Los "marines" están empleando en Afganistán el helicóptero no tripulado K-MAX para transporte de carga a los puestos avanzados, dirigidos por control remoto mediante un operador y con gran capacidad de carga.
La Armada quiere dar un paso más, evitando tener que disponer de un piloto muy adiestrado para controlar las plataformas aéreas no tripuladas (UAV), desarrollando tecnologías que permitan mayor autonomía tanto en el despegue como en el aterrizaje.
Para ello, ha presentado el programa Sistema autónomo de carga aérea (Autonomous Aerial Cargo Utility System, AACUS), que tendrá una duración de cinco años y un presupuesto de98 millones de dólares, para desarrollar sensores y tecnologías de control para el aterrizaje y el despegue de los UAV, con la finalidad de que los "marines" desplegados en bases avanzadas puedan solicitar un helicóptero no tripulado de transporte para el suministro urgente de medios esenciales para el combate.
A corto plazo, el objetivo del programa es conseguir aterrizajes completamente autónomos en terrenos difíciles, en apoyo de los "marines"; a largo plazo, podría utilizarse, además de su misión de suministro, en evacuación de bajas.
Entre las tecnologías que quiere desarrollar el programa se encuentran sistemas para detectar obstáculos y amenazas y para evitar colisiones, mientras busca zonas no preparadas para aterrizar en cualquier tipo de condiciones atmosféricas, así como la capacidad para realizar aterrizajes autónomos y que puedan funcionar en diferentes tipos de plataformas aéreas, tanto existentes, como nuevas, con la supervisión de un operador que no tenga un adiestramiento específico. Asimismo, el AACUS podrá permitir el despegue y aterrizaje tanto desde el mar como en tierra.
El plazo de presentación de propuestas para participar en el programa finaliza el 22 de febrero y se espera firmar dos contratos en abril.
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