El Tribunal de Cuentas francés ha proporcionado un extenso informe sobre el programa del cazabombardero Dassault “Rafale”, que revela que cada ejemplar cuesta a la nación 142 millones de euros, mientras en el concurso que ha ganado en la India se ha ofrecido en 80-87 millones. La pregunta es ¿quién paga la diferencia, los contribuyentes de su país o Emiratos Árabes Unidos, que también opta por este modelo?
Dassault
se ha beneficiado de aportes del Estado francés por valor de 4.000
millones de euros, incluso antes de la producción del primer Rafale y se
va a necesitar mucho más que un contrato de exportación para que este
fabricante pueda rembolsar estos créditos. El 2 de febrero de 2012,
empleados suyos se manifestaron reclamando incrementos salariales, dos
días después que el presidente Sakozy –y proclamado candidato para
continuar en su cargo en las próximas elecciones– anunciara
triunfalmente el contrato del siglo: la venta de esos cazabombarderos a
la India, su primer cliente en el extranjero, aún mucho antes que se
haya firmado nada.
Todo puede ocurrir en la denominada
negociación exclusiva que debía comenzar a partir de ese momento. Por
ejemplo, Eurocopter ganó en la India un contrato para suministrar 197
helicópteros, pero vio como se rompía en diciembre de 2007. Francia,
además, conoce muy bien que tiene que ser muy cuidadosa con los efectos
boomerang. El ex presidente brasileño Lula da Silva anunció en su día a
bombo y platillo que su país compraba el Rafale, sin materializarse, y
en el último medio siglo se declaró a la industria francesa ganadora de
varios concursos, en los que al final nada ocurrió. El primer ministro
del Reino Unido, David Cameron, proclamó: haré todo lo mejor para animar
a la India a reconsiderar el (Eurofighter) “Typhoon”, por lo que la
batalla parece que no ha terminado.
India seleccionó el Rafale en un eventual contrato de entre 10.000 y 11.000 millones de euros para adquirir 126 cazas, 80 a 87 millones por avión, cuando, según el Tribunal de Cuentas galo, se ha vendido por unos 150 millones a las Fuerzas Armadas de su país, representando una enorme brecha entre los dos precios. O se colocó demasiado caro en su propia nación, o los indios comprarán un modelo que es mucho más barato, o algo ocurre. Simultáneamente, Emiratos Árabes Unidos, que negocia 60 Rafale, exigen explicaciones de porqué a allos no se les ha ofrecido a tan buen precio, a lo cual Dassault responde que la India quiere el avión tal como está, mientras que en Oriente Medio desean un nuevo radar y motores más potentes.
De todos modos, no es con un descuento de envergadura que se obtendrán beneficios en un programa como el Rafale, que, por el momento, le está costando 43.000 millones de euros por 286 aeronaves. Se han invertido hasta ahora 5.000 millones en estudios, investigación y desarrollo y ensayos con 5 prototipos, cantidades de las que el Estado ha pagado el 75 por ciento, que debe recuperar en parte con contratos de exportación, pero parece que no va a ser el caso. Los franceses tienen la esperanza de ponerse al día vendiendo este modelo a precio completo con todo lo que puede portar: bombas, misiles, cohetes y el de ingenio crucero Scalp EG. París también sueña con ayudar e Nueva Dehli en el proyecto ultrasecreto del avión no pilotado de reconocimiento y ataque Aura.
Otro problema consiste en que, de acuerdo a lo acordado, sólo 18 de los 126 aparatos serán producidos en Francia y, teniendo en cuenta que el regimen de fabricación es de 11 Rafale al año, este negocio no garantiza trabajo sin límites para todos los empleados de la factoría de Dassault de Hexagone. Francia está creando competidores en un considerable país emergente, afirmó el socialista Paul Quilès, preocupado con la exportación de tecnología. Una escalación de costes superior al 50 por ciento (63.000 millones de rupias en este caso) requerirá la autorización del Ministerio de Finanzas, antes que el Consejo de Adquisiciones de Defensa, o DAC (Defense Acquisitions Council) pueda proceder. Con un coste del concurso de la India subiendo de 83.000 millones de rupias a 125.000, la revisión del gasto estimado del programa MMRCA (Medium Multi-Role Combat Aircraft) de avión de combate medio multirrol exigirá la aprobación de ese Departamento.
