Los
 extremistas del Estado Islámico (EI) siguen ocupando nuevos territorios
 en Irak y Siria. Esta organización terrorista internacional, la más 
peligrosa en la actualidad, pretende instaurar la peor versión de la 
dictadura islámica. Sin embargo, los países occidentales aplazan su 
ayuda militar a las autoridades iraquíes, escribe Nezavisimaya Gazeta.
Irak es el principal escenario de la ofensiva del EI que persigue brutalmente a kurdos, cristianos y chiíes.
Esta semana EEUU ha estado preparando una operación militar para 
salvar a decenas de miles de kurdos yazidíes bloqueados en la sierra de 
Sindjar que implicaría no sólo el uso de la aviación militar y de carga 
sino el despliegue de efectivos pero sin que participen en combates. Sin
 embargo, el jueves Washington renunció al plan alegando que la 
situación no era tan grave.
Paradójicamente, EEUU, Reino Unido y otros países occidentales que 
envían armas y equipos militares al Kurdistán iraquí no acaban por 
decidirse a prestar asistencia a las autoridades de Irak. Durante largo 
tiempo Washington estuvo condicionando la ayuda a la aprobación del 
nuevo Gobierno, lo que permitió a los yihadistas adentrarse en el 
territorio del país.
Hoy en día el EI controla casi un tercio de Irak incluidas las 
provincias productoras de cereales. Los extremistas se apoderaron de las
 reservas de trigo que el Gobierno compró este año a los campesinos. Si 
nada cambia, el país corre el riesgo de una hambruna.
En estas condiciones urge prestar asistencias a las autoridades de 
Irak, concluye el diario. Insiste también en que los países árabes y 
occidentales deben no sólo renunciar a todo contacto con los extremistas
 del EI en Siria sino también presionar a las fuerzas de la oposición 
siria para que les opongan resistencia.
Nezavisimaya Gazeta
© REUTERS/ Stringer
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RIA Novosti 








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