Un
enorme asteroide que impactó en la Tierra hace millones de años matando
a los dinosaurios eyectó hacia otros planetas grandes cantidades de
material rocoso con microorganismos terrestres, según los resultados de
un estudio realizado por el japonés Tetsuya Hara y sus colegas de la Universidad de Kioto.
“La Tierra es el único planeta con vida que
conocemos. Por tanto, sería una fuente probable para sembrar vida en
otros planetas, algo que sucedería a causa de tormentas solares que
eyectan microbios de la atmósfera exterior al espacio, o bajo el impacto
de asteroides expeliendo piedras, roca y grandes masas de agua”,
señalan los científicos en un artículo publicado en la biblioteca
electrónica de la Universidad de Cornell.
Los investigadores
analizaron la caída de un asteroide de 10 Km de diámetro que formó el
cráter de Chicxulub en la península de Yucatán y que, según algunas
teorías, provocó la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de
años.
A
causa del impacto fueron arrojados al espacio hasta 100 millones de
fragmentos rocosos del tamaño de un centímetro que contendrían
microrganismos y algunos de los cuales, según los cálculos, habrían
caído en las lunas de Júpiter y Saturno, en particular, Europa y
Enceladus.
Aquellas
“semillas” habrían alcanzado también Gliese 581, una enana roja que se
encuentra a 20 años luz de aquí y, supuestamente, tiene condiciones para
albergar vida.
Asumiendo que la vida surgió en alguna parte de nuestra galaxia hace 10^10
años, se habría propagado desde entonces por el espacio y alcanzado la
Tierra 4.600 millones de años atrás, según los investigadores.
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