El diario español ABC
publica este lunes que técnicos iraníes ya han establecido cuáles son
las áreas de mayor riqueza de uranio en Venezuela y estarían extrayendo
ya el estratégico mineral. Según información obtenida de una
documentación confidencial a la que ha tenido acceso el medio, “el
régimen de Teherán utiliza sus concesiones para la extracción de oro en
el país bolivariano y emplea varias empresas civiles como tapadera”.
Técnicos iraníes han establecido cuáles son las áreas de mayor
riqueza de uranio en Venezuela y estarían extrayendo ya el estratégico
mineral bajo la cobertura del régimen de Hugo Chávez, de acuerdo con
documentación confidencial a la que ha tenido acceso ABC. No solo el
acuerdo de colaboración nuclear firmado entre ambos países viola las
sanciones internacionales impuestas a Teherán, sino que además una
compleja trama de empresas y bancos estaría permitiendo a Irán el lavado
de dinero para su alivio financiero.
Ultimos datos sobre colaboración militar, con la venta de aviones no
tripulados a Venezuela (transacciones comprobadas por este diario) y la
posibilidad de que también misiles de fabricación iraní estén ya en
suelo venezolano (así lo apuntan algunas fuentes pero sin evidencia
gráfica), han hecho saltar las alarmas en EE.UU. Esta semana la cónsul
de Venezuela en Miami, Livia Acosta, podría ser expulsada del país,
después de que un documental de Univisión haya desvelado con cámara
oculta su implicación en la obtención de información para la comisión de
atentados en suelo estadounidense.
La conexión del régimen de Chávez con elementos de Hizbolá ya llevó a
Washington a tomar medidas en el pasado, pero en medio de la presente
crisis entre Irán y EE.UU. la vinculación entre la república islámica y
la bolivariana comienza a atraer la atención de la CIA. Así lo puso de
manifiesto Roger Noriega, alto cargo en la Administración Bush, que
ahora investiga la penetración de Irán en Latinoamérica, en una reciente
intervención en el American Enterprise Institute.
El acercamiento entre
los dos países se consumó en 2005, año en que el presidente Jatamí
visitó Caracas. Chávez devolvió la visita en 2009, correspondida meses
después por el presidente Ahmadineyad. En la documentación oficial de
esos encuentros, que ABC ha podido consultar, se contabilizaban unos
proyectos de colaboración de 30.000 millones de dólares, cifra desmedida
cuando se analiza pormenorizadamente cada inversión. Las abultadas
cuantías tendrían como fin facilitar divisas a Irán.
Entre las sospechosas inversiones está la fábrica de cemento Cerro
Azul, en el estado de Monagas. Su presupuesto es de 750 millones de
dólares, lo que a juicio de consultores externos es desproporcionado
para la producción que desea realizar. El hecho de que lleve seis años
planificada y aún no termine de arrancar su producción ha llevado a los
grupos opositores a pensar que puede tratarse de una tapadera, máxime
cuando además está prohibido su sobrevuelo. Sospechas no confirmadas
apuntan a que la instalación, con fácil acceso al río Orinoco, podría
servir como lugar de carga del uranio que Irán pudiera estar obteniendo
en el vecino estado de Bolívar, en una concesión para la supuesta
extracción de oro.
Esta mina, igualmente sin permiso de sobrevuelo, se encuentra en una
de las áreas más ricas en uranio. Aunque la zona también cuenta con
yacimientos de oro, curiosamente la empresa pública iraní que la
explota, Impasco, no aparece en la relación de compañías que extraen oro
en Venezuela. Impasco, además de ocuparse de diversos minerales, está
vinculada al programa nuclear iraní.
Precisamente determinar dónde se encuentran los puntos más eficientes
para la obtención de uranio fue tarea de los técnicos iraníes que en
2007 realizaron un estudio geológico para el Instituto de Industria y
Minas (Ingeomin). El estudio fue presentado luego por Chávez ante la
OIEA para explicar su proyecto de erigir una planta nuclear propia, cuya
construcción se encargó a la misma compañía rusa que levantó la central
iraní de Bushehr. Otra de las zonas con potencial de uranio es el Baúl,
en el Estado de Cojedes.
Similar falta de normal actividad para lo que sería su producción
declarada es la fábrica de tractores Venirán. Supuestamente el
ensamblaje de piezas traídas de Irán permitiría sacar de la cadena de
montaje cerca de 3.000 tractores al año, según los datos oficiales. Pero
el escaso número de trabajadores y las especiales medidas de seguridad
hacen pensar en otro uso. Con doble valla de seguridad, el exterior está
custodiado por la guardia nacional venezolana. Parte de su interior
solo es accesible a personal iranía. En 2008 un total de 22 contenedores
que partían de Irán y se dirigían a la fábrica de tractores fueron
interceptados en Turquía: se trataba de material químico supuestamente
para la fabricación de explosivos.
ABC
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