El secretario de Defensa de EE UU, Ash
Carter, observa un mapa de maniobras militares durante su visita a
Alemania, el pasado 22 de junio. Fuente: AP.
La
OTAN afirma que estas decisiones responden a la ‘actitud agresiva’
de Rusia y pretenden tranquilizar a algunos de sus vecinos, incluidos
los estados bálticos. Moscú advierte decepcionada de que habrá una
respuesta adecuada a estas medidas, aunque deja abierta la
posibilidad de restablecer el diálogo en el futuro.
Primero,
el secretario de Defensa de los EE UU, Ashton Carter, anunció en su
gira de la semana pasada por Europa que desplegarán 250
tanques,
vehículos de combate de infantería Bradley, obuses autopropulsados
y otras unidades de equipamiento militar en Europa Central y del
Este.
Después,
durante un encuentro celebrado en Bruselas, los ministros de Defensa
de la Alianza decidieron triplicar la fuerza de reacción rápida y
crear seis sedes de coordinación en los países bálticos, Polonia,
Rumanía y Bulgaria para finales de 2015.
¿Qué
consecuencias podría tener la escalada militar en Europa del Este
sobre la relación entre Estados Unidos y Rusia? William Dunkerley,
analista de medios especializado en Rusia y los países
poscomunistas
y director de William Dunkerley Publishing Consultants, cuyas ideas
tienden a estar en línea con la versión del Kremlin sobre los
acontecimientos de Ucrania, explica:
“Desde
el punto de vista estadounidense, ellos están enviando tanques y
obuses howitzer a las zonas fronterizas a petición de los vecinos de
Rusia, que temen una invasión por parte del país eslavo. Hay
políticos en EE UU que han estado avivando esos temores y han
consolidado la idea de que Rusia constituye una amenaza potencial
para esos países. Tal como yo lo veo, todas esas alegaciones
descansan sobre una base ficticia”.
Anteriormente,
Carter envió el mensaje de que EE UU nunca abandonaría a sus
aliados, lo que implicaba que llegaría hasta donde hiciera falta en
lo concerniente al suministro de armas a Polonia y los países
bálticos. ¿Acerca esto el umbral de un posible estallido de las
hostilidades en Europa? No necesariamente. Serguéi
Oznobishev, director del Instituto de Evaluaciones Estratégicas (un
grupo de investigación basado en Moscú) comparte esta postura.
Según él:
“El
problema es que parecemos vivir en dos dimensiones distintas. Nos
tenemos miedo y no confiamos el uno en el otro. Lo
que estamos viendo ahora es una demostración de la firmeza de la
OTAN y los Estados Unidos en su disposición a prestar apoyo masivo
en caso de que ocurra algo. Es una especie de medida disuasoria, una
señal, pero nada más.
Otra señal fue la llamada telefónica de Putin a Obama
después de un prolongado silencio. El Kremlin nuestra el carácter
geopolítico de la crisis de Ucrania y expresa su deseo de trabajar
con Washington para encontrar una solución pacífica. Esperemos que
esto ayude a modernizar el sistema de seguridad en Europa y a nivel
global”.
El
término ‘disuasión’ también lo usó el representante
permanente de Rusia ante la OTAN, Alexander Grushko, quien declaró
que “la OTAN está pasando de la asociación a la disuasión en su
relación con Rusia”.
El
tema más delicado es la ampliación de poderes prevista para el jefe
militar de las fuerzas de la OTAN en Europa, quien podrá poner a las
tropas en alerta máxima sin esperar la aprobación de la dirección
política. Esto significa, en esencia, que el mando militar de la
OTAN asume el derecho a escoger entre la guerra y la paz.
La OTAN ha
declarado que las nuevas medidas tienen un carácter puramente
defensivo y que se tomaron con el objetivo de acelerar su respuesta
en situaciones de crisis.
Al
margen del encuentro en Bruselas, los ministros de la OTAN han negado
que pretendan renunciar a una relación de cooperación con Rusia.
Sin embargo, también declararon que no ven la forma de incrementar
la cooperación en el contexto de la crisis de Ucrania. El embajador
de Rusia ante la OTAN admitió que todavía hay una posibilidad de
cooperar con la Alianza si esta revisa su papel en las relaciones
internacionales.
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