domingo, 2 de marzo de 2014

El futuro de las tropas más pacíficas

 

El futuro de las tropas más pacíficas
Las tropas de misiles estratégicos se distinguen entre todas las demás subcategorías de las Fuerzas Armadas por su destino: no combatir nunca, estando siempre en disposición a la guerra; la más natural y terrible de todas las posibles – la guerra global de misiles.


La despiadada lógica de la disuasión nuclear, que aún nadie suprimió, obliga mantener permanentemente a las Tropas de Misiles Estratégicos (RVSN, en ruso) en la más alta disposición. Hoy, las RVSN, a la par con los demás cuerpos de la triada nuclear, se están renovando de forma permanente. ¿Pero qué aspecto tendrán hacia el año 2020?

Apuesta por la movilidad

El hecho de que las RVSN siguieron siendo en los tiempos postsoviéticos uno de los muy pocos elementos de la máquina militar, que mantenían la disposición de combate, es un gran mérito del Gobierno del país que supo evaluar las posibles consecuencias del “fracaso” en este ámbito. 

 Topol M
 
Sin embargo, de los componentes concretos del actual poder de combate de las RVSN, cabe destacar que la renovación del potencial de este importante tipo de fuerzas armadas, es en buen grado mérito del Instituto de Termotécnica de Moscú y de la fábrica de armamento de la ciudad de Votkin, diseñador y fabricante respectivamente de los misiles intercontinental es Tópol, Tópol-M y Yars.

Cuando en 1997 se desplegaba la producción en serie de los Tópol-M, en la variante emplazada en silos subterráneos, ya se suponía que estos misiles y los Yars, creados sobre la base de aquellos – tanto los instalados en silos como los móviles – deberían ser la base del poderío militar de las Tropas de Misiles Estratégicos.

 Yars
 
Al propio tiempo, los sistemas móviles eran contemplados como los que contaban con mayores perspectivas, a pesar de que las plataformas de lanzamientos instaladas en silos, hacia finales de los años ochenta alcanzaron su máxima perfección y una excelente capacidad de protección. 

Estaban en condiciones de proteger el misil suspendido en el interior del silo, incluso de una explosión nuclear no lejana, aunque no podían garantizar la defensa ante el impacto directo de un proyectil de alta precisión en el techo del silo, pero precisamente en la década de los 90 se demostraron de forma amplia y convincente las posibilidades de tales proyectiles.

No obstante, los misiles que llevan una sola ojiva de combate nuclear, y el Tópol-M es uno de ellos, tanto los emplazados en silos como los móviles, no daban garantías de que no se ocasionara un perjuicio inadmisible, especialmente en el caso de combinación del primer ataque del lado del eventual enemigo con el anunciado despliegue del sistema de defensa antimisiles, capaces de interceptar los portadores que quedaron intactos tras semejante ataque.

 
La respuesta a este reto es el Yars, que combina la movilidad con la capacidad de transportar cuatro ojivas de combate, según algunas informaciones. En combinación con el complejo de medios de penetración del sistema de defensa antimisiles, eso garantiza, como mínimo, que una parte de las ojivas lleguen a destino.

La división de Teikovo, dos de cuyos regimientos han sido rearmados con misiles móviles Tópol-M, y otros dos con Yars, fue la primera unidad equipada completamente con nuevos sistemas. 

Treinta y seis plataformas de lanzamiento y más de setenta ojivas nucleares componen una potencia suficiente para aniquilar a decenas de millones de personas. Al propio tiempo, en las condiciones actuales, no es tan importante el número de víctimas del poder de choque de las RVSN como la disposición del potencial existente y capacidad de protección.

Significado acrecentado

El significado de los sistemas móviles en el arsenal de las RVSN aumentó notoriamente después de que el Tratado START III, firmado por Barack Obama y Dmitri Medvédev, quitara las limitaciones de regiones de emplazamiento de los sistemas móviles. Es imposible prever de qué punto de la enorme región operativa se efectuará el lanzamiento, y lo complica considerablement e su detección oportuna e intercepción. 

De tal modo, la movilidad es hoy una defensa más segura que las miles de toneladas de las fortificaciones de hormigón armado y las decenas de centímetros del blindaje de acero de las instalaciones de los silos subterráneos.

 
En los próximos diez años los Yars deberán sustituir completamente a los Tópol de construcción soviética de las RSVN. Si se resuelve esta tarea podrá decirse que se ha cumplido el programa mínimo de mantenimiento de la disposición de combate de las RSVN en las condiciones del despliegue del sistema de defensa antimisiles de EEUU. 

