El futuro político de Cuba se construirá sin los hermanos Castro. En 
primer lugar por una razón biológica: Fidel Castro acumula ya cinco años
 de retiro a causa de su enfermedad y va para 86 años, mientras que Raúl
 Castro tiene ya 81. La interrogante no es si estarán los Castro en ese 
futuro, claramente no estarán, sino si sobrevivirá el castrismo.
El
 régimen, personalista y dinástico, alcanzó desde los años 70 mayores 
niveles de institucionalización, terreno en donde se afianzó la 
estructura del Partido Comunista como organismo de encuadre y 
organización de las masas, en el lenguaje marxista-leninista, muy 
querido por Fidel, quien siguió siendo el caudillo indiscutible.
Pero
 el futuro de Cuba no pasa ni por los hermanos Castro ni por el PCC. 
Pasa por la única institución que desde los años 60 es el verdadero 
pilar en el que se sostiene la Revolución y el Estado: las Fuerzas 
Armadas, creación directa y mimada de Raúl Castro. En la actualidad la 
cúpula militar del país tiene a tres de sus miembros en el buró político
 del Partido: el ministro de Defensa Leopoldo Cintra Frías, el 
viceministro Álvaro López Miera y el viceministro de las FAR, el general
 de tres estrellas Ramón Espinosa Martín.
Un
 ejército que en los años 60 ganó un inmenso prestigio gracias a sus 
victorias sobre las fuerzas anticastristas (triunfos en Bahía de 
Cochinos en 1961 y sobre la guerrilla anticomunista de la sierra de 
Escambray). Luego, en los 70 y 80, las Fuerzas Armadas ganaron aún más 
renombre durante sus intervenciones a favor de gobiernos comunistas en 
África, Angola y Etiopía, donde mostraron un alto grado de pericia, 
audacia y profesionalidad.
En
 los 90 y durante la pasada década, las Fuerzas Armadas se 
transformaron, de la mano de Raúl Castro en un gran holding económico 
que controla áreas vitales y productivas de la economía cubana, sobre 
todo, aunque no solo, vinculadas al turismo. Por lo tanto, ese papel de 
monopolio de la violencia legítima, influencia política, control del 
Estado y el territorio y de poder económico convierten a las Fuerzas 
Armadas en el fiel de la balanza del futuro del régimen y de la 
Revolución.
Las Fuerzas Armadas, el pilar del régimen castrista
Por
 eso, los cambios que ocurran en la institución deben ser leídos a corto
 plazo y sobre todo a medio, pensando en que se produzca los hechos 
inevitables de carácter biológico. En ese contexto se sitúa el 
nombramiento por parte de Raúl Castro del nuevo ministro de Defensa 
cubano, el general Leopoldo Cintra Frías.
Se
 trata de un viejo militar, de 70 años, con un amplio historial de 
servicios, que incluye misiones en Angola, donde dirigió importantes 
batallas como la de Cuito-Canavale en 1988. Cintra Frías sustituye al 
general Julio Casas Regueiro, fallecido repentinamente el 4 de 
septiembre lo que indica una obviedad: los estragos que ya está haciendo
 la biología en la elite castrista.
 En
 estos cambios, todos los ojos se ha puesto sobre Cintra Frías aunque lo
 más relevante a la larga puede ser el hombre que le sustituye como 
viceministro primero del Minfar, el general Álvaro López Miera, quien 
además continuará desempeñando sus funciones como jefe del Estado Mayor 
General, que ocupa desde 1997.
El general López Miera, de 68 años, es miembro del Buró Político del Partido Comunista, participó en las guerras de Etiopía y Angola, y ahora se sitúa en una posición estratégica como segundo en la línea de sucesión del Ministerio.
El general López Miera, de 68 años, es miembro del Buró Político del Partido Comunista, participó en las guerras de Etiopía y Angola, y ahora se sitúa en una posición estratégica como segundo en la línea de sucesión del Ministerio.
López Miera, el hombre clave del futuro
López
 Miera, a diferencia de Cintra Frías, es una figura que genera más 
consensos dentro de las Fuerzas Armadas. Como apuntó en su día Norberto 
Fuentes "es un hombre de Raúl, pero es además el hombre que Raúl 
personalmente preparó durante años para la posición de jefe del 
todopoderoso Estado Mayor General".
Todo
 indica que el nombramiento de Cintra Frías es una solución temporal a 
la espera de preparar el terreno para el hombre que se perfila como 
sucesor de los Castro y heredero del castrismo. Ya en su momento, Juan 
Juan Almeida, hijo del que fuera tercer hombre de Cuba dijo que "si es 
una decisión de cara al mundo, podría nombrar a Álvaro López Miera; pero
 si es con mensaje interno, podría ser Leopoldo Cintra Frías o Ulises 
Rosales del Toro". 
López
 Miera es ante todo un hombre de Raúl, de su más entera confianza, y 
como señala el politólogo y exdiplomático Juan F. Benemelis: "si (Raúl 
Castro) quiere a uno para llevar adelante su sucesión, entonces podría 
ser Álvaro López Miera". 
El
 futuro de Cuba es un gran secreto dentro de un enorme enigma. Es 
difícil y muy arriesgado especular e intentar romper ese muro de azúcar 
que esconde las decisiones del castrismo. Pero por lo poco que podemos 
saber o intuir se puede concluir que:
1- los Castro tienen fecha de caducidad por razones biológicas. 
2-
 Que el castrismo puede perdurar más que sus creadores de la mano de la 
institución clave en el futuro político cubano, las Fuerzas Armadas. 
3-
 Que quien controle esas Fuerzas Armadas será, al menos por un tiempo, 
el hombre fuerte del régimen, evoluciones hacia donde evolucione. 
4-
 Y que ese cargo, a medio plazo, tiene un nombre propio, el de López 
Miera candidato ideal para ministro de Defensa, cercano a Raúl Castro, 
hombre muy respetado en las Fuerzas Armadas por su amplia experiencia 
militar, graduado en la Unión Soviética y con experiencia en el mando de
 tropas. 












un saludo ....
ResponderEliminarUn saludo Ramòn ! gracias
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