A estas conclusiones han llegado los expertos
del Instituto Internacional de Investigaciones de los Problemas del
Mundo de Estocolmo. La cantidad total de ojivas nucleares en el mundo
disminuyó, en lo fundamental de EEUU y Rusia, en correspondencia con el
Acuerdo SNV-3. Sin embargo, los países asiáticos no pretenden abandonar
sus planes de crecimiento de poderío nuclear. Además, actúan así no
solamente los miembros del club de los que no se han “adherido” al
Tratado de No Proliferación Nuclear, como la India y Pakistán, sino
también China.
Los expertos del Instituto de Estocolmo
han constatado que la carrera del armamento nuclear nuevamente está en
crecimiento. Sin embargo, no se trata de los enfrentamientos de los
tiempos de la guerra fría. EEUU y Rusia (como heredera legal de la URSS)
se han dedicado a la consecuente disminución de sus potenciales. El
nuevo conflicto está relacionado con la región asiática, que se está
convirtiendo en el epicentro de la política mundial. El eje
Pakistán-India-China despierta en la actualidad gran inquietud. Los dos
primeros países más de una vez han estado a punto de protagonizar
conflictos militares abiertos, además de que ninguno de los dos, ni
Islamabad ni Nueva Delhi, han firmado el Tratado de No Proliferación
Nuclear, según Alexánder Nikitin, director del Centro de Seguridad
Euro-Atlántica del Instituto Estatal de Moscú:
−Cualquier
incremento de los armamentos nucleares y misiles en el mundo actual es
un peligro potencial. Porque existe la posibilidad de su utilización no
autorizada. Este peligro es particularmente grande cuando, como en el
caso de la India y Paquistán, los arsenales se encuentran a poca
distancia. En los períodos de agudización de las relaciones, las partes
desactivan la comunicación por una línea especialmente establecida entre
los Estados Mayores de estos países, lo que contradice por completo la
lógica de las actuales medidas de confianza. Hoy, en Asia, en principio
no existen medidas de confianza semejantes a las adoptadas en los marcos
de la ОSDЕ (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa).
Así mismo, no existen acuerdos sobre el control del armamento y de
desarme.
Pakistán ha superado a la India en
número de unidades de armas nucleares, cuenta con 120 misiles contra
110. Otro peligro para Nueva Delhi reside en que Islamabad puede, en
poco tiempo, reducir la diferencia de las capacidades de los medios de
entrega de estos armamentos. Ya que las cargas nucleares pueden ser
lanzadas desde aviones o utilizadas como proyectiles de artillería. En
su momento, la RSA preparó su arsenal nuclear precisamente acorde a
estas características, señalan los expertos. Sin embargo, el principal
peligro de parte de Pakistán ni siquiera es este, subraya Iván
Konoválov, director del Centro de Coyunturas Estratégicas:
—En
lo que respecta a la India y Pakistán, nunca llegaron a amenazarse con
armas nucleares. Pero hay que reconocer que Pakistán no es un país
estable. Incluso sus aliados americanos temen un desarrollo de la
situación que involucre el uso de armamento nuclear.
La
carrera armamentista entre la India y China se asemeja más a los
conflictos de la época de la guerra fría, señalan los analistas. Ambos
países aumentarán sus potenciales hasta determinado momento y, luego,
indefectiblemente, sobrevendrá la distensión. En general, el crecimiento
actual de los arsenales por parte de Pekín está vinculado a los cambios
en la situación estratégica global de la región, según considera
Alexánder Nikitin:
—China
se siente vulnerable ante la creación del sistema estratégico
norteamericano el cual está diseñado para interceptar los misiles
norcoreanos. Estos últimos seguirían, aproximadamente, por la misma
trayectoria que los cohetes chinos, lo que significa que también pueden
ser interceptados por el sistema norteamericano. La creación de la
defensa antimisil norteamericana en esta región prácticamente elimina la
posibilidad china de ejecutar un potencial golpe nuclear de respuesta
en caso de ataque. No hay más de veinte misiles estratégicos nucleares
de China que puedan alcanzar el territorio de EEUU y el sistema
estadounidense, incluso con cien interceptores ya está en condiciones de
desarmar completamente a China. El potencial chino continuará
perfeccionándose, según lo declarado en el llamado Libro Blanco para la
defensa de China, publicado hace un mes.
La
actual investigación no es la primera dedicada al crecimiento de la
tensión nuclear en Asia. Por eso, Rusia, como veterana del “club
nuclear” y uno de los jugadores regionales más influyentes,
consecuentemente actúa a favor de la observancia de los principios de la
no proliferación del armamento nuclear. Esto se ha reforzado en la
concepción renovada de la política exterior del país en calidad de una
de sus prioridades. Por ello, apoyó en el Consejo de Seguridad de la ONU
las sanciones contra Corea del Norte como respuesta a las pruebas
nucleares llevadas a cabo por Pyongyang.
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