El mayor buque de la Armada Francesa, el portaaviones nuclear 
Charles de Gaulle, ha concluido la profunda revisión a la que ha sido 
sometido durante seis meses tras doce años de vida operativa. En el 
buque han trabajado cerca de un millar de personas durante un millón de 
horas en total para poner a punto desde el casco hasta su sistema de 
combate y, de paso, modernizar sus sistemas de comunicaciones y mejorar 
sus zonas recreativas y de alojamientos, entre otras reformas y 
preparaciones.
El proceso lo ha liderado la firma DCNS en el 
dique seco de la base naval de Tolón, a menos de doscientos kilómetros 
de la frontera italiana. Allí se han repintado 26.000 metros cuadrados 
del buque, se han inspeccionado sus sistemas de propulsión, entre otros 
equipos de a bordo, y se ha sustituido su sistema informático de 
estabilización, además de multitud de trabajos de mantenimiento y 
modernización, como la instalación de 35 kilómetros de cable preparados 
para la posterior instalación de una nueva red IP.
Los 
responsables de DCNS destacan que pese a la complejidad que planteaba la
 renovación del portaaviones “todo se ha completado a tiempo”.
Casi
 todos los centros con los que cuenta DCNS han contribuido de una forma u
 otra a este trabajo al que el grupo ha asignado a 250 de sus empleados.
 Otros 200 trabajadores provenían de las sesenta empresas subcontratadas
 y medio millar más eran de la propia tripulación.
Ha combatido en las operaciones de Libia y Afganistán
 
El
 CVN Charles de Gaulle, el único portaaviones nuclear no norteamericano 
del mundo, comenzó a operar en 2001. Para mover sus 42.000 toneladas a 
plena carga repartidos en un ingenio de 261,5 metros de eslora por hasta
 64,36 metros de ancho y una altura de 75 metros es necesaria una 
tripulación de 2.000 personas, de las que actualmente el 15% son 
mujeres.
El buque ha participado, entre otras operaciones, en las
 recientes misiones francesas en Libia y Afganistán. En total lleva 
recorrido un millón de kilómetros, el equivalente a 23 vueltas al mundo,
 con una media de mil kilómetros al día.
DCNS es responsable de la construcción, entre otros, de las fragatas francesas Fremm, de los buques anfibios Mistral y de los submarinos Scorpène.
 El año pasado alcanzó unos beneficios de explotación de casi 209 
millones de euros, algo más del 7 % de sus ingresos, que superaron los 
2.900 millones. La plantilla de esta empresa, de la que el Estado 
francés es copropietaria, supera los 13.500 empleados.
Foto: DCNS
Infodefensa.com







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