lunes, 17 de marzo de 2014

El futuro portaaviones del Brasil

 


 
El portaviones São Paulo (A-12) fue  adquirido en Francia y entró al servicio con la Marina de Brasil a finales del año 2000, reemplazando al veterano Minas Gerais (A-12), un buque de la Segunda Guerra Mundial reformado en Europa en la posguerra antes de ser incorporado a la escuadra en 1961. Dos años después, en julio de 1963, su futuro substituto, el entonces Foch, entraba en servicio con Marina de Francia.

Para organizar el ala aérea embarcada del  São Paulo, la Marina de Brasil adquirió 23 aviones de combate A4K/KU Skyhawk de Kuwait, y 36 aviadores navales de ala fija fueron capacitados en la Fuerza Aérea Brasileira (FAB) y en la Armada estadounidense (US Navy). Surgía el Escuadrón VF-1.

 
Un resumen bien sucinto de 14 años de operación del navío, los últimos no fueron libres de problemas como incendios, explosiones y bajas en la tripulación, durante un largo y atribulado período de mantenimiento general (PMG) iniciado en 2005.

A pesar de su baja disponibilidad actual, causada por problemas con los generadores principales de bordo, el São Paulo deberá continuar en los planes de la Marina de Brasil por lo menos 15 años más, período en que su cubierta de vuelo deberá recibir “nuevas” aeronaves que actualmente están siendo modernizadas, doce aviones de combate AF-1 Falcão y turbohélices bimotores COD/AEW del modelo Tracker/Tracer remotorizados.

 
El ala aérea del portaviones se completará con helicópteros Sirkosky MH-16 Sea Hawk y Airbus EC725 (antisubmarino y antisuperfície) actualmente en proceso de entrega. Se espera que el buque adquiera la capacidad de lanzar y recoger sus aviones en la noche, recibiendo para eso nuevos sistemas electrónicos y sensores de fabricación brasilera.


 
Nuevo portaviones

Segundo recientes declaraciones del ministro de Defesa, Celso Amorim, Brasil planea la construcción de un nuevo portaviones en un plazo de 15 años, los estudios hacen parte parte del Programa de Modernización de la Marina (PRM) 2006-2025.

Y la razón para alargar la vida del portaaviones São Paulo, invirtiéndose en un costoso y demorado mantenimiento y actualización, tiene mucho que ver con el hecho de que la Escuadra no dispone, en la actualidad, de las condiciones para ejecutar dos proyectos de esta magnitud, comparando el ProNae junto al ProSub en términos financieros (presupuesto), industrial y de personal (ingeniería) para la construcción de nuevos elementos.

En pocas palabras, la Marina precisa concluir su programa de submarino nuclear, poniendo los cuatro Scorpenne convencionales y el SBN en servicio en la base de submarinos y astillero en Itaguaí, para, a continuación, volcar sus esfuerzos en la obtención de un nuevo portaaviones, algo previsto para 2025, aproximadamente.

Se trata de un pragmatismo de planificación absolutamente consciente frente las dificultades impuestas por impuestas por presupuestos insuficientes y, además, expuestos a cortes y contingencias por el Gobierno Federal.

El futuro

La Marina de Brasil desea un nuevo portaviones convencional que desplace entre 30 mil a 60 mil toneladas, siendo capaz de operar hasta 40 aeronaves entre aviones y helicópteros, y preparado para actuar como Centro de Comando y Controle en múltiples misiones, además de su papel natural como nave insignia de la escuadra y vector de proyección de poder.

Los estudios actualmente en curso apuntan a la necesidad de la industria brasileira a asociarse con un país que ya posea la tecnología necesaria para construir ese tipo de navío, en  un programa con transferencia de tecnología y calificación de mano de obra a medio plazo.

Las dos opciones del proyecto que a la Marina del Brasil estudia son de un portaviones convencional clásico y más pesado, de cubierta angulada con lanzamiento/recuperación por catapulta y aparejo de parada, como la propuesta PA2 presentada por la francesa DCNS (un Charles de Gaulle de propulsión convencional), y, un portaviones de rampa Sky-Jump y más leve, como el Cavour de la Marina italiana, construido por Fincantieri.

Existen también propuestas de astilleros británicos y rusos para la construcción conjunta de un portaviones para el Brasil. El fabricante de aeronaves de combate Saab, vencedor del Programa FX-2 de la Fuerza Aérea Brasileira con el caza Gripen NG, ofrece el desarrollo conjunto del Sea Gripen, versión navalizada del avión y destinada a substituir los AF-1 modernizados a partir de 2026/28, operando con sky-jump del futuro navío.

Foto: Marinha do Brasil
Infodefensa.com 
Roberto Caiafa

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