Por encargo del Pentágono el Center for Strategic and International Studies (CSIS) ha elaborado un estudio titulado Sustaining the US Lead in Unmanned Systems. Military and Homeland Considerations through 2025 que analiza las perspectivas que se plantean para mantener el liderazgo norteamericano en estos sistemas en 2025.
La tesis planteada es que el liderazgo norteamericano en el empleo y 
desarrollo de tecnologías de sistemas no tripulados está en riesgo y que
 hay que actuar para mantenerlo. Para ello se presentan una serie de 
recomendaciones que parten de dos premisas de partida: por un lado la 
legislación y normativa debe mantenerse o modificarse lo menos posible, y
 el nivel de inversiones debe permanecer adecuado a un escenario futuro 
que es más restrictivo del que se ha disfrutado en los Estados Unidos en las últimas dos décadas.
El supuesto declive de la supremacía norteamericana viene de la mano 
de dos factores que están ligados entre sí. En primer lugar el repliegue
 de Afganistán que puede hacer perder el interés 
militar por explorar nuevas posibilidades para estos sistemas. En 
segundo lugar, y relacionado con el anterior, desde el punto de vista 
financiero las reducciones presupuestarias afectarán de forma especial a
 unos sistemas cuyas adquisiciones han estado ligadas fuertemente a las 
necesidades derivadas de los escenarios operativos.
El repliegue de Afganistán se produce cuando la integración de 
sistemas no tripulados en los conceptos de empleo no está 
suficientemente consolidada y puede perderse la experiencia obtenida si 
no se plantean estrategias globales ligadas al desarrollo de conceptos y
 la experimentación.
El inventario de sistemas en las Fuerzas Armadas
 norteamericanas, unos 11.000 en total, parece haber satisfecho las 
necesidades militares de tal forma que las fuerzas norteamericanas 
corren el riesgo de acomodarse en su posición actual. Otros países, que 
han realizado menores esfuerzos en el pasado, pueden sacar ventaja 
comparativa.
Los conceptos de operación que integren sistemas tripulados y no 
tripulados deberán potenciarse. En este sentido, como ejemplo, se 
menciona el caso de integrar los sistemas de transmisión de datos entre 
helicópteros Apache y UAS RQ7B Shadow, y de estos con 
unidades de superficie.
Una necesidad de interacción que otros países 
también han extraído como lección aprendida de las operaciones en 
Afganistán. En el caso de los sistemas terrestres (UGS) el fracaso del programa FCS
 ha retrasado su implantación y han sido los perdedores en un programa 
que, en origen, era excesivamente ambicioso y no sólo por la necesidad 
de desarrollar sistemas no tripulados de forma extendida. 
Por su parte 
la Armada está más interesada en el desarrollo de sistemas submarinos (UUVs)
 que pueden representar una tecnología disruptiva pero que, al mismo 
tiempo, presentan el riesgo de hacer perder la ventaja de las fuerzas 
navales convencionales frente a amenazas asimétricas.
Como recomendación el informe plantea el desarrollo de una campaña 
institucional interna para promover el uso de sistemas no tripulados y 
sus ventajas en todos los niveles de mando. La difusión de las 
experiencias obtenidas en combate, por aquellos mandos que han vivido en
 la realidad las ventajas de su empleo, deben ser aprovechadas a pesar 
de que en el futuro inmediato pueda haber una menor presencia exterior y
 la demanda operativa disminuya.
El informe no cuestiona el importante potencial de desarrollo 
tecnológico, subrayando sobre todo las aplicaciones en el mercado civil.
 Lo que se pone en duda es la ratio coste-eficacia de unos sistemas que 
se encarecerán progresivamente y que pueden perder las ventajas de 
costes sobre los tripulados, especialmente en los sistemas aéreos tipo MALE/HALE
 que, además, encontrarán cada vez más dificultades de operación en 
ambientes congestionados. 
Para evitar esta desventaja se plantea la 
necesidad de fomentar el desarrollo de tecnologías software y 
de equipos de misión que puedan integrarse en las plataformas 
existentes. Por el contrario, en sistemas pequeños, se plantea el 
extremo opuesto, sistemas que sean cada vez más desechables por lo que 
sus costes deben mantenerse en unos márgenes razonables.
Quizás los aspectos más interesantes son los que se plantean desde el
 punto de vista orgánico. Por un lado, un factor ralentizador de la 
ventaja obtenida es la excesiva competitividad entre Ejércitos y que 
puede hacer perder de vista la unidad de criterio en unos sistemas 
estratégicos. 
El debate por controlar las plataformas debe abandonarse 
para pasar a la integración de los sistemas en los procedimientos de 
combate, sobre todo en el dominio ISR, dónde se reclama
 una mayor participación de la comunidad de inteligencia. 
Desde el punto
 de vista de la organización se menciona que el Pentágono no cuenta con un institutional champion en materia de sistemas y tecnologías no tripuladas. 
La oficina de programa JSF
 está dirigida por un general de tres estrellas mientras que los UAS 
están siendo impulsados por niveles inferiores. Según el informe, a 
pesar de los avances producidos desde que en 2003 se iniciara la 
elaboración de planes específicos, todavía hay una excesiva tensión 
entre organismos debido a una dirección estratégica que se juzga como 
demasiado débil.
Desde ese punto de vista el informe recomienda establecer una oficina
 específica, que coordine, integre, planifique y gestione todas las 
actividades realizadas en el Pentágono sobre tecnologías y sistema unmanned. 
Esta oficina debe jugar un papel esencial en la coordinación entre las 
comunidades operativa, científica e industrial. Una de sus misiones 
fundamentales será la de prestar colaboración al Estado Mayor Conjunto en materia de adiestramiento y desarrollo de conceptos y experimentación.
En definitiva, en un marco con menor demanda operativa en el exterior
 y restrictivo desde el punto de vista financiero se plantean medidas 
relacionadas con el desarrollo de procedimientos de empleo, desarrollo 
de tecnologías con costes asumibles y el establecimiento de estructuras 
que canalicen los esfuerzos y permitan aprovechar al máximo los recursos
 disponibles.
(Infodefensa.com) Por Carlos Calvo González-Reguera
CARLOS CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL es Coronel de Infantería DEM
Infodefensa.com












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