La elección de la oferta del Rafale por la Indian Air Force (IAF) ha sido entre las dos posibilidades más caras, que quedaron como finalistas, de los seis modelos que participaron en el concurso. Mientras hay muy poca información sobre los aspectos comerciales y componentes actuales del coste de los dos aparatos planteados por el consorcio Eurofighter y Dassault, existen algunos datos disponibles, algunos bastante recientes, de cómo se trataría de hacer llegar los gastos anticipados a los contribuyentes indios, una vez que el francés es el seleccionado. Se han examinado los costes calculados por el Gobierno francés, tomando como base dos informes, el del Tribunal de Cuentas, emitido en 2010 (basado en cifras de 2009) y el de revision del presupuesto de defensa para 2012 por parte del Senado galo, fechado en noviembre de 2011.
India seleccionó el Rafale en un eventual contrato de entre 10.000 y 11.000 millones de euros para adquirir 126 cazas, 80 a 87 millones por avión, cuando, según el Tribunal de Cuentas galo, se ha vendido por unos 150 millones a las Fuerzas Armadas de su país, representando una enorme brecha entre los dos precios. O se colocó demasiado caro en su propia nación, o los indios comprarán un modelo que es mucho más barato, o algo ocurre. Simultáneamente, Emiratos Árabes Unidos, que negocia 60 Rafale, exigen explicaciones de porqué a allos no se les ha ofrecido a tan buen precio, a lo cual Dassault responde que la India quiere el avión tal como está, mientras que en Oriente Medio desean un nuevo radar y motores más potentes.
De todos modos, no es con un descuento de envergadura que se obtendrán beneficios en un programa como el Rafale, que, por el momento, le está costando 43.000 millones de euros por 286 aeronaves. Se han invertido hasta ahora 5.000 millones en estudios, investigación y desarrollo y ensayos con 5 prototipos, cantidades de las que el Estado ha pagado el 75 por ciento, que debe recuperar en parte con contratos de exportación, pero parece que no va a ser el caso. Los franceses tienen la esperanza de ponerse al día vendiendo este modelo a precio completo con todo lo que puede portar: bombas, misiles, cohetes y el de ingenio crucero Scalp EG. París también sueña con ayudar e Nueva Dehli en el proyecto ultrasecreto del avión no pilotado de reconocimiento y ataque Aura.
Otro problema consiste en que, de acuerdo a lo acordado, sólo 18 de los 126 aparatos serán producidos en Francia y, teniendo en cuenta que el regimen de fabricación es de 11 Rafale al año, este negocio no garantiza trabajo sin límites para todos los empleados de la factoría de Dassault de Hexagone. Francia está creando competidores en un considerable país emergente, afirmó el socialista Paul Quilès, preocupado con la exportación de tecnología. Una escalación de costes superior al 50 por ciento (63.000 millones de rupias en este caso) requerirá la autorización del Ministerio de Finanzas, antes que el Consejo de Adquisiciones de Defensa, o DAC (Defense Acquisitions Council) pueda proceder. Con un coste del concurso de la India subiendo de 83.000 millones de rupias a 125.000, la revisión del gasto estimado del programa MMRCA (Medium Multi-Role Combat Aircraft) de avión de combate medio multirrol exigirá la aprobación de ese Departamento.
La elección de la oferta del Rafale por la Indian Air Force (IAF) ha sido entre las dos posibilidades más caras, que quedaron como finalistas, de los seis modelos que participaron en el concurso. Mientras hay muy poca información sobre los aspectos comerciales y componentes actuales del coste de los dos aparatos planteados por el consorcio Eurofighter y Dassault, existen algunos datos disponibles, algunos bastante recientes, de cómo se trataría de hacer llegar los gastos anticipados a los contribuyentes indios, una vez que el francés es el seleccionado. Se han examinado los costes calculados por el Gobierno francés, tomando como base dos informes, el del Tribunal de Cuentas, emitido en 2010 (basado en cifras de 2009) y el de revision del presupuesto de defensa para 2012 por parte del Senado galo, fechado en noviembre de 2011.
La auditoria del Tribunal de CuentasEl
informe del Tribunal de Cuentas indica que, de acuerdo a las cifras de
2009, el Rafale cuesta a Francia 142,3 millones de euros (alrededor de
9.330 millones de rupias) por avión. Los auditores llegaron a este dato
presumiblemente dividiendo el coste total del proyecto, incluyendo el de
desarrollo, entre el número de aparatos encargados. Según el Ministerio
de Defensa francés el coste de fabricación de a cada aeronave es de
101,1 millones (6.630 millones). En la opinión de ese Departamento, el
de la India alcanzaría los 830.000 millones de rupias para los 126
aviones, casi el doble de la estimación presupuestaria de 2007, cifrada
en 420.000 millones y esto asumiendo que no se trasladan a ese país los
de desarrollo. El informe del Comité de Asuntos Exteriores, Defensa y
Fuerzas Armadas del Senado asegura que el Rafale representa para el
contribuyente 43.567 millones, es decir, 152,3 millones por avión, 9.985
millones de rupias, incluyendo los costes de desarrollo. Con este
ajuste de cuentas, los 126 Rafale supondrían para la India unos 1,26
billones de rupias, casi tres veces lo previsto en 2007.
