La despiadada lógica de la disuasión nuclear, que
aún nadie suprimió, obliga mantener permanentemente a las Tropas de
Misiles Estratégicos (RVSN, en ruso) en la más alta disposición. Hoy,
las RVSN, a la par con los demás cuerpos de la triada nuclear, se están
renovando de forma permanente. ¿Pero qué aspecto tendrán hacia el año
2020?
Apuesta por la movilidad
El
hecho de que las RVSN siguieron siendo en los tiempos postsoviéticos
uno de los muy pocos elementos de la máquina militar, que mantenían la
disposición de combate, es un gran mérito del Gobierno del país que supo
evaluar las posibles consecuencias del “fracaso” en este ámbito.
Topol M
Sin
embargo, de los componentes concretos del actual poder de combate de las
RVSN, cabe destacar que la renovación del potencial de este importante
tipo de fuerzas armadas, es en buen grado mérito del Instituto de
Termotécnica de Moscú y de la fábrica de armamento de la ciudad de
Votkin, diseñador y fabricante respectivamente de los misiles
intercontinental es Tópol, Tópol-M y Yars.
Cuando en
1997 se desplegaba la producción en serie de los Tópol-M, en la variante
emplazada en silos subterráneos, ya se suponía que estos misiles y los
Yars, creados sobre la base de aquellos – tanto los instalados en silos
como los móviles – deberían ser la base del poderío militar de las
Tropas de Misiles Estratégicos.
Yars
Al propio tiempo, los sistemas móviles
eran contemplados como los que contaban con mayores perspectivas, a
pesar de que las plataformas de lanzamientos instaladas en silos, hacia
finales de los años ochenta alcanzaron su máxima perfección y una
excelente capacidad de protección.
Estaban en condiciones de proteger el
misil suspendido en el interior del silo, incluso de una explosión
nuclear no lejana, aunque no podían garantizar la defensa ante el
impacto directo de un proyectil de alta precisión en el techo del silo,
pero precisamente en la década de los 90 se demostraron de forma amplia y
convincente las posibilidades de tales proyectiles.
No
obstante, los misiles que llevan una sola ojiva de combate nuclear, y el
Tópol-M es uno de ellos, tanto los emplazados en silos como los
móviles, no daban garantías de que no se ocasionara un perjuicio
inadmisible, especialmente en el caso de combinación del primer ataque
del lado del eventual enemigo con el anunciado despliegue del sistema de
defensa antimisiles, capaces de interceptar los portadores que quedaron
intactos tras semejante ataque.
La respuesta a este reto es el Yars,
que combina la movilidad con la capacidad de transportar cuatro ojivas
de combate, según algunas informaciones. En combinación con el complejo
de medios de penetración del sistema de defensa antimisiles, eso
garantiza, como mínimo, que una parte de las ojivas lleguen a destino.
La
división de Teikovo, dos de cuyos regimientos han sido rearmados con
misiles móviles Tópol-M, y otros dos con Yars, fue la primera unidad
equipada completamente con nuevos sistemas.
Treinta y seis plataformas
de lanzamiento y más de setenta ojivas nucleares componen una potencia
suficiente para aniquilar a decenas de millones de personas. Al propio
tiempo, en las condiciones actuales, no es tan importante el número de
víctimas del poder de choque de las RVSN como la disposición del
potencial existente y capacidad de protección.
Significado acrecentado
El
significado de los sistemas móviles en el arsenal de las RVSN aumentó
notoriamente después de que el Tratado START III, firmado por Barack Obama y Dmitri Medvédev,
quitara las limitaciones de regiones de emplazamiento de los sistemas
móviles. Es imposible prever de qué punto de la enorme región operativa
se efectuará el lanzamiento, y lo complica considerablement e su
detección oportuna e intercepción.
De tal modo, la movilidad es hoy una
defensa más segura que las miles de toneladas de las fortificaciones de
hormigón armado y las decenas de centímetros del blindaje de acero de
las instalaciones de los silos subterráneos.
En los
próximos diez años los Yars deberán sustituir completamente a los Tópol
de construcción soviética de las RSVN. Si se resuelve esta tarea podrá
decirse que se ha cumplido el programa mínimo de mantenimiento de la
disposición de combate de las RSVN en las condiciones del despliegue del
sistema de defensa antimisiles de EEUU.
El programa máximo depende ya
no solo de los medios que se asignan a las fuerzas nucleares
estratégicas. Pese a su movilidad, estos sistemas también necesitan
protección. Y hoy se debe hablar de la creación de regiones bien
defendidas con el sistema de defensa aéreo-espacial, dentro de las
cuales los sistemas móviles de misiles estarán protegidos de un primer
ataque imprevisto.
