Polonia, una de las voces
más críticas con la situación en Ucrania, ha dado un nuevo impulso a la
cooperación militar con Estados Unidos en busca de la protección que no
encuentra en Bruselas.
De momento, desde Washington se ha confirmado que
a partir del lunes que viene llegarán a la base aérea de Lask, en el
centro de Polonia, 12 cazabombarderos F-16 para llevar a cabo unas
maniobras de entrenamiento, junto con 300 efectivos norteamericanos.
Tras el incremento de los lazos
militares entre Varsovia y Washington se encuentra el devenir de
Ucrania, país con el que Polonia comparte muchos kilómetros de línea
fronteriza en su parte oriental. Así lo explicaba ayer el primer
ministro, Donald Tusk, quien aseguraba que, ante lo que está ocurriendo
en el país vecino, es necesario “aumentar la capacidad de respuesta ante
situaciones críticas”.
Polonia ha sido uno de los países que han adoptado una posición más severa respeto a la crisis de Ucrania, además de haber reconocido ya oficialmente al nuevo gobierno interino de ese país. La postura de Washington ofrece garantías de protección a los países aliados de la OTAN en el Este de Europa, que temen un aumento de la inestabilidad en esta región por las iniciativas militares rusas en Crimea.
Por otra parte, la crisis ucraniana ha puesto sobre el tapete la necesidad de Varsovia de modernizar e incorporar nuevo armamento. Está prevista una partida de 42.700 millones de dólares que se utilizará para cumplir estos objetivos y optimizar las capacidades de sus Fuerzas Armadas de aquí al año 2022.
En este contexto, Polonia confirmaba recientemente la adquisición a la italiana Alenia Aermacchi de ocho aviones de entrenamiento M-346, en un contrato que está valorado en unos 388 millones de dólares.
Polonia ha sido uno de los países que han adoptado una posición más severa respeto a la crisis de Ucrania, además de haber reconocido ya oficialmente al nuevo gobierno interino de ese país. La postura de Washington ofrece garantías de protección a los países aliados de la OTAN en el Este de Europa, que temen un aumento de la inestabilidad en esta región por las iniciativas militares rusas en Crimea.
Por otra parte, la crisis ucraniana ha puesto sobre el tapete la necesidad de Varsovia de modernizar e incorporar nuevo armamento. Está prevista una partida de 42.700 millones de dólares que se utilizará para cumplir estos objetivos y optimizar las capacidades de sus Fuerzas Armadas de aquí al año 2022.
En este contexto, Polonia confirmaba recientemente la adquisición a la italiana Alenia Aermacchi de ocho aviones de entrenamiento M-346, en un contrato que está valorado en unos 388 millones de dólares.
J.Martínez
defensa.com
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