El
 submarino nuclear estratégico ‘Yuri Dolgoruki’, que debe incorporarse 
próximamente a los arsenales del Ejército ruso, podrá sustituir 
temporalmente al submarino ‘Ekaterimburgo’, afectado por un  incendio 
durante trabajos de reparación en diciembre pasado.
Así lo afirman los expertos, aunque los principales problemas de las 
Fuerzas Nucleares Estratégicas de Rusia quedarán pendientes. El ‘Yuri 
Dolgoruki’ es el buque insignia del proyecto 955 Borei con misiles 
Bulavá que está listo para entrar en servicio operacional.
El ‘Alexander Nevski’ continúa la serie de buques clase Borei que 
inició pruebas marítimas en otoño de 2011. El tercer portamisiles del 
proyecto, ‘Vladímir Monomaj’, está en los astilleros. Además, continúan 
los trabajos de desarrollo del cuarto submarino de clase Borei ‘San 
Nicolás’ que no ha sido fletado todavía.
A partir del cuarto buque, los astilleros construirán la versión 
modernizada de estos navíos, el proyecto llamado 995U. Según la 
información disponible, los primeros submarinos de esta versión 
modernizada portarán 20 misiles en lugar de 16. Se prevé poner en 
servicio 8 submarinos portamisiles estratégicos del proyecto 955 Borei, 
que portarán en total 128 o 148 misiles balísticos Bulavá.
Estos buques están destinados a reemplazar los sumergibles clase 
667BDR y 667BDRM construidos en la época soviética, que hoy en día 
constituyen el núcleo del componente marítimo de la tríada nuclear de 
Rusia.
A finales de 2011, las Fuerzas Navales Nucleares de Rusia recibieron 
una sorpresa desagradable. El 29 de diciembre, el submarino nuclear 
‘Ekaterimburgo’ se incendió en un dique flotante situado en la región de
 Múrmansk, en el extremo noroeste de Rusia. Según el viceprimer ministro
 ruso, Dmitri Rogozin, que coordina el desarrollo de la industria de 
Defensa, se planea iniciar la reparación del submarino en junio de 2012.
 El buque entrará en servicio en los plazos convenidos.
Pero a pesar de la próxima incorporación a la Armada rusa del 
portamisiles Yuri Dolgoruki, que debe compensar la avería del submarino 
‘Ekaterimburgo’, el proceso de modernización de las Fuerzas Nucleares 
Estratégicas de Rusia deja mucho que desear. Resulta que unas ojivas de 
misiles capaces de alcanzar el territorio de EEUU se retiran del 
servicio antes de que se incorporen otras nuevas a los arsenales de las 
Fuerzas Armadas de Rusia. Esta situación ha obligado a intensificar la 
modernización de las Tropas de Misiles Estratégicos y de las Fuerzas 
Navales Nucleares de Rusia, cuyos resultados ya se pueden observar.
Se ha desarrollado y puesto en servicio el misil balístico 
intercontinental ‘R30 3M30 Bulavá’ (‘RSM-56’, en tratados 
internacionales y ‘SS-NX-30’, según clasificación de la OTAN). Se han 
creado los misiles ‘Yars’ dotados de ojivas de reentrada múltiple y de 
guiado individual destinados a reemplazar a los misiles monobloque 
‘Topol-M’.
Recientemente salió a la luz pública la noticia de que Rusia continúa
 desarrollando nuevos sistemas de misiles estratégicos, incluidos los de
 combustible líquido y de emplazamiento en silos subterráneos.
Hoy por hoy, un 80% de las ojivas nucleares del ámbito terrestre 
están instaladas en los vectores obsoletos estacionados en silos que se 
planea retirar del servicio activo hacia 2017 o 2021. Pero los ritmos de
 incorporación a los arsenales de misiles de nueva generación son más 
lentos. Es posible que hacia las finales de esta década nuevos misiles 
de combustible líquido solo empiecen a entrar en servicio operacional. 
Según varios expertos rusos, llegado el momento Rusia puede no solo 
limitar su arsenal de armas estratégicas ofensivas a 1.550 ojivas 
nucleares estipuladas por el nuevo tratado START, suscrito por EEUU y 
Rusia en 2010 en Praga, sino reducirlo hasta un número entre 1.100 y 
1.300 ojivas para alcanzar después el nivel acordado tras una renovación
 masiva del armamento estratégico.
“Rusia deberá intensificar la producción de nuevos misiles para 
participar en el desarme nuclear”, bromeó un experto militar ruso, 
Vladímir Dvorkin, en un foro internacional celebrado el año pasado. Los 
misiles estratégicos Topol-M, Yars y Bulavá se fabrican en la planta de 
Votkinsk (República de Udmurtia, en el seno de la Federación Rusa) que 
asimismo es productora de misiles tácticos Iskander para las tropas 
terrestres.
Ahora se baraja la posibilidad de incrementar la producción de 
misiles estratégicos o al menos separar la fabricación de los misiles 
para el Ejército de Tierra y para las Fuerzas Nucleares Estratégicas. 
Pero todo esto llevará mucho tiempo, aún en caso de que empiece a 
realizarse de inmediato. Así las cosas, será difícil incrementar la 
producción de los misiles estratégicos de combustible sólido en breve.
En estas condiciones, los submarinos clase 667BDRM equipados con los 
misiles Sinevá serán un elemento importante en el mantenimiento del 
equilibrio estratégico de fuerzas y servirán de apoyo a las Fuerzas 
Nucleares Estratégicas antes de que esta arma concluya su modernización.
 Por eso el incendio en el submarino nuclear ‘Ekaterimburgo’ provocó una
 reacción tan emocional. Rusia ha perdido inesperadamente un 16% de las 
ojivas instaladas en los vectores con base en el mar.







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