En Rusia se está desarrollando un nuevo vehículo de transporte de
blindado de personal con motor híbrido. Los expertos opinan que esto
supondrá un salto cualitativo en la reforma del ejército ruso.
Desde el comienzo del nuevo milenio Rusia ha participado en
decenas de conflictos locales, distintos tipos de operaciones contra el
terrorismo y misiones de paz. Es evidente que los bombarderos nucleares y
los tanques no son el mejor instrumento de protección y abastecimiento
de las bases militares grandes y pequeñas repartidas por todo el mundo
que todo país desarrollado militar y económicamente debe tener, sobre
todo una superpotencia.
Lo que ofrecerá el rápido despliegue de subdivisiones especiales es
una técnica militar ligera, rápida, de alta movilidad, tanto sobre
ruedas como de oruga, lo más anfibia posible.
Este nuevo vehículo
suministrará todo lo necesario a la zona de conflicto puntualmente y
cubrirá sólidamente las instalaciones militares. Los más interesantes de
todos son los vehículos sobre ruedas debido a su sencillez y bajo coste
de utilización, así como a su gran capacidad de maniobra y su
superioridad en velocidad.
Si bien la URSS, y ahora Rusia, nunca ha tenido rivales en cuanto a
la construcción de tanques, el desarrollo y la fabricación de transporte
blindado de personal no es el punto fuerte de la producción rusa de
vehículos blindados ligeros. Por ahora.
A finales de julio, la empresa rusa Compañía de Industria Militar
anunció el desarrollo y el comienzo de las pruebas de un chasis sobre
ruedas para un futuro vehículo de transporte blindado de personal. El
nuevo proyecto, llamado Krymsk, permitirá a los vehículos
blindados del futuro solucionar el problema principal que este tipo de
vehículos tiene en la actualidad: una propulsión inadecuada del motor.
Según informa el director del proyecto, Víktor Rudin, “el vehículo
experimental posee un motor híbrido y transmisión eléctrica, lo que
podría suponer, según esperamos, importantes mejoras en su utilización”.
La innovación de este proyecto consiste en que el motor de combustión
interna acciona el rotor del generador, que crea a su vez una corriente
alterna. La corriente alterna se convierte en corriente continua.
Después la energía se transfiere mediante un sistema de transformadores a
los motores de tracción que mueven las ruedas. La electricidad se
suministra paralelamente a una batería. Durante el frenado, la energía
cinética se convierte en energía eléctrica y también se suministra a la
batería.
Este vehículo blindado puede moverse de manera silenciosa circulando
en modo eléctrico con el motor apagado. Por ahora la autonomía no dura
demasiado, aunque con la llegada de unas avanzadas baterías de litio,
iones y ferrofosfato que ya se han comenzado a producir en Rusia podría
conseguirse una autonomía diez veces mayor. Por otra parte, el modo de
funcionamiento silencioso de este vehículo supone una ventaja muy
importante de este vehículo a la hora de desplazarse secretamente en
operaciones especiales.
Las características de movimiento de este nuevo vehículo son también
impresionantes. Durante las pruebas en la región de Moscú un vehículo de
unas 22 toneladas se puso a 80 km/h en sólo 33 segundos y llegó a
alcanzar una velocidad de 97 km/h.
La comunidad científica militar internacional está convencida de que
el futuro de los vehículos blindados son los vehículos automáticos. “El
proyecto Krymsk, comenta Víktor Rudin, es una plataforma capaz
de ser controlada a distancia. Las posibilidades de los sistemas
electrónicos en fase de pruebas ya permiten controlarlos a distancia, y
con algunas mejoras poco importantes y el desarrollo de los algoritmos
de control y programación necesarios podemos construir una plataforma
completamente robotizada”.
Lamentablemente, la técnica militar rusa en cuanto a los vehículos
sobre ruedas se encuentra lejos de los estándares arriba mencionados. En
la clase de “vehículos de transporte blindado de persona y vehículos
militares de infantería” podemos ofrecer únicamente dos modelos de
vehículos sobre ruedas: el BTR-70 y el BTR-80.
Y estos modelos no son
más que versiones modernizadas de la serie 60, que se fabricó a finales
de los años 50. La mejora principal de los modelos 70 y 80 consiste en
el cambio de los antiguos motores de gasolina por otro motor, también de
gasolina, aunque más potente (de 120 CV) para el BTR-70 y uno diésel
(de 210 CV) para el BTR-80.
En 1994 se presentó al público el nuevo BTR-90, creado en la Fábrica
de Automóviles de Gorki. Se planeaba comenzar su producción en serie en
2011. Sin embargo, el Ministerio de Defensa rechazó la compra de este
modelo en el último momento. El coronel general Serguéi Máyev, entonces
director del Servicio Federal de Compras Públicas para Defensa,
describía el modelo de este modo:
“Este vehículo ha pasado por muchas dificultades.
El desarrollo del
modelo de pruebas no terminó hasta finales del siglo XX, y esto tuvo
lugar en el contexto del hundimiento del complejo industrial militar […]
y la interrupción de las compras públicas de técnica militar […]. Las
pruebas estatales, que comenzaron en 1996, revelaron que no se cumplían
algunos estándares importantes”. Como vemos, los desarrolladores no
fueron capaces de cumplir con las exigencias militares.
En la actualidad ha finalizado también la producción del BTR-80, de nuevo un modelo con algunos defectos.
Si en materia de armamento estratégico ruso, que sigue jugando un
papel muy importante, todo ha quedado lo suficientemente claro, los
proyectos como Krymsk definirán de ahora en adelante las características del parqué de vehículos ligeros sobre ruedas del ejército ruso.
http://rusiahoy.com
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