"Operación
 Estaca". Este es el nombre de la misión de reconocimiento de las tropas
 españolas en la ruta Lithium, que une Qala i Naw y Bala Murghab, 
durante los dos últimos días. Dos días de trabajo en los que han "robado
 la iniciativa" a los insurgentes, que tuvieron el miércoles diez 
muertos y entre seis y ocho heridos durante las casi once horas en las 
que se prolongó el fuego cruzado. España sufrió una baja, el 
paracaidista J.F.F., de 27 años, herido en las dos piernas y que se 
encuentra "francamente bien", según el coronel Luis Cebrián, jefe del 
contingente desplegado en la Qala i Naw.
"El
 golpe que se les ha ocasionado ha sido importante", aseguró el coronel 
Cebrián en una entrevista con un grupo de periodistas españoles en la 
base Ruy González de Clavijo de Qala i Naw. "Si bien no vamos buscando 
el contacto ni el combate, las fuerzas aquí desplegadas tampoco vamos a 
rehuirlo en el momento en el que se nos enfrenten. Y, en ese sentido, 
creo que les hemos robado la iniciativa y que les hemos pillado 
desprevenidos. Si logramos mantener ese tipo de actitud, será bastante 
beneficioso para controlar cuáles son sus capacidades futuras".
La
 13ª compañía y la plana mayor de la III Bandera llevaron el peso de la 
operación, que comenzó con la salida del convoy de la base Ruy González 
de Clavijo en la madrugada del pasado martes y que concluyó ayer jueves,
 con el regreso de los militares a Qala i Naw sobre las 19.00 (hora 
local, 2 horas y 30 minutos menos en España). El objetivo era claro: 
despejar la ruta Lithium para que los trabajos de "gravelado" puedan 
continuar a partir de este viernes con seguridad.
Las
 tropas españolas llegaron el martes al puesto avanzado de combate 
Bernardo de Gálvez (COP, por sus siglas en inglés) de Ludina, donde se 
planeó la operación. Es un lugar conocido para la compañía, que estuvo 
en el COP hasta el pasado 1 de agosto, en un despliegue que comenzó 
cuando tomó el relevo en Afganistán, el 1 de junio. Y es probable que 
vuelva a desplegar allí.
Una acción que comenzó de madrugada para sorprender a los talibanes
El
 contingente durmió en una base de patrulla en un punto marcado en la 
ruta y a las 4.00 de la mañana del miércoles comenzó la patrulla a pie 
por las cercanías de las poblaciones de Laman y Mangan, una zona en la 
que el pasado viernes 17 de agosto los insurgentes colocaron dos IED que
 explotaron al paso de un convoy español que apoyaba el repliegue 
italiano y estadounidense. Antes, como habitualmente realiza, un avión 
no tripulado, UAV, Raven de la base de Qala i Naw hizo un vuelo de 
reconocimiento.
La
 acción española sorprendió a los insurgentes, que dispararon, según 
fuentes de Defensa, desde las 5.00 de la madrugada. Los combates se 
prolongaron durante toda la mañana y, en una de esas acciones, hirieron 
al paracaidista J.F.F., al que una bala atravesó la pierna derecha, con 
salida en dos trayectorias, antes de quedar alojada en la pierna 
izquierda. 
Los
 hostigamientos concluyeron con la llegada del apoyo aéreo de la ISAF. 
Primero, aviones F-15 estadounidenses y, posteriormente, helicópteros 
Apache, unos medios que hicieron que los insurgentes, entre los que se 
confirmaron diez muertos y entre seis y ocho heridos, huyeran en varias 
motocicletas.
Como
 estaba previsto, las tropas españolas pasaron la noche del miércoles al
 jueves durmiendo de nuevo en un puesto de base de patrulla y comenzaron
 una patrulla a pie por la zona a las 4 de la madrugada de ayer. Sin 
hostigamientos, todo salió "según lo previsto", explican fuentes 
militares. 
Una
 vez concluida la misión, el contingente regresó a la base de Qala i 
Naw, en un viaje en el que el convoy empleó más de 9 horas, casi el 
triple de lo que es habitual, porque se extremaron las medias de 
seguridad en previsión de que los insurgentes hubiesen colocado 
explosivos improvisados (IED) en el camino. "Muy probablemente, en la 
zona en la que sufrieron el golpe, bajará el nivel de actividad. Pero 
tienes zonas adyacentes en las que, o bien pueden maniobrar a la zona 
que ya liberamos, o bien pueden dedicarnos su atención con nuevas 
acciones de hostigamiento. Y sobre todo con su táctica favorita, que son
 los IED", explicó el coronel Cebrián.
España cumplirá, Italia no se sabe aún
La
 Operación Estaca se planeó para que las tropas españoles tuvieran más 
presencia en el tramo de la Lithium que discurre por los pueblos al 
norte de Ludina, una zona mayoritariamente pastún en la que los 
insurgentes gozan de una buena acogida. Sin seguridad no se pueden 
levantar los "alfas", como se conoce a las pequeñas construcciones con 
sacos terreros y "hesco bastion" en las que los soldados españoles hacen
 turnos de 48 horas vigilando el avance de las obras. La zona de la ruta
 en el que se trabaja ahora es, a priori, más sencilla y menos montañosa
 que la que se ha acondicionado hasta ahora, por lo que la previsión es 
que el "gravelado" avance más rápido.
La
 actividad en la ruta Lithium recobrará hoy su ritmo normal, después del
 parón del Ramadán, en el que los empleados afganos y los musulmanes de 
la empresa turca han trabajado bajo mínimos. Durante el último mes se 
han llevado a cabo obras en los puentes de la ruta, rellenando el 
encofrado y revisando las zonas ya terminadas, pero prácticamente no se 
ha avanzado en el acondicionamiento con grava del camino.
España
 se comprometió a dar protección a los trabajos entre Sang Atesh y 
Mangan, un sector de aproximadamente 35 kilómetros, de los que ya se han
 completado la mitad, aproximadamente. "Estamos en situación perfecta de
 garantizar que al final del despliegue de las fuerzas españolas en la 
zona sí habremos alcanzado Mangan y habremos dado protección a los 
trabajos del "gravelado". Mangan, en principio, lo hemos alcanzado y lo 
hemos superado. Lo que está pendiente de que llegue son los trabajos de 
afirmado y gravelado de la ruta", explicó el coronel Cebrián.
Lo
 que no parece tan claro es que pueda cumplir Italia, que está en plena 
fase de repliegue de sus tropas en el norte de Badghis y que se 
comprometió a proteger la construcción entre Mangan y Bala Murghab, 
vital para la provincia porque en esta última población se unen la ruta 
Lithium y la Ring Road, la circunvalación de todo Afganistán. "Han 
cumplido la misión de acuerdo con sus criterios nacionales y siguen 
instrucciones de su país dentro del programa que ellos han previsto de 
repliegue. Y ahí nosotros sólo tenemos respeto y todo el apoyo que 
necesiten para efectuar sus movimientos a través de nuestra zona de 
acción", dijo Cebrián.
Joaquín Calderón
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