Estrepitoso fracaso en el lanzamiento del cohete de Corea del Norte

El cohete norcoreano destinado a colocar un satélite de investigación en órbita estallaba a los pocos minutos de comenzar el vuelo cayendo al mar. El propio Gobierno de Corea del Norte confirmó el despegue y confesó que el lanzamiento resultó un fracaso. Según los datos del Pentágono, el vuelo duró 10 minutos,  el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD) asegura que la primera etapa del cohete cayó al mar a unos 165 kilómetros de Seúl, en tanto que  las otras dos etapas, supuestamente, no se han descompuesto.

El controvertido lanzamiento ha sido defendido por Pyongyang argumentando que el aparato serviría para colocar en órbita un satélite meteorológico, pero para la comunidad internacional el hecho  constituye una violación de las resoluciones 1718 y 1874 del Consejo de Seguridad de la ONU, que prohíben a Corea del Norte lanzar cohetes basados en tecnología balística, siendo el verdadero objetivo hacer pruebas de un misil de largo alcance capaz de portar cabezas nucleares. El lanzamiento ha sido visto así como el preludio de una nueva prueba nuclear.
El cohete Uhna-3 lanzado es muy similar al que podría ser empleado para portar una cabeza nuclear. Es la tercera vez, las anteriores en 1998 y 2009, que Corea del Norte  trata de colocar un satélite en órbita. Washington afirma que no hay evidencias de que en ninguno de casos llegaran al espacio.

Según revelaron este jueves algunos medios japoneses citando como fuente a Lee Yun-Keol, un desertor norcoreano, en el testamento secreto del fallecido líder norcoreano,  Kim Jong-il pide a su hijo y actual líder "seguir desarrollando armas nucleares y biológicas". En sus últimas voluntades el 'Amado Líder', que dirigió el régimen comunista durante diecisiete años, pide que "tengan presente que el desarrollo permanente y el mantenimiento de armas nucleares, misiles balísticos y armas biológicas son la única manera de salvaguardar la paz en la península coreana”.

Lee es un desertor que trabajó como científico en la organización estatal encargada de la promoción de la salud y la longevidad de Kim Il-Sung y Kim Jong-Il. El científico huyó de Corea del Norte en 2001 y afirma  haber conseguido una copia del testamento de "una persona muy cercana a un alto funcionario norcoreano". En él,  el fallecido dirigente norcoreano insta a “ganar la guerra psicológica" contra Estados Unidos y a desconfiar de China, de quien asegura: "Es el país que tiene mejores relaciones con nosotros, pero podría volver a suceder aquello que nosotros más debemos vigilar".

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