El Imperio
Celeste hizo un gran avance en este ámbito hace poco. Según los datos
del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo
(SIPRI), en 2012, China inesperadamente entró en el grupo de líderes
exportadores, al vender armas por un monto de ocho millones trescientas
mil dólares y adelantar a Gran Bretaña. Otros expertos y centros
verificaron estas cifras y sacaron la misma conclusión. No se trataba
más de las ventas de armas soviéticas. Siendo uno de los principales
importadores, China se convirtió al mismo tiempo en un exportador de
grandes volúmenes de armamento y material bélico. ¿Cómo fue posible eso?
Se
puede encontrar la respuesta en la estructura de la industria militar y
la economía china, en general. La industria militar china es un
producto relativamente nuevo de las reformas llevadas a cabo en el
Imperio Celeste. Las autoridades chinas opinan que China cuya economía
crece a ritmos rápidos necesita un Ejército potente y moderno. En los
noventa, China adquirió grandes volúmenes de armamento y material bélico
ruso que no sólo se incorporaban en los arsenales de las Fuerzas
Armadas, sino también se examinaban y se copiaban.
Los
expertos occidentales consideraban que a finales de los noventa y a
principios de los 2000 la economía china estuvo basada en las
tecnologías copiadas, lo que, en parte, correspondía a la realidad. Los
chinos alcanzaron el mayor éxito en el sector militar.
La
industria china de defensa, de hecho, asimiló casi todos los modelos de
armas rusas, europeas e israelíes que se vendían, utilizando también
las tecnologías estadounidenses. Se puede añadir a esto grandes
capacidades tecnológicas de Pekín originadas por las reformas exitosas.
Así las cosas, hacia mediados de los 2000, China pudo crear una avanzada
industria de defensa.
Este proceso se acompañaba con
escándalos y acusaciones. Muchos modelos de armamento y material bélico
fabricados en China, especialmente productos de la industria
aeronáutica, recordaban los mejores modelos de cazas rusos MiG y cazas
estadounidenses. Varios sectores de la industria militar china siguen
dependiendo del suministro de piezas extranjeras. Por ejemplo, la
industria aeronáutica china dota sus aparatos aéreos con motores rusos.
Los
avances de la industria militar china presentados en los salones
aeroespaciales Airshow China celebrados en los últimos años
impresionaron a los observadores extranjeros. En el salón de 2012, los
expertos occidentales quedaron estupefactos, al ver el modelo del caza
chino Shenyang J-31 fabricado con tecnología stealth,
así como una serie de nuevos aviones no tripulados que, según se puso
de relieve, fueron incorporados a las Fuerzas Armadas de China hace
mucho. La corporación estatal china ASN empezó a desarrollar estos
aparatos en 1996.
Durante la presentación del nuevo
modelo del avión no tripulado, los organizadores chinos del salón
aeroespacial demostraron un vídeo sobre un ataque virtual realizado por
el avión no tripulado chino Blue Shark UCAV contra un portaaviones
indio. Este portaaviones ya fue botado. Como se puede suponer, el ataque
fue exitoso. El vídeo tuvo no sólo carácter publicitario, sino también
educativo: la rivalidad regional entre China e India, así como su
contencioso territorial no arreglado son estímulos importantes para
rearmar el Ejército chino e hindú.
China sigue
manifestando interés hacia las tecnologías militares rusas, pero la
estructura de compras que realiza China en Rusia ha cambiado. China no
quiere más adquirir grandes partidas de armamento y material bélico,
sino prefiere comprar determinados productos de alta tecnología. El año
pasado, la exportadora rusa de armas Rosoboronexport firmó con China
sólo un 12 % de todos los contratos de exportación por un monto superior
a dos millones cien mil dólares.
A principios de julio
pasado, China y Rusia realizaron maniobras militares conjuntas
Interacción Marítima 2013, en las que participaron veinte buques de
combate y varios miles de efectivos de ambos países. Durante los últimos
dos años, el Ejército Chino realizó 21 ejercicios militares en conjunto
con las Fuerzas Armadas de otros países, mientras que en el período de
2006 a 2010 su número ascendió a treinta y dos.
Es
decir, China no sólo ha ampliado su presencia en los mercados de armas,
sino refuerza su capacidad combativa, en general. China crea la
industria de defensa avanzada, moderniza sus Fuerzas Armadas a ritmos
rápidos, los militares chinos participan con cada vez más frecuencia en
varias operaciones, desde misiones de paz hasta ejercicios conjuntos.
China se convierte en una fuerte potencia militar que ejercerá la
influencia en el equilibrio de fuerzas en el mundo en el siglo XXI.
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