Entre ciento noventa y doscientos
Yars deberán suministrarse hasta el año 2020. Esa cantidad alcanza justo
para sustituir los ciento setenta misiles RS-12M Tópol de que disponen
las RSVN, que fueron fabricados en los años ochenta y principios de los
noventa, y para garantizar un número suficiente de lanzamientos de
entrenamiento.
¿Apuesta por los misiles emplazados en silos subterráneos?
Sin
embargo, no todos están de acuerdo con la retirada de los misiles de
combustible líquido de las RSVN. Y esta disensión dio vida a un nuevo
proyecto de misil de combustible líquido.
RS-20 Voevoda
Este misil,
que deberá sustituir al RS-20 Voevoda, empezará a fabricarse antes de
fines de año. Con anterioridad se había informado que el nuevo misil
entrará en servicio de las RVSN en la segunda mitad de la presente
década. El inicio de su producción y pruebas en 2014 facilitará el
cumplimiento este plazo.
Impresiones de la potencia
No
hay nada que discutir. El lanzamiento de los misiles intercontinental
es de combustible líquido emplazados en silos subterráneos es un
espectáculo hermoso. Se abre la tapa, luego potentes cargas de polvo
elevan el misil a la superficie. Una vez fuera del silo pende en el aire
durante un instante y después empieza a cobrar velocidad y altura. Seis
ojivas de combate de medio megatón para el RS-18 y diez de 0,8
megatones para el RS-20 son potencias capaces de destruir ciudades y
países enteros.
Los misiles balísticos intercontinental
es de combustible líquido emplazados en silos subterráneos
constituyeron durante largo tiempo la base del poderío nuclear de la
Unión Soviética y también representan una fuerza notoria en el arsenal
nuclear de Rusia.
La gradual puesta fuera de servicio de estos misiles,
por agotamiento de recursos, prorrogados reiteradas veces, fue una de
las causas principales de la brusca caída del potencial nuclear ruso.
Hasta los últimos tiempos el Tópol-M con una ojiva de combate era el
principal misil que engrosaba el armamento de las RVSN. Luego llegó el
Yars, pero sus tres o cuatro ojivas de combate son a todas luces
insuficientes para ser un sustituto equivalente a los Voevoda RS-20,
conocidos en Occidente como Sataná.
En estas
condiciones, la elaboración de un misil de nueva generación con
combustible líquido y emplazamiento en silos subterráneos ha sido
considerada razonable. Las múltiples cargas elevan, entre otras cosas,
las posibilidades de como mínimo una parte de las ojivas de combate de
penetrar el sistema de defensa antimisiles. Pero detrás del atractivo
exterior de esa resolución se esconden serios problemas.
¿Quién está más protegido?
Las
plataformas de lanzamientos en silos pueden salvar el misil de
prácticamente lo que sea. Incluso una explosión nuclear a doscientos
metros no garantiza la puesta fuera de servicio del misil. Mientras que
arma nuclear fue prácticamente el único medio de neutralización de los
arsenales estratégicos del enemigo, tales posibilidades sobraban.
Pero
el desarrollo de los sistemas de alta precisión hizo lo suyo. Ahora
cualquier silo puedes ser destruido con el impacto de una o dos
municiones convencionales cargadas con varios cientos de kilogramos de
sustancias explosivas. Desde luego que la precisión de los medios
nucleares tampoco permaneció en un mismo lugar.
La
amenaza del primer ataque desolador con empleo del arma de alta
precisión es uno de los motivos principales del traslado del “centro de
gravedad” de las RVSN a los sistemas móviles y el incremento de la
participación de las fuerzas navales en la triada nuclear. Los sistemas
móviles, capaces de desconcentrarse rápidamente, se convirtieron en un
objetivo mucho más difícil.
Y los satélites y aparatos no tripulados no
garantizan la detección oportuna de estas máquinas ni tampoco que el
objeto detectado sea un blanco falso.
La posibilidad de
un rápido cambio de posición, la inaccesibilidad de buena parte del
territorio de Rusia para el espionaje satelital en función de las
condiciones meteorológicas, las enormes superficies de búsqueda, las
enormes distancias que deben recorrer los drones – todo esto da
sensibles ventajas a los sistemas móviles en comparación con las
instalaciones en los silos, que se colocan una vez y para siempre.
Como
resultado, la elaboración acelerada y producción en serie de un nuevo
misil de emplazamiento en silo parece ser una tentativa de mantener la
cooperación de los diseñadores correspondientes, más que un paso serio
encaminado a elevar las posibilidades de las Tropas de Misiles
Estratégicos. Por lo demás, todavía no es tarde para corregir esta
resolución.
http://spanish.ruvr.ru
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