La creación de un centro de pruebas multifuncional se ha convertido en una tarea necesaria. Los anteriores sistemas de misiles antiaéreos, antes de pasar a producirse en serie, también se sometían a un estricto ciclo de pruebas. Pero para cada nuevo producto se desarrollaba un programa específico. Tras la unificación de todos los desarrolladores de sistemas militares en un único consorcio, lo más lógico era desarrollar un único programa de pruebas obligatorias para poder obtener unos resultados objetivos.

En el nuevo siglo, la concepción de los sistemas antiaéreos ha cambiado. Todos los sistemas de misiles son ahora mucho más movibles y multifuncionales. Todos ellos pasan prácticamente las mismas pruebas de impacto y vibración. Además, en los años 90 hubo un auge en las ventas de sistemas de misiles antiaéreos rusos que continúa vigente a día de hoy. Los sistemas S-300 y Tor pueden utilizarse tanto en los trópicos como en el desierto. Además, con la creciente importancia geostratégica y militar del Ártico, ha surgido la necesidad de comprobar la eficacia de los sistemas antiaéreos también en las condiciones del más duro invierno.  

Congelador, centrifugadora y tormenta de arena

El nuevo complejo de pruebas está formado por cuatro partes con una superficie total de 5000 metros cuadrados. En él puede llevarse a cabo prácticamente cualquier tipo de pruebas mecánicas y climáticas y tiene la posibilidad de recrear las condiciones de cualquier parte del planeta en la que puedan utilizarse los sistemas rusos de misiles antiaéreos.

En la parte dedicada a las pruebas climáticas de estos enormes aparatos, en unas instalaciones especialmente blindadas se encuentran dos cámaras de 2.000 y 1.900 metros cúbicos. En Rusia no existe ninguna otra cámara de este tipo. En ellas se pueden imitar todas las condiciones climáticas que existen en el planeta, desde la altura de las montañas, el calor del desierto y la humedad de los trópicos, hasta el frío del Ártico.


En estas cámaras se encuentran unos mecanismos especiales que permiten llevar a cabo las acciones necesarias con el equipamiento que se está probando sin interrumpir el proceso de pruebas y sin entrar en la cámara. Esto es necesario, por ejemplo, para poder valorar la posibilidad de sobrecarga de los sistemas de misiles antiaéreos en condiciones de calor o frío extremos.

Dos de las partes del centro están destinadas a las pruebas mecánicas. En ellas se encuentra una centrifugadora que permite crear todas las aceleraciones posibles tanto para equipos de tierra como para misiles. En estas instalaciones se llevará a cabo la verificación de la resistencia a los golpes, a la vibración y a los cambios repentinos de presión. 

El centro de pruebas permitirá reducir considerablemente las reclamaciones sobre los productos enviados a los compradores, así como crear en el futuro sistemas destinados a su uso en condiciones climáticas especiales.

Rossiyskaya Gazeta
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