Hace 65 millones de años la colisión de
un asteroide cerca de la Península de Yucatán (México) fue con toda
probabilidad responsable de la extinción de la mitad de todas las
especies animales, incluidos los dinosaurios. La probabilidad de que
otro objeto de tal tamaño colisione en los próximos 10.000 años es de
cerca del 100 %, la cuestión es que no se sabe cuándo. Las misiones
espaciales de desviación de asteroides ya deberían ser posibles con la
tecnología actual, sin embargo éstas todavía no se han adaptado ni
probado para este objetivo. La Unión Europea ha decidido invertir en la
protección del planeta frente a colisiones de objetos cercanos a la
Tierra (Near-Earth Objects o NEO, por su sigla en inglés), tales como
asteroides o cometas, dentro del marco del programa europeo
«NEO-Shield». Un consorcio industrial, con Astrium a la cabeza, será
el encargado de definir el sistema.
Varias organizaciones internacionales se
encargarán de definir los que podrían ser los conceptos básicos en la
protección del planeta frente a objetos cercanos a la Tierra. El
consorcio recibirá una subvención de 4 millones de euros durante los
próximos tres años. El núcleo de la actividad del programa NEO-Shield
consiste en la preparación de una misión de demostración de mitigación.
Uno de los conceptos más prometedores de dicha misión estriba en el
llamado «impactador cinético»: una nave espacial se estrella a una
altísima velocidad contra el asteroide, de forma que éste sufra un
pequeño impulso que trastoque su órbita levemente, pero lo suficiente
como para desviarse de su trayectoria original de colisión. Astrium ya
había estudiado este concepto hace unos cuantos años por encargo de la
Agencia Espacial Europea (ESA), y procederá ahora a su actualización y
elaboración.
El aspecto técnico más crítico del
impactador cinético radica en la orientación, navegación y control de
colisión contra el objeto. El impactador necesita velocidades relativas
superiores a 10 km/s y una precisión espacial con un margen de tan solo
unos pocos metros.Este proyecto supondrá la mayor actividad
internacional del mundo en este campo, con la participación de
instituciones y empresas de toda Europa, Estados Unidos y Rusia.
Astrium se encargará asimismo de
supervisar y coordinar la labor técnica de los socios internacionales,
que se centrarán en otros dos conceptos relacionados con la desviación
de asteroides. El primero está basado en la interacción gravitatoria
entre un asteroide y una nave espacial. La atracción gravitatoria de una
nave espacial llamada «tractor gravitatorio» en las inmediaciones de un
asteroide durante un largo periodo de tiempo causaría el cambio de
órbita del asteroide. El concepto de tractor gravitatorio será
investigado por el Instituto Carl Sagan, de Palo Alto (California), que
también lleva a cabo trabajos similares para la NASA. El concepto
alternativo a este sería la deflexión (en vez de la destrucción)
mediante una explosión cercana a la superficie del asteroide. Este
concepto, denominado «deflexión por onda expansiva» será investigado por
el TsNIImash, una institución rusa que también trabaja para la agencia
espacial rusa Roskosmos.
El trabajo del programa NEO-Shield será
coordinado desde el Instituto de Planetología de Berlín (DLR). Por lo
que respecta a Astrium, este proyecto multisitio involucrará a expertos
en Friedrichshafen (Alemania), Stevenage (Reino Unido), Toulouse
(Francia), Les Mureaux (Francia) y Bremen (Alemania). Astrium, compañía
líder de la industria espacial europea, se hará cargo de la mitad de la
investigación y del esfuerzo de desarrollo.
Colisión de un objeto contra la Tierra: más que una pesadilla imposible
Importantes colisiones de asteroides
han tenido ya lugar a menudo en el pasado. Entre ellas se encuentra la
devastación a escala regional que en Tunguska, ocurrido hace 100 años,
causó un objeto de tan solo unas pocas decenas de metros de diámetro,
pero con la energía de 1000 bombas de Hiroshima.
Hace 65 millones de años, otro asteroide
colisionó cerca de la Península de Yucatán (México) y con toda
probabilidad fue responsable de la extinción de la mitad de todas las
especies animales, incluidos los dinosaurios. De los miles de asteroides
ya identificados que cruzan la trayectoria de la Tierra, no se espera
que ninguno choque con nuestro planeta en los próximos 100 años. Sin
embargo, solo podemos ver una fracción del total real de objetos
cercanos a la Tierra.
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