Rusia
 inició ayer las pruebas de mar del submarino diésel eléctrico 
Novorossiysk proyecto 636.3. Se trata del primero de los seis 
sumergibles que el Astillero del Almirantazgo de San Petersburgo 
construye para la Flota del mar Negro, escribe Rossiyskaya Gazeta.
Los ensayos se prolongarán durante un mes y se centrarán en comprobar
 el correcto funcionamiento de los sistemas y equipos del nuevo 
submarino, indica el rotativo.
El comandante de la división de submarinos de la Flota del mar Negro,
 Anatoli Várochkin, adelantó recientemente que una vez concluidas las 
pruebas, el Novorossiysk pasará a formar parte de la Armada, algo que 
ocurrirá previsiblemente el año que viene.
El oficial destacó entonces que el nuevo buque sumergible combina a 
la perfección el gran alcance a la hora de detectar objetivos y las 
tecnologías furtivas, recuerda el periódico. Al “camuflarse” en el 
entorno acústico submarino, es capaz de detectar la presencia enemiga a 
distancias tres y hasta cuatro veces superiores al alcance que tienen 
submarinos análogos de otros países.
Está dotado además de avanzados sistemas de control y de navegación 
inercial, lo que le da ventajas frente a submarinos de su misma clase.
Los submarinos diésel eléctricos del proyecto 636 Varshavianka, o 
Improved Kilo en la clasificación de la OTAN, desplazan 3.100 toneladas.
 Su velocidad alcanza 20 nudos, y la profundidad de inmersión, 300 
metros.
La tripulación consta de 52 personas. El armamento incluye seis 
lanzatorpedos de 533 mm y minas.
Militares de OTAN pusieron a este modelo la etiqueta de “agujero negro” por lo difícil que resulta descubrirlo.
© RIA Novosti. Igor Russak









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