Siguiendo la tónica que
rodea la no venta del Gripen a Argentina desde que surgieran las
primeras informaciones al respecto, en la que los interlocutores se
multiplican sin que desde el país interesado se haya dado una petición
formal, toca ahora el turno al propio fabricante del Gripen.
A pregunta
de un periodista en rueda de prensa respecto de la posible venta del
caza a Argentina, un responsable de Saab aseguraba esta semana que
"Nadie nos pidió permiso para hacer esto, y no estamos considerando la
posibilidad".
Mientras Buenos Aires deja correr el
agua, y presupuestariamente no parece contemplar una inversión formal
para la modernización de sus medios aéreos y en cualquier caso parecería
más próxima a Rusia y a China en sus tratativas, y Reino Unido se sube
oportunamente al carro para argumentar la necesidad de potenciar sus
medios defensivos en Malvinas, entre otros se anunció el envío de dos
grandes helicópteros de transporte Chinook y la mejora del sistema de
misiles tierra-aire.
Quien realmente puso el tema en la palestra fue
Brasil tras el encuentro hace unos meses entre su responsable de
Defensa, Jacques Wagner, y su homólogo argentino, Agustín Rossi.
Trascendía entonces el posible suministro al país vecino de 24 aviones
de combate del modelo sueco Gripen NG, fabricados en Brasil, por un
valor estimado de 5.400 millones de dólares y la expresa mención,
incluso, de una fecha de entrega a las Fuerzas Aéreas Argentinas: entre
2019 y 2024...y Brasil contando los pollos antes de nacer.
A todas luces no parece que el tema trascienda la categoría de relato literario, si bien el sin número de declaraciones que habrían de darse posteriormente lo ha elevado a un nuevo estatus informativo, en el que no ha hecho más que especularse con la imposibilidad de acometer lo que se especuló se acometería.
A todas luces no parece que el tema trascienda la categoría de relato literario, si bien el sin número de declaraciones que habrían de darse posteriormente lo ha elevado a un nuevo estatus informativo, en el que no ha hecho más que especularse con la imposibilidad de acometer lo que se especuló se acometería.
Desde el
momento en que por el lado de quien compraría no parece haber asignación
presupuestaria y quien vendería debe sortear el veto de Reino Unido,
que provee un 30 por ciento de los componentes de este avión, incluyendo
el radar a ser instalado en los cazas Gripen E / F, la cuestión es que
no hay cuestión.
Más allá, el único que parecería querer ver luz en este
oscuro túnel es el ministro de Defensa brasileño, que en la clausurada
exposición de defensa LAAD, afirmaba optimista, de nuevo a preguntas de
los periodistas, que “ veo dos caminos: o buscamos un remplazo de los
componentes británicos del Gripen que Embraer fabricara para Argentina o
intentamos una negociación en el seno de la ONU, que creo debería haber
tenido lugar hace mucho tiempo, sobre la soberanía de las Islas
Malvinas, islas que entendemos pertenecen a los argentinos”
defensa.com