Estos
planes tienen mucha relevancia para el desarrollo de la situación
político-militar en Asia, señala el analista Vasili Kashin, del Centro
ruso de Análisis de Estrategias y Tecnologías.
De
momento, la fuerza naval surcoreana solo dispone de un buque anfibio
del tipo Dokdo. Es capaz de llevar diez helicópteros, pero el proyecto
originario supone la posibilidad de revestir su cubierta de material
refractario para soportar las altas temperaturas asociadas con aviones
de despegue y aterrizaje verticales, como el F-35B. El Dokdo es
considerado como un importante componente de la futura armada de guerra
surcoreana.
Inicialmente,
se pretendía construir tres buques de esa clase. Pero el plan vigente
supone la construcción de solo dos. Según datos de Defense News,
el segundo estará provisto de un trampolín para facilitar el despegue
de aviones, de este modo convirtiéndose en un verdadero portaaviones
ligero. Para 2036, Corea del Sur podrá construir dos portaaviones
ligeros de unas treinta mil toneladas de desplazamiento, tomando como
prototipo el modelo italiano Cavour capaz de llevar treinta aparatos
aéreos.
Otros
países de la región también están ejecutando programas de construcción
de portaaviones. Puede decirse que en Asia ha comenzado una verdadera
“carrera de construcción de portaaviones”, con ciertos rasgos de la
antigua “carrera de los acorazados” que tuvo lugar en Europa antes de la
Primera Guerra Mundial, cuando casi todas las grandes potencias navales
comenzaron a construir naves de nuevo tipo calificados como dreadnoughts.
Algo similar está pasando con los portaaviones en nuestros días.
Japón
posee tres destructores portahelicópteros con características de
portaaviones ligeros, aunque de momento solo llevan autogiros. La India
ha iniciado un rearme total de su flota de portaaviones con ayuda de
Rusia. Incluso Filipinas estaba considerando hasta hace poco la compra
del portaaviones ligero español “Príncipe de Asturias”, retirado del
servicio activo en España.
China
está terminando de construir su primer portaaviones de fabricación
propia en Shanghái y está utilizando como buque escuela el portaaviones
ruso “Variag” transformado en el chino “Liaoning”. Además, está
desarrollando un avión de alerta temprana con base en portaaviones,
similar al estadounidense E-2C Hawkeye.
Entre
los países de Asia, solo China está realizando un programa de
construcción de portaaviones totalmente independiente. La India cuenta
con el apoyo de Rusia que le ha vendido el portaaviones “Vikramaditya” y
le ayuda a construir uno más en los astilleros locales. Además, le está
vendiendo aviones de cubierta MiG-29K/KUB. Corea del Sur y Japón están
importando equipos navales estadounidenses y podrán aprovechar las
experiencias de EEUU, si deciden transformar sus buques en verdaderos
portaaviones.
Por
un lado, China puede sentirse orgullosa porque se está volviendo
autosuficiente en términos tecnológicos. Más por otro, puede verse
rezagada, si la carrera armamentista naval en Asia sigue cobrando
velocidad. En caso de tener suficientes recursos financieros, sus
rivales podrán comprar material y tecnologías listas a los principales
fabricantes globales de armas, mientras que China seguirá gastando
tiempo para diseñar y poner a punto los equipos ya creados en otros
países.
El
único portaaviones chino “Liaoning” no está dotado de catapultas, lo
que supone importantes restricciones para el peso de despegue de los
cazas J-15 basados en él. De esta manera, no se puede descartar que el
equilibrio naval en la región cambie notablemente a favor de Japón y
Corea del Sur, si estos países incorporan los aviones F-35B. Las
expectativas de China pueden estar relacionadas con su segundo
portaaviones en construcción y sus planes de hacer grandes portaaviones
de propulsión nuclear. Necesitará tiempo para construirlos, y es que los
rivales pueden adelantarse comprando novedosos armamentos a EEUU.
© Fotо: en.wikipedia.org
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