Crimea no es el único territorio que causa disputas
internacionales. Las islas Malvinas son objeto de litigio entre
Argentina y el Reino Unido. Las huellas de la guerra de 1982 siguen muy
presentes y reviven en la memoria de sus residentes.
"Era todo un desastre. Este lugar era un verdadero desastre, horrible.
Había restos de los combates por todas partes", asegura Keave, uno de
los lugareños que vivió la contienda. Como el resto de los
habitantes de Malvinas, Keave tuvo que adaptarse a convivir con los
recuerdos de la guerra. Aunque han pasado 31 años, aquí todos están
relacionados a ese enfrentamiento que marcó un antes y un después en sus
vidas.
"Nos despertamos con el ruido de los disparos. Nunca había
escuchado disparos antes en mi vida excepto en la caza de gansos en la
granja. Nos despertamos en medio de una batalla… y se estaba
desarrollando muy cerca de nosotros", relata por su parte Andrea, otra
de las residentes, que tenía 10 años cuando se desató el conflicto.
Las
imágenes grabadas a fuego en su memoria se complementan hoy con
monumentos, huellas de bombardeos y campos minados que lo traen al
presente, incluso para las nuevas generaciones. Tom Hill, director de Educación de Malvinas ,
asegura que cuando los niños suben a los montes por alguna excursión
del colegio "pulen todos los monumentos para asegurarse de que todos
estén lindos y brillantes… o sea, los niños son conscientes de estas
cosas".
"Evidentemente la gente reaccionó. Era una población
de 900 habitantes y de repente tener toda una presencia militar es
fuerte y fue 'chocante' para la población", relata María Fernanda Cañas,
argentina que, junto con su hermana, fue la primera profesora de
español enviadas desde el continente cuando todavía su país mantenía con
el Reino Unido un diálogo fluido por la soberanía de las islas.
Legado mortal
El peligro de los campos minados aún existentes es otro de los legados
de la guerra. Los trabajos para desenterrar las minas son costosos y
lentos y la población intenta enfrentar el temor con una actitud
relajada que les permita seguir sus vidas con normalidad.
"Ellos vienen a limpiar todas las minas. Y luego invitan a todo el mundo en
el pueblo para que vaya al campo de minas. Y entonces juegan un partido
de fútbol. ¡Sobre el campo de minas! Es para demostrar que ahora es
completamente seguro", afirma Hill.
No obstante, el futuro por ahora
sigue siendo una incógnita. El pasado dejó a ambas partes una amarga herencia que seguirán compartiendo. Mientras el conflicto entre la Argentina y el Reino Unido continúa, en las Malvinas las huellas de la guerra de 1982 se perciben prácticamente a cada paso.
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