Imagino
 al lector informado en general de las presiones iraníes en el 
estratégico Estrecho de Ormuz por el que transita cerca del 40 % del 
tráfico petrolero mundial. Pretendo efectuar aquí unas modestas 
reflexiones sobre lo acontecido. Comenzaremos con unos antecedentes, 
para pasar a continuación a estudiar la credibilidad de las acciones 
iraníes, concluyendo con algunas observaciones sobre la oportunidad de 
desencadenar, precisamente ahora, esta peligrosa iniciativa. El 
"ejercicio" con que Irán ha pretendido materializar sus amenazas 
finalizó ayer.
Antecedentes
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Los ataques fueron efectuados por medio de embarcaciones rápidas armadas con ametralladoras, cohetes e incluso algún RPG-7.
Pero
 los resultados más serios fueron conseguidos por las minas, habiendo 
capturado los norteamericanos a una LST iraní -la Iran Ajr- en plena 
operación de minado en aguas internacionales ( con minas norcoreanas 
tipo M 08 ). Dos petroleros, un buque auxiliar y la fragata Samuel B. 
Roberts sufrieron daños; los de la fragata -análoga a nuestras Santa 
Marías- fueron especialmente graves. El auxiliar resulto hundido.
Hubo
 también un combate naval en abril de 1988 entre fuerzas de superficie 
regulares norteamericanas e iraníes que acabó en un desastre para estas 
últimas con una fragata y un patrullero hundidos y serios daños en otros
 buques.
Todas estas acciones, y especialmente el riesgo de minado del Estrecho, hicieron reaccionar a cinco marinas de guerra europeas que destacaron unidades al teatro de operaciones.
Todas estas acciones, y especialmente el riesgo de minado del Estrecho, hicieron reaccionar a cinco marinas de guerra europeas que destacaron unidades al teatro de operaciones.
Casi
 al final de la guerra irano-iraquí, en julio de 1988, se produjo un 
infortunado incidente en el que el crucero norteamericano Vincennes, en 
plena acción contra embarcaciones iraníes, derribó sobre aguas de Ormuz 
un avión comercial iraní al confundirlo con un F-14, lo que resulto en 
numerosas bajas civiles. Yo estaba por aquellas fechas destinado en 
Washington y presencié las explicaciones norteamericanas a los agregados
 navales OTAN sobre este trágico error. Comprendí entonces lo difícil 
que es actuar ofensivamente en aguas de un estrecho internacional sin 
haber regulado totalmente el tráfico marítimo y aéreo que por él 
transcurre. La situación de la US Navy en aquella ocasión, en relación 
al derecho internacional, no era nada cómoda y su estatus de beligerante
 o no, nada claro.
Credibilidad
La
 marina iraní no es muy efectiva como consecuencia de la tradicional 
desconfianza del régimen de los ayatolás hacia ella lo que ha resultado 
en contar con pocos y simples buques. La conclusión de pasada acciones 
tampoco ayuda mucho. Tres submarinos clase Kilo son las únicas unidades 
de cierta importancia con las que cuenta, si bien las aguas de Ormuz 
poco profundas y con corrientes hacen difíciles sus operaciones en el 
mismo. En sus embocaduras pudieran actuar, pero sus bases y tránsitos 
están muy expuestos ante el total dominio norteamericano.
La
 rama naval de la Guardia Revolucionaria sí que ha recibido, en 
contraste, un apoyo entusiasta del régimen. Cuenta con numerosas 
embarcaciones rápidas con armamento ligero -cohetes, RPG, ametralladoras
 y torpedos ligeros- y algunas con misiles; practica los ataques en 
enjambre, simultáneos y desde diferentes direcciones. También tienen 
bastantes misiles antibuque en tierra sobre plataformas móviles y 
algunos submarinos de bolsillo.
Con
 lo limitado de estos medios se estima que la única posibilidad real de 
los iraníes es atacar al tráfico económico que transite sin protección 
por Ormuz, evitando desgastarse en ataques contra unidades militares. 
Estos ataques pueden llevar muy probablemente al "martirio" a las 
dotaciones de pasdaranes lo cual está dentro de su ideario más querido.
A
 nivel estratégico, sin embargo, el "martirio" es más discutible por, al
 menos, tres razones. La primera, porque Irán depende de una manera 
vital de sus exportaciones de crudo que quedarían naturalmente 
interrumpidas. En segundo lugar, no tiene capacidad significativa de 
refino y depende vitalmente de las gasolinas y demás productos 
destilados que recibe también por vía marítima. Y por último, porque su 
principal cliente es China que vería sus importaciones cortadas por lo 
posiblemente percibido como una imprudencia iraní, lo que a su vez 
podría repercutir en el apoyo logístico militar que le presta.
 Oportunidad
¿Por
 qué se decide Irán a lanzar precisamente ahora este fuerte 
desafío/farol que le puede acarrear tan graves consecuencias? La 
respuesta -hipotética naturalmente- puede encontrarse en la sensación de
 acoso, tanto directo como indirecto, que pueda estar sintiendo el 
régimen de los ayatolas.
Acoso directo con el recrudecimiento de la sanciones ante su cerrazón nuclear.
A corto plazo, EEUU ha respondido a las amenazas iraníes con el tránsito del portaviones Stennis y el crucero Mobile Bay que el 27 de diciembre salieron por Ormuz del Golfo Pérsico, haciendo así poco creíbles las amenazas sobre su cierre. De todos modos, este tránsito estaba justificado por el cese del despliegue norteamericano en Irak y su correspondiente apoyo aéreo, pero claramente les ha servido para responder al farol iraní.
Acoso directo con el recrudecimiento de la sanciones ante su cerrazón nuclear.
A corto plazo, EEUU ha respondido a las amenazas iraníes con el tránsito del portaviones Stennis y el crucero Mobile Bay que el 27 de diciembre salieron por Ormuz del Golfo Pérsico, haciendo así poco creíbles las amenazas sobre su cierre. De todos modos, este tránsito estaba justificado por el cese del despliegue norteamericano en Irak y su correspondiente apoyo aéreo, pero claramente les ha servido para responder al farol iraní.
Como
 medida de respuesta a más largo plazo se ha hecho pública la venta a 
Arabia Saudí de 84 aviones F-15 por unos 30.000 millones de dólares.
Todo
 ello acompañado de la correspondiente declaración pública, por una 
portavoz de la 5ª Flota, de que no se tolerará ningún cierre del 
Estrecho de Ormuz, lo que por otra parte está claramente en consonancia 
con el Derecho Marítimo Internacional que ya desde 1982 ha dejado claro 
el régimen de tránsito de los estrechos utilizados por la navegación 
internacional, lo que no permite ninguna suspensión de la libre 
navegación.
De
 manera indirecta, Irán puede percibir como amenazada su influencia en 
Siria y Líbano -Hizbulá- lo que quizá esté contribuyendo a hacerle 
sentir una sensación de cerco que, a su vez, le haya llevado a 
reaccionar en Ormuz.
Conclusión
Nos
 encontramos muy probablemente ante un peligroso farol iraní que quizá 
no llegue a materializarse voluntariamente pero que puede desencadenar 
represalias violentas norteamericanas en caso de error por alguna de las
 partes involucradas.
Los estrechos marítimos son lugares peligrosos para jugar.
Ángel Tafalla
http://www.revistatenea.es/
*Ángel Tafalla es Almirante. Ex Segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada y
del Mando Marítimo OTAN de Europa Sur
del Mando Marítimo OTAN de Europa Sur








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