Hay un refrán norteamericano -muy popular- que viene a decir algo así como: "Cuidado con lo que deseas no vaya a ser que te lo concedan". Es uno de mis favoritos. Quizás alguien debería recordárselo al joven aprendiz de brujo que dirige los destinos de Corea del Norte desde hace poco.
Ya
han pasado casi tres años, en Mayo del 2010, desde que empecé a seguir
en este foro lo que estaba pasando en Corea, a partir de la grave
provocación que supuso el hundimiento de la corbeta Cheonan un mes antes. A este peligroso incidente siguió, en Noviembre del mismo año, el bombardeo de la isla Yeonpyeong, también con bajas, aunque menores que en el anterior ataque.
La teoría mas extendida entre los analistas occidentales es que el
régimen dictatorial coreano, del que vamos por el tercer sátrapa
hereditario, juega a hacerse el loco nuclear para obtener concesiones
económicas sin conceder contraprestaciones políticas. Vamos, un
cuidadosamente diseñado chantaje. Ni que decir tiene que estas tácticas
de matón barriobajero no habrían sido posibles hasta la fecha sin el
respaldo de China, que teme que llegue a sus fronteras,
no un adversario -que de esos ya tiene ya bastantes-, sino un aliado de
Norteamérica con tropas estacionadas en su territorio.
Si Kim Jong-un
está tratando de continuar esta estrategia creo que esta vez se ha
pasado y posiblemente pueda provocar una reacción norteamericana. La
clave de lo que pase está en los contactos chino norteamericanos que,
sin duda, están teniendo lugar en este momento, aunque probablemente de
manera muy discreta. Una eventual intervención militar norteamericana/coreana del sur tendría que ofrecer a China ciertas garantías.
A
mi juicio, la incipiente capacidad nuclear de los del norte no sería un
inconveniente fundamental sino más bien un aliciente -acabar con ella
supone ahora un riesgo controlado- para ejemplarizar a
los otros perturbadores que hacen de la proliferación de armas de
destrucción masiva su estratégica básica. El verdadero problema es lo vulnerable que es Seúl ante
ataques desde el norte de la zona desmilitarizada, ataques de todo
tipo, incluidos los de artillería y cohetes de corto alcance.
Si
China pretende alcanzar la hegemonía asiática por medios económicos y
demográficos -pero sin recurrir necesariamente a la fuerza- tiene ahora
la ocasión de demostrar que no debe sentirse ni amenazada ni condicionada por un líder histriónico como el coreano.
Puede que asistamos dentro de poco a una reacción militar
norteamericana ante tanta provocación, en caso de lograr un
entendimiento con China, de lo que hay indicios.
Toda Asia está pendiente de lo que pueda pasar. Japón, Corea del Sur, Pakistán y la India -entre otros- sin duda tomarán buena nota.
Almirante. Ex segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada y del Mando Marítimo OTAN de Europa Sur
http://www.revistatenea.es
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