Es importante resaltar que el Gobierno francés ha proporcionado subsidios que afectan al coste de cada aparato, si bien el beneficio que se deriva de ellos no se debería trasladar a la India. Dassault realizaría 18 ejemplares y los otros 108 serían producidos bajo licencia, mediante transferencia de tecnología, por Hindustan Aeronautics Limited (HAL). Los costes de fabricación allí deberían ser más bajos y los de transferencia de tecnología y construcción bajo licencia pueden hacer que cualquier beneficio sea irrelevante. Cuando la IAF seleccionó al Airbus A330 MRTT sobre el Ilyushin Il-78 como avión cisterna, el Ministerio objetó que era más caro que su competidor, modelo ya operado por la Fuerza Aérea, que ahora está otra vez en un proceso de concurso, considerando ahora el coste del ciclo de vida, algo que ya fue tenido en cuenta en el MMRCA.
Desde principios de la pasada década, con la excusa de un fuerte alza en los precios de las materias primas, se crea una crisis de tesorería que afecta a la financiación de ciertos programas, como el Rafale. A partir de 2009, estos sucesos no deberían existir, debido a las fórmulas de revisión de los precios, que son sistemáticamente utilizadas para actualizar los costes de las previsiones iniciales. Después de la ejecución de la precedente Ley de Programación Militar (2003-08), una insuficiencia de créditos de 11.000 millones de euros, es decir, el equivalente a un año completo de programación, llevó a ralentizar el ritmo de realización de la mayor parte de los programas no nucleares, siendo el ejemplo más relevante el del Rafale, cuya fecha de la última entrega, inicialmente prevista en 2010, se ha fijado en 2025, en un programa que se lanzó en 1989. Como consecuencia de todo esto, el número de ejemplares pedidos pasó de 320 a 286.
Es importante resaltar que el Gobierno francés ha proporcionado subsidios que afectan al coste de cada aparato, si bien el beneficio que se deriva de ellos no se debería trasladar a la India. Dassault realizaría 18 ejemplares y los otros 108 serían producidos bajo licencia, mediante transferencia de tecnología, por Hindustan Aeronautics Limited (HAL). Los costes de fabricación allí deberían ser más bajos y los de transferencia de tecnología y construcción bajo licencia pueden hacer que cualquier beneficio sea irrelevante. Cuando la IAF seleccionó al Airbus A330 MRTT sobre el Ilyushin Il-78 como avión cisterna, el Ministerio objetó que era más caro que su competidor, modelo ya operado por la Fuerza Aérea, que ahora está otra vez en un proceso de concurso, considerando ahora el coste del ciclo de vida, algo que ya fue tenido en cuenta en el MMRCA.
Desde principios de la pasada década, con la excusa de un fuerte alza en los precios de las materias primas, se crea una crisis de tesorería que afecta a la financiación de ciertos programas, como el Rafale. A partir de 2009, estos sucesos no deberían existir, debido a las fórmulas de revisión de los precios, que son sistemáticamente utilizadas para actualizar los costes de las previsiones iniciales. Después de la ejecución de la precedente Ley de Programación Militar (2003-08), una insuficiencia de créditos de 11.000 millones de euros, es decir, el equivalente a un año completo de programación, llevó a ralentizar el ritmo de realización de la mayor parte de los programas no nucleares, siendo el ejemplo más relevante el del Rafale, cuya fecha de la última entrega, inicialmente prevista en 2010, se ha fijado en 2025, en un programa que se lanzó en 1989. Como consecuencia de todo esto, el número de ejemplares pedidos pasó de 320 a 286.
Alejandro Viejo
Fotografías:
“Rafale” de la Fuerza Aérea francesa (foto K. Tokunaga/Dassault Aviation).
“Cockpit” del “Rafale” (foto A. Paringaux/Dassault Aviation).
En vuelo.
“Rafale M” a bordo del portaaviones R91 FS “Charles de Gaulle” (foto Marina francesa).
Motores M88-4E de Snecma (foto Eric Drouin/Snecma).
Cadena de producción en la factoría de Dassault (foto S. Randé/Dassault Aviation).
"Rafale" con bombas guiadas AASM en los cielos de Afganistán (foto Armée de l’Air).
Portando los misiles aire-aire MICA (foto K. Tokunaga/Dassault Aviation).
Armando un “Rafale” (foto A. Paringaux/Dassault Aviation).
http://www.defensa.com/
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