El bunker estaría diseñado para superar cualquier fenómeno climático que aqueje la tierra.
El fin del mundo ha sido uno de los temas más tocados del año que
recién pasó y probablemente también lo sea de este, que recién comienza.
Para resolver esta preocupación, se creó una enorme bóveda en el
Ártico, para que sirva de resguardo en caso de un eventual fin del
mundo. El lugar, albergaría tres millones de semillas de todo el mundo,
con el objetivo de preservar la diversidad de especies y asegurar la
alimentación de nuevas generaciones.
Además, el bunker estaría diseñado para superar cualquier fenómeno climático que aqueje la tierra.
Los encargados de llevar a cabo este proyecto son el gobierno de
Noruega y el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos (FMDC), una
ONG que cuenta con el apoyo de la FAO.
La bóveda tiene un costo aproximado de 2.250.000 euros, puestos en su totalidad por Noruega.
A prueba de todo
Con el objetivo de soportar cualquier tipo de inclemencia, este bunker
estaría construido a 130 metros sobre el nivel del mar y tendría 120
metros de túnel profundo. Toda la instalación goza de gran seguridad, ya
que estaría acorazada y cercada por un perímetro enorme de
protecciones.
La ubicación todavía no se habría hecho pública por medidas de
seguridad y tampoco se tienen certezas si es que habrán privilegiados
que tengan la oportunidad de entrar ahí, ya que el gobierno noruego ha
sido extremadamente cauteloso con toda la información que entrega al
respecto.
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