El programa máximo depende ya no solo de los medios que se asignan a las fuerzas nucleares estratégicas. Pese a su movilidad, estos sistemas también necesitan protección. Y hoy se debe hablar de la creación de regiones bien defendidas con el sistema de defensa aéreo-espacial, dentro de las cuales los sistemas móviles de misiles estarán protegidos de un primer ataque imprevisto.

Entre ciento noventa y doscientos Yars deberán suministrarse hasta el año 2020. Esa cantidad alcanza justo para sustituir los ciento setenta misiles RS-12M Tópol de que disponen las RSVN, que fueron fabricados en los años ochenta y principios de los noventa, y para garantizar un número suficiente de lanzamientos de entrenamiento.

¿Apuesta por los misiles emplazados en silos subterráneos?

Sin embargo, no todos están de acuerdo con la retirada de los misiles de combustible líquido de las RSVN. Y esta disensión dio vida a un nuevo proyecto de misil de combustible líquido.

 RS-20 Voevoda
 
Este misil, que deberá sustituir al RS-20 Voevoda, empezará a fabricarse antes de fines de año. Con anterioridad se había informado que el nuevo misil entrará en servicio de las RVSN en la segunda mitad de la presente década. El inicio de su producción y pruebas en 2014 facilitará el cumplimiento este plazo.

Impresiones de la potencia

No hay nada que discutir. El lanzamiento de los misiles intercontinental es de combustible líquido emplazados en silos subterráneos es un espectáculo hermoso. Se abre la tapa, luego potentes cargas de polvo elevan el misil a la superficie. Una vez fuera del silo pende en el aire durante un instante y después empieza a cobrar velocidad y altura. Seis ojivas de combate de medio megatón para el RS-18 y diez de 0,8 megatones para el RS-20 son potencias capaces de destruir ciudades y países enteros.

Los misiles balísticos intercontinental es de combustible líquido emplazados en silos subterráneos constituyeron durante largo tiempo la base del poderío nuclear de la Unión Soviética y también representan una fuerza notoria en el arsenal nuclear de Rusia. 

La gradual puesta fuera de servicio de estos misiles, por agotamiento de recursos, prorrogados reiteradas veces, fue una de las causas principales de la brusca caída del potencial nuclear ruso. Hasta los últimos tiempos el Tópol-M con una ojiva de combate era el principal misil que engrosaba el armamento de las RVSN. Luego llegó el Yars, pero sus tres o cuatro ojivas de combate son a todas luces insuficientes para ser un sustituto equivalente a los Voevoda RS-20, conocidos en Occidente como Sataná.

En estas condiciones, la elaboración de un misil de nueva generación con combustible líquido y emplazamiento en silos subterráneos ha sido considerada razonable. Las múltiples cargas elevan, entre otras cosas, las posibilidades de como mínimo una parte de las ojivas de combate de penetrar el sistema de defensa antimisiles. Pero detrás del atractivo exterior de esa resolución se esconden serios problemas.

¿Quién está más protegido?

Las plataformas de lanzamientos en silos pueden salvar el misil de prácticamente lo que sea. Incluso una explosión nuclear a doscientos metros no garantiza la puesta fuera de servicio del misil. Mientras que arma nuclear fue prácticamente el único medio de neutralización de los arsenales estratégicos del enemigo, tales posibilidades sobraban. 

Pero el desarrollo de los sistemas de alta precisión hizo lo suyo. Ahora cualquier silo puedes ser destruido con el impacto de una o dos municiones convencionales cargadas con varios cientos de kilogramos de sustancias explosivas. Desde luego que la precisión de los medios nucleares tampoco permaneció en un mismo lugar.

La amenaza del primer ataque desolador con empleo del arma de alta precisión es uno de los motivos principales del traslado del “centro de gravedad” de las RVSN a los sistemas móviles y el incremento de la participación de las fuerzas navales en la triada nuclear. Los sistemas móviles, capaces de desconcentrarse rápidamente, se convirtieron en un objetivo mucho más difícil. 

Y los satélites y aparatos no tripulados no garantizan la detección oportuna de estas máquinas ni tampoco que el objeto detectado sea un blanco falso.

La posibilidad de un rápido cambio de posición, la inaccesibilidad de buena parte del territorio de Rusia para el espionaje satelital en función de las condiciones meteorológicas, las enormes superficies de búsqueda, las enormes distancias que deben recorrer los drones – todo esto da sensibles ventajas a los sistemas móviles en comparación con las instalaciones en los silos, que se colocan una vez y para siempre.

Como resultado, la elaboración acelerada y producción en serie de un nuevo misil de emplazamiento en silo parece ser una tentativa de mantener la cooperación de los diseñadores correspondientes, más que un paso serio encaminado a elevar las posibilidades de las Tropas de Misiles Estratégicos. Por lo demás, todavía no es tarde para corregir esta resolución.

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