El Lockheed Martin F-35 Lightning II es un caza 
polivalente monoplaza con capacidad furtiva, que actualmente está en 
fase de desarrollo. Es el proyecto de defensa más costoso en la 
historia. El inflado presupuesto y múltiples problemas técnicos 
revelados durante pruebas han generado críticas al proyecto.   
              
Fabricante: Lockheed Martin Aeronautics, apoyado por BAE Systems y Northrop Grumman como socios principales. 
Misiones: Ataque a tierra, reconocimiento y defensa aérea con capacidad furtiva.
Generación: Declarada quinta, aunque varios críticos la sitúan en '4+'.
Variantes: El F-35A para despegue y aterrizaje 
convencional, el F-35B capaz de realizar despegues cortos y aterrizajes 
verticales, y el F-35C que es una variante naval capaz de operar en 
portaaviones. 
Financiación: Principalmente por Estados Unidos, 
apoyado por el Reino Unido y otros gobiernos socios (Australia, Canadá, 
Dinamarca, Países Bajos, Italia, Noruega y Turquía) que aportan fondos 
adicionales.
Primer vuelo: 15 de diciembre de 2006.
Construidos: 115 aviones.
Coste unitario: 150-200 millones de dólares.
Estados Unidos tiene intención de adquirir un total de 2.443 aviones 
F-35 por un valor estimado en 323.000 millones de dólares, que lo hace 
el programa de defensa más caro de la historia.
Rendimiento: 
• Velocidad máxima operativa: Mach 1,8.
• Alcance: 2.220 km con combustible interno
• Radio de acción: 1.090 km con combustible interno
• Techo de servicio: 18.288 m
• Límite de fuerzas soportadas: 9 G
• Alcance: 2.220 km con combustible interno
• Radio de acción: 1.090 km con combustible interno
• Techo de servicio: 18.288 m
• Límite de fuerzas soportadas: 9 G
Armamento:
• Cañones: 1 cañón de 4 tubos rotativos de calibre 25 mm, montado internamente con 180 proyectiles
• Bombas de propósito general, bombas de racimo, bombas guiadas y bombas nucleares
• Misiles aire-aire de corto, medio y largo alcance; misiles aire-tierra de crucero, misiles antitanque y antibuque.
Defectos hallados en distintos sistemas del avión durante los meses de pruebas  
El Pentágono encontró deficiencias especialmente en tres sistemas del 'software'.
 Uno de ellos supervisa las funciones básicas del avión de combate, como
 el uso de radar, la identificación de amigos o enemigos y el marcador 
de objetivos electro-óptico.
En otro falta una solución para fusionar la información de los sensores internos y externos y evitar las falsas alarmas. 
A eso se suma el sistema automático de información logística (ALIS, 
por sus siglas en inglés), que es la columna vertebral del F-35.
Según un reciente informe sobre las pruebas realizadas, este sistema 
"está atrasado" y no está a la altura de los cambios introducidos en el 
diseño durante las pruebas. 
Durante las primeras pruebas del caza se revelaron defectos en los 
depósitos de combustible. Después de reemplazarlos se ha descubierto 
recientemente que los depósitos sustitutorios exigen herramientas y 
'software' adicionales para su correcto funcionamiento.
El avión tiene protección electrónica contra el impacto de 
relámpagos, pero si despega por segunda vez en un plazo de 12 horas esta
 protección no funciona.
Además, el avión corre el riesgo de explotar si su combustible entra en contacto con el nitrógeno ambiental. 
Los pilotos denunciaron también algunos problemas de control de vuelo
 en ciertos ángulos de ataque. Y esa no fue la única experiencia 
desagradable que tuvieron: el casco,
 diseñado para proporcionarles información crítica durante el vuelo, les
 molestaba a la hora de repeler el ataque de un misil disparado contra 
ellos.
Muchos componentes exigen un mantenimiento técnico mucho más 
frecuente de lo esperado, como por ejemplo los neumáticos del tren de 
aterrizaje, el asiento eyectable, las unidades de visualización del 
casco, la chispa de encendido en los motores de la turbina y los 
sistemas de generación de oxígeno, entre otros. Todo ello incrementa 
enormemente los gastos.
                            






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