El crucero lanzamisiles atómico Almirante Najímov recibirá un nuevo 
armamento de ataque, nuevos complejos de defensa antiaéreas y nuevos 
equipos electrónicos. ¿Qué sentido tiene la renovación a fondo del 
equipamiento de uno de los cruceros más poderosos del mundo?.
   
  
Rusia
  ha comenzado los trabajos de remodelación y profunda reforma del crucero lanzamisiles
  atómico  Almirante Najímov. Los
  trabajos durarán cuatro años, terminarán en 2018, y su coste total podrá ser
  de varias decenas de miles de millones de rublos. Se prevé que el buque
  reciba nuevo armamento, capacidades radicalmente nuevas y que pueda seguir en
  activo en la flota varias decenas de años más.
Acorazado lanzamisiles
Los
  cruceros lanzamisiles atómicos del proyecto 11442 Orlán están pensados para
  otorgar estabilidad militar a las fuerzas que actúen en mares y océanos alejados.
El Almirante Najímov fue botado en 1983
 y hasta 1992 llevó el nombre de Kalinin. Tiene una longitud de 250 
metros y un ancho de 28,5 metros. Cuenta con una altura máxima sobre la 
línea de flotación de 59 metros y un calado de más de 10 metros. El 
cuerpo del crucero pesado está dividido en 18 compartimentos estanco y 
posee una sólida protección estructural y un blindaje de algunas 
secciones de hasta 100 milímetros.
Además, entre sus misiones
  está defenderse de los
  grupos de ataque de los portaaviones y
  destruir las fuerzas
  antisubmarinas del enemigo, así como submarinos atómicos y buques de guerra.
Sus
  grandes dimensiones, su buen blindaje y poderoso armamento de ataque y defensa
  hicieron que los estadounidenses denominaran este tipo de barcos como Crucero
  Atómico de Línea con Armamento de Misiles (BCGN- Battlecruiser
  Guided-Missiles Nuclear) o incluso Acorazado con Misiles.
Calibre principal
La
  principal línea de modernización será el armamento del buque. La sustitución
  afectará ante todo al principal calibre, el complejo de misiles antibuque
  (PKRP) P-700 con misiles antibuque supersónicos de largo alcance operativos
  (PKR) 3M45 Granit. 
Estos misiles son capaces de atravesar prácticamente
  cualquier formación de defensa antiaérea con unas pérdidas mínimas a una
  distancia de 550 kilómetros. El 3M45 lanza contra el objetivo una cabeza
  bélica cuasi perforante con un peso de 750 kilogramos, contenido en un sólido
  cuerpo que es impenetrable hasta para los proyectiles perforantes de 30
  milímetros, lo que hacen que sean mucho más complicados de interceptar.
El
  misil, capaz de discernir diferentes tipos y clases de buques y atacarlos en
  los puntos débiles, puede mantenerse todavía durante mucho tiempo en activo.
  Sin embargo, en este tipo de cruceros
  y en los cruceros submarinos atómicos de misiles del proyecto 9494A se
  sustituirán. Probablemente la razón es que el Granit es demasiado
  especializado: da pena utilizar un PKR tan caro y pesado para algo más
  pequeño que un destructor o un crucero, e incluso es mejor en un
  portaaviones.
Ya
  se conoce que la capacidad
  total del nuevo complejo será de 80 unidades de lanzamiento. ¿Qué tipo de
  misiles serán? Habrá misiles antibuque PKR ON P-900 3M55 Ónix y 3M54 Biriuza
  del sistema de armamento Kalibr.
El
  Ónix tiene, sin duda, todas las posibilidades del Granit  en cuanto a la táctica de grupo y como ha
  sido creado sobre una base mucho más moderna, está mucho más protegido frente
  a interferencias. El menor alcance y la menor masa de la cabeza bélica se
  compensan con el aumento del número de misiles.
A favor y en contra
Esta
  modernización tiene tanto partidarios como adversarios. Los adversarios
  consideran que esta clase de buques son "tan inútiles como las
  pirámides" y que su modernización no es otra cosa que un gasto sin sentido.
Es evidente que en lugar de modernizarlo se podrían construir
  varias corbetas o fragatas. Sin embargo la flota no puede estar compuesta
  únicamente de este tipo de barcos, hacen falta buques de envergadura, que
  posean las características más potentes tanto en el ámbito de las formaciones
  de defensas antiaéreas como en las de ataque. El precio de la
  modernización será claramente mayor que el precio de un futuro destructor.
  Pero las capacidades bélicas, seguramente, sean mayores.
Por
  otro lado, además de los Orlán, la flota necesita cruceros submarinos
  atómicos del proyecto 885M y modernizar el resto de proyectos y los futuros
  destructores y fragatas de los proyectos 22350 y 11356R así como 
  decenas de corbetas. 
Para todo esto hace falta mucho dinero. Y no hay que
  olvidar que Rusia es en primer lugar un estado continental, es decir que la
  flota para ella no es y nunca será la principal de las fuerzas armadas. En
  todo hace falta tener medida y a fin de cuentas, el porcentaje de la flota en el programa estatal de armamento hasta
  2020 es de menos de un cuarto.
¿Quién es el siguiente?
Se
  entiende que una modernización de este calado exige cambios en la mayoría de
  los radiolocalizadores y medios radiotecnológicos del buque, los complejos
  informáticos e hidroacústicos del buque.
Pero en esencia, cuando termine será
  un barco completamente distinto.
Ya
  se sabe que el próximo en entrar en dique seco para su reparación y
  modernización será el crucero nuclear en explotación Piotr Veliki.
  Probablemente su modernización será más rápida, ya que se encuentra en un
  estado mucho mejor y las tecnologías que se utilizarán ya estarán probadas.
  Es de suponer que los trabajos se completen en 2021. Para entonces ya se
  habrán construido suficientes buques de los nuevos proyectos para escoltar de
  forma digna al Acorazado de Misiles. 
Fuente: Oleg Lástochkin / Ria Novosti 
Artículo publicado originalmente en ruso en Vzgliad.







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