El 20 de marzo de 2013 se celebrará en Moscú una conferencia dedicada a los problemas actuales del desarrollo del complejo militar industrial ruso.
Este foro será organizado por la Comisión 
Industrial Militar adjunta al gobierno de la Federación Rusa y 
determinará las perspectivas de la industria militar para los próximos 
años. 
Un balance de intereses entre el ejército y la economía 
Los
 intereses de las Fuerzas Armadas a menudo entran en contradicción con 
las posibilidades de la economía y los intereses de la industria. 
Equipar una unidad militar con armas modernas y mantenerla en las 
condiciones adecuadas suele resultar caro. Además, la industria rusa no 
siempre está en condiciones de fabricar aquello que necesitan los 
militares. Las instituciones militares, a su vez, no desean comprar 
productos obsoletos o ineficaces solo porque eso es lo único que produce
 el potencial industrial existente.
El 
crecimiento de los gastos en el marco del programa estatal de armamentos
 para los años 2011-2020, que se incrementará a treinta billones de 
rublos, no resuelve por si mismo este problema. La recuperación y 
modernización del potencial defensivo es una tarea que debe resolverse 
por medio de un programa federal dirigido, en el marco del cual el 
Complejo Industrial Militar (CIM) recibirá tres billones de rublos. 
Estos recursos no solo permitirán organizar la producción de armas 
modernas, sino que garantizarán al CIM alcanzar un desarrollo 
suficiente. El programa permitirá a este complejo defensivo ganar su 
dinero de modo independiente, produciendo, entre otras cosas, productos 
de uso civil con demanda entre la población. Solo un desarrollo así 
permitirá al CIM tener suficiente grado de independencia y capacidad de 
existencia sin las emergencias anuales que demandan el rescate de tal o 
cual empresa de la quiebra. 
Búsqueda de soluciones
La
 tarea primordial de la Comisión Industrial Militar en estos momentos 
consiste en la búsqueda de un consenso entre los militares y la 
industria militar. Hasta ahora, para muchos representantes de la 
industria el único modelo aceptable es el “soviético”. Entonces, la voz y
 voto de los militares en la creación de los programas industriales, se 
reducía más bien a la coordinación. A consecuencia de esto, surgieron 
peligrosos desajustes en la redacción de los programas de armamentos. El
 problema más grave de las Fuerzas Armadas, en cierto sentido sin 
resolver todavía, consiste en la diferencia de calidades y tipos de los 
productos ofrecidos como armamento. La Industria Militar soviética 
generó una gran cantidad de sistemas poco compatibles entre sí. Mientras
 tanto, a la OTAN por lo general le bastaban dos o tres unidades con 
sistemas unificados para sistemas de lanzamiento o plataformas basicas. 
Podemos ejemplificar esto con la fabricación al unísono de los tanques 
T-64, T-72 y T-80, los submarinos de finalidad múltiple de lso proyectos
 671PTM (Schuka), 942 (Barracuda) y 971 (Schuka-B), así como múltiples 
sistemas de misiles con finalidades y características técnico-tácticas 
cruzadas.
Este problema continúa vigente en 
nuestros días. Rusia construye al unísono helicópteros de combate Mi-28 y
 Ka-52, modelos semejantes por sus posibilidades y funciones. Y si 
varios años atrás se suponía que el Ka-52 estaría destinado al 
cumplimiento de misiones especiales y apoyo de las unidades de 
infantería de marina, en la actualidad ambos helicópteros son equipos de
 línea de la aviación de combate.
La Comisión
 Industrial Militar deberá eliminar estos inconvenientes y proponer un 
plan de largo plazo de los objetivos de la Industria Militar, teniendo 
en cuenta las necesidades de las Fuerzas Armadas. Hay grandes esperanzas
 depositadas en la Conferencia del próximo 20 de marzo. De cuál sea el 
rumbo que tome el CIM en los próximos años dependerán muchas cosas.
fs/kg/sn







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