Después de años de investigación, desarrollo, debates
y recortes de presupuesto, la construcción del destructor Zumwalt, la
cabeza de serie de una nueva clase de destructores, llega a su fin.
Hace dos décadas, la Marina de Guerra de los EE.UU. comenzó a diseñar lo que entonces se llamaba el "destructor del siglo XXI" .
Se trataba de botar una flota de 32 destructores de misiles guiados,
capaces de navegar en modo de crucero cerca de las costas de potenciales
adversarios y atacar a los objetivos en tierra con asombrosa eficacia . Sin embargo, la Armada canceló el programa en 2001 y lo sustituyó por una alternativa menos costosa.
Ahora, 12 años más tarde, el primer destructor de esa nueva
generación está a punto de completarse. Aunque menos ambicioso que el
concepto original, la cabeza de serie de los destructores clase Zumwalt
es pionera en tantos aspectos de tecnología avanzada que algunos especialistas han criticado el programa porque consideran que ha intentado llevarse a cabo demasiado pronto.
Parte de la demora en su implementación se debe a los costes que
conlleva el desarrollo de muchas de las tecnologías punta que involucra
el proyecto. Frente a estos costes, el Gobierno estadounidense reaccionó
reduciendo varias veces el número de estos destructores y decidió
finalmente construir solo tres naves.
El costo total del programa de estas tres naves, incluida la
investigación y el desarrollo, se estima en EE.UU. en 22.000 millones de
dólares, según un estudio llevado a cabo por el Congreso.
Otro motivo
de intensos debates es si el objetivo principal de estos buques (es
decir, brindar apoyo en zonas cercanas al litoral) es realmente tan
importante para los intereses geopolíticos de Estados Unidos.
Tampoco escasean los interrogantes puramente técnicos, el principal de
los cuales es: Con tantas tecnologías avanzadas programadas, ¿está el
Zumwalt realmente listo para el combate? Por ejemplo, la Armada china lo pone en tela de juicio .
Es probable que pasen años antes de que lo sepamos a ciencia cierta.
Sin embargo, podemos especular sobre cómo estas tecnologías encajan en las futuras guerras en el mar .
Buque eléctrico: revolucionarias tecnologías fuera de la coyuntura actual
Quizá el rasgo más distintivo del Zumwalt es que tanto las hélices del
destructor como los ejes de transmisión están activados por motores
eléctricos, en lugar de estar conectados directamente a los motores de
combustión. Este sistema de propulsión eléctrica, todavía raro en la
Marina de Guerra estadounidense, ya ha sido durante mucho tiempo
estándar en grandes barcos. La novedad es que el Zumwalt dispone de suficiente energía eléctrica para propulsar la nave, disparar los cañones electromagnéticos
o armas de energía dirigida (armas que utilizan proyectiles no sólidos,
como plasma o láser, en lugar de las de munición sólida) o ambos tipos
de armas a la vez. Esto se debe a los 78 megavatios que generan sus
cuatro generadores de turbinas de gas.
Pero lo irónico de este 'superdestructor' es que, pese a las muchas
tecnologías avanzadas que encierra su casco, estas naves no son capaces
de corresponder a uno de los más importantes retos de la Marina: la
defensa contra los misiles balísticos, que ha ido adquiriendo más
importancia para los Estados Unidos y sus aliados últimamente a medida
que más países por los que tiene 'interés especial' desarrollan
capacidades nucleares y balísticas.
En esta situación, la Marina debería
construir más destructores de tipo convencional y equiparlos con los
radares y misiles antibalísticos necesarios.
En un discurso de 2009, el almirante Gary Roughhead, entonces el jefe de
operaciones navales, a pesar de aplaudir la tecnología avanzada del
Zumwalt, señaló que "la tecnología no siempre equivale a la capacidades
que se requieren".
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