La Armada estadounidense acaba de descubrir que uno de sus buques más futuristas, el USS Independence, del
tipo 'combate litoral, podría padecer un grave problema de corrosión
excesiva.
Y lo más preocupante es que este defecto ah sido detectado
sólo un año después de ser botado tras construirse por la compañía Austal Ltd (ASB) y General Dynamics Corp.
"Se
trata de un revés muy importante y podría suponer la paralización de la
construcción de esta clase de buques", ha explicado a Bloomberg el analista naval Norman Polmar que ha destacado que este tipo de barcos de aluminio tienen a oxidarse más rápido que los que tienen casco de acero "aunque nunca tan rápido".
La corrosión detectada
es tal que al parecer el buque deberá entrar, lo antes posible, en
dique seco para su reparación. Unas tareas de mantenimiento que también
conllevarían la sustitución de costosas piezas de su sistema de propulsión el más afectado por este problema ha explicado la US Navy en un comunicado. De momento, está previsto dedicar a cada barco 36,6 millones de dólares tanto para su mantenimiento como para labores operativas.
Se trata de un contratiempo más para el programa de los buques de combate litoral que tiene previsto construir 55 buques de este tipo. Ya en febrero de 2013 otra unidad tuvo que ser reparada de urgencia
tras detectarse la presencia de una grieta en el casco.
Este tipo de
barcos son considerados un elemento vital para las operaciones marítimas
de EEUU ya que están preparados para misiones cercanas a la cosa,
desminado, caza de submarinos y en operaciones de apoyo humanitario.
Entre las polémicas que ha generado el programa destaca la discusión
sobre la necesidad o no de este tipo de buques, ya que según un informe
del Pentágono publicado en abril la fabricación de todos los barcos previsto podría tener un coste de, al menos, 37.400 millones de dólares -se estima que cada unidad cuesta en torno a los 400 millones de dólares-.
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