Un vocero oficial de la embajada
de Israel en Moscú se negó a comentar las informaciones de algunos
medios sobre consultas entre representantes israelíes y rusos, con
respecto a los suministros a Siria de sistemas de misiles antiaéreos
rusos S-300.
“No acostumbramos debatir asuntos sobre
seguridad en las páginas de prensa y menos una situación tan tensa, como
la que existe actualmente en la región, en general, y sobre todo en
Siria”, declaró Álex Kagalski, asesor de relaciones con la prensa de la
embajada de Israel en la Federación de Rusia.
Es sabido
además que, hace unos días, el primer ministro de Israel, Benjamín
Netanyahu, prohibió a los miembros de su gabinete pronunciarse
públicamente sobre el tema en cuestión.
Sin embargo, a nivel oficioso abundan los comentarios. Por ejemplo, el periódico británico The Guardian
cita las expresiones de una fuente anónima israelí que estima que el
suministro a Siria de misiles S-300 podría ser una especie de reacción a
la determinación de la UE de levantar el embargo de armas a los
rebeldes sirios: “Sin duda que la postura de la UE dio a Rusia un
pretexto. Aunque antes Rusia podía albergar algunos dudas respecto a
cuándo debía realizar los suministros, después de la decisión de la UE,
todas las dudas fueron despejadas”.
Al mismo tiempo, el diplomático de Tel Aviv que optó por el anonimato declaró a The Guardian que aunque a los israelíes “no reporte alegría” la aparición de los S-300 en Siria, no pueden poner trabas a Rusia.
“No
vamos a lanzar ataques contra blancos rusos. Tenemos más de esas armas,
pero no tanto”, señaló la fuente a la edición británica. Añadió que “no
sabe hasta qué punto se afligirán los rusos si, en una cierta etapa
entre el pago por el suministro y el despliegue de esas armas en
Damasco, ocurre algo a algún especialista ruso, como consecuencia de que
dichos sistemas resulten dañados”. “No pienso que vaya a preocupar esto
a los rusos, si ninguno de ellos sale perjudicado”, agregó el israelí.
Todas estas palabras adquieren cierto sentido a la luz de una publicación del periódico Gaaretz.
Según sus informaciones, Israel está realmente inquieto, pero no ve
posibilidades para oponerse a la entrega a Siria de cohetes S-300.
Sin
embargo, algunos diplomáticos europeos que participaron en la rueda de
prensa del titular del Consejo de Seguridad Nacional de Tel Aviv, Jacob
Amidor, informaron al Gaaretz
que los israelíes se preparan para neutralizar los misiles después de su
entrega a los sirios, pero antes de que se pongan en posición de
combate.
Desde el punto de vista del Gobierno israelí,
los sistemas rusos S-300, uno de los más perfectos en el mundo, dará a
Siria la posibilidad de controlar y, en caso de necesidad, de “cerrar”
prácticamente el espacio aéreo de Israel, mientras que la guerra civil
en el país vecino crea la amenaza de que estas armas caigan en manos de
islamistas radicales.
Antes, medios de difusión informaron de que el presidente de Siria, Bashar Asad, anunció la llegada al país de una primera partida de sistemas antiaéreos rusos S-300.
En base a materiales de agencias informativas internacionales.
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