo, como la aparición de averías -solas o combinadas-, el vuelo instrumental, etc. No aprobar las clases del simulador también descalifica al alumno.
En cuanto a las clases de vuelo, se entrenan en dificultad siempre creciente en la realización de acrobacias, es decir, el manejo del aparato solo realizando maniobras como toneles, loopings y otras, así como vuelos instrumentales o a baja cota, hasta que el capitán instructor considera que el alférez ya puede hacer "la suelta", que es su primer vuelo solo, sin la presencia en la cabina trasera del instructor.
Además de las acrobacias se adquiere el entrenamiento en formaciones de varios C-101, también en número y dificultad crecientes, acabando con otra "suelta" en la que el alférez pilota solo su aparato integrado en una formación. Los aprobados de todos estos componentes dan el apto final al alférez en cuanto a su formación como piloto en 4º curso que, además, ha de superar las asignaturas académicas del programa de estudios para poder pasar a 5º.
En alférez y su capitán instructor fallecidos se encontraban en la fase final de la formación de aquél en el C-101, que es cuando se llevan a cabo los vuelos largos como el de San Javier-Torrejón de Ardoz-San Javier, entre otros. Les quedaban muy pocas horas de vuelo para acabar satisfactoriamente este curso. Su nivel de adiestramiento era, pues, indudable.
EL C-101

 
El C-101, por su parte, es un afortunado diseño español que dota al Ejército del Aire de un magnífico entrenador avanzado propulsado por un motor a reacción. Se utiliza en la formación de todos los pilotos militares, como requisito necesario y previo a su posterior cualificación como pilotos especializados en caza y ataque, en transporte o en helicóptero.
Recibe varias denominaciones. Para el fabricante es el CASA C-101 Aviojet. Para el Ejército del Aire es el E-25 Mirlo, el tipo avión de entrenamiento número 25 de toda su historia. Para los pilotos es el Culopollo, por su peculiar salida de gases y están especialmente satisfechos con sus cualidades aerodinámicas y facilidad de manejo. Finalmente, los preocupados por la logística y la protección del medioambiente están satisfechos porque gasta combustible "como un mechero" y puede estar volando durante 6 ó 7 horas.
Actualmente presta servicio en la Academia General del Aire de San Javier, en Murcia, y en el Grupo de Escuelas de Matacán, en Salamanca. También el CLAEX cuenta con algunos aparatos para sus pruebas e investigaciones.
Por último, conviene recordar que los C-101 de enseñanza y los de la patrulla Águila son idénticos en todo salvo en dos detalles: la pintura respectiva y el generador de humos de colores que tienen los últimos. De hecho, los aparatos se utilizan indistintamente para unas y otras actividades.

Antonio Manzano 
http://www.revistatenea.es/

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Tecnology Militar Copyright © 2011 - 2012 - |- Template created by Leit0s - |- Powered by tecnologamilitar