sábado, 11 de octubre de 2014

¿Puede la lluvia dejar en tierra a los aviones del festival 'Aire75'?

El pronóstico meteorológico para el día de hoy en Torrejón de Ardoz (Madrid), en cuya base aérea está previsto realizar la exhibición aérea conmemorativa del 75º aniversario del Ejército del Aire, está trayendo de cabeza a la organización, que tiene que decidir sobre qué aviones salen a la exhibición y en qué momentos será seguro. 

El cielo estará nuboso y se calcula una probabilidad de lluvia entre el 85 y el 90 %. El del domingo para Madrid es aún peor: 100 % de probabilidades de lluvia durante todo el día. Pero ¿tan vulnerables son los aviones en un día de lluvia como para plantearse la suspensión de eventos como éste??

En coche

No nos damos cuenta porque estamos acostumbrados pero, cuando llueve, conducimos nuestros coches con mayores precauciones:ponemos las luces, dejamos más distancia con el de delante, tememos que el de detrás tarde en frenar, los cristales se empañan, no vemos bien por los retrovisores, recordamos a veces el ‘aquaplaning’… Y, a pesar de las mayores precauciones con las que conducimos, siempre hay más golpes que en los días en que no llueve.


En el mundo de los aviones pasa algo parecido, aunque aumentado, porque las exigencias de seguridad son mucho mayores de lo que comúnmente se cree. A pesar de toda la tecnología puesta al servicio de la seguridad en el vuelo, los pilotos necesitan ver bien en la distancia tanto en sentido horizontal como en sentido vertical. De ahí los reconocimientos anuales de su vista.

No es por el agua


En realidad, no es el agua lo que obstaculiza el vuelo, porque el funcionamiento de un motor a reacción no queda perjudicado por el hecho de que le entre agua por su abertura delantera. La causa de las restricciones en el vuelo en días de lluvia es la falta de condiciones óptimas de visibilidad, al igual que sucede en los días de niebla o de nubes relativamente bajas.

La lluvia sí puede perjudicar, pero es en los despegues y en los aterrizajes a causa de la posibilidad de ‘aquaplaning’. El granizo también es dañino, porque el avión resulta golpeado por las bolas de hielo y pueden estropearse los sensores o las superficies móviles. Y el viento cruzado puede llevar a anular un despegue o un aterrizaje.

Vuelo acrobático

Las patrullas acrobáticas tienen dos problemas con las nubes: uno es la altura a la que estén, ya que pueden dejar poco espacio vertical para la exhibición. 

Los aviones, por una parte, no han de acercarse –por seguridad- a la parte inferior de las nubes y, por otra, han de hacer las evoluciones –por seguridad- a una cierta distancia del suelo, obligatoria. Por lo tanto, aunque aparentemente haya espacio, en realidad puede no ser suficiente. 

Por ello, las patrullas acrobáticas tienen varios tipos de exhibiciones en los que se realizan diferentes tipos de maniobras, unas más ‘verticales’ que otras, dependiendo del espacio libre que haya ese día entre el suelo y las nubes.

El otro problema es la visibilidad horizontal que, si está reducida por niebla o lluvia, impedirá ver a otros aviones, por ejemplo, para hacer una ‘reunión’ –volver a volar reunidos- tras haber hecho una ‘rotura’ en la que se han separado. Otro factor muy importante es que se ha de ver muy bien el suelo, como referencia fija.

Hay que tener claro que si en un vuelo acrobático los aviones se metieran en las nubes, además de la pérdida de visibilidad dentro de ellas, los giros muy fuertes podrían provocar desorientación espacial y causar accidentes ya que los aviones vuelan muy juntos.

Por ello, y a pesar de todas las alternativas previstas de antemano a causa de que siempre se tiene como primera exigencia la seguridad, puede llegar a suspenderse un vuelo, sea del tipo que sea. Estas son las razones por las que está en el aire la realización de la exhibición del sábado y el desfile aéreo del domingo.

En tiempo de guerra

Cabe una reflexión más: ¿y en tiempo de guerra? ¿Se suspende por la lluvia una misión aérea? La respuesta es la misma: se decide en función de las exigencias de la seguridad en vuelo, aunque con los debidos matices sobre la importancia o urgencia de la misión y de los riesgos que han de asumirse para cumplimentarla. Los requisitos de seguridad en tiempo de paz son mucho mayores que en tiempo de guerra.

Recordemos que, en tiempo de guerra, la actuación de las Fuerzas Armadas está dirigida a restaurar la paz -o a imponerla- cuanto antes, llegando a poner en juego, para conseguirlo, la propia vida de los que participan en las misiones. Esta misma asunción de riesgos se aplica a la realización de los vuelos cuyas exigencias de seguridad bajan de nivel.

A. Manzano
http://www.onemagazine.es

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