El presupuesto militar chino es el segundo en el
mundo después del de EE.UU. ¿Qué armas chinas deberían causar más
preocupación en el Pentágono? La revista 'The National Interest'
seleccionó cinco de ellas.
China, un gigante en pleno auge económico, tecnológico y militar,
desarrolla una amplia variedad de nuevas armas, pero cinco de ellas
realmente deberían alarmar al Ejército de Washington, apunta en su
reciente artículo la revista estadounidense ' The National Interest '.
En su proyección de fuerza hacia los mares que la rodean y para apoyar sus reivindicaciones territoriales ,
China reconoce la probabilidad de un conflicto armado con Estados
Unidos, por lo cual invierte recursos en el desarrollo de armas
'especificas' destinadas a atacar a fuerzas estadounidenses, cinco de las cuales representan un particular peligro para el Ejército de EE.UU., sugiere el analista Kyle Mizokami.
Misiles balísticos antibuque DF-21D
El arma más peligrosa para las fuerzas estadounidenses en la región asiática del Pacífico es el misil balístico antibuque Dong Feng-21D ,
que ya merecido el apodo de 'asesino de portaaviones'. El DF-21D es un
misil balístico de medio alcance diseñado específicamente para atacar a
los portaaviones estadounidenses burlando la defensa de la Armada
norteamericana para atacar los buques desde arriba a una velocidad
hipersónica.
El DF-21D es un sistema terrestre con un alcance estimado de hasta
1.500 kilómetros.
Una vez lanzado, el cohete portador 'suelta' un misil
de reentrada múltiple capaz de alcanzar una velocidad de hasta 10-12
Mach.
La velocidad y energía cinética resultante, por no hablar de la carga
útil del vehículo de reentrada, causarían graves daños incluso a los
buques de guerra más grandes. Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero se
cree que el impacto directo de un DF-21D podría poner un portaaviones
fuera de combate, o incluso hundirlo.
Montado sobre un transportador de ruedas y lanzador, el DF-21D sería un
todoterreno móvil y por lo tanto sería muy difícil localizarlo antes del
lanzamiento. La velocidad hipersónica del vehículo de reentrada haría
difícil, pero no imposible, derribarlo.
Avión de combate furtivo Chengdu J-20
El primer caza de quinta generación chino, el J-20, es un pesado
caza multifuncional bimotor actualmente en la fase de prototipos. La
misión de los J-20 aún se desconoce, pero el robusto diseño de la
aeronave parece apoyar la idea de que actuaría en varias misiones. El
avión promete tener una gran autonomía, ser rápido y sigiloso para los
radares enemigos.
Se especula que el avión estaría dotado de un radar AESA. Dos grandes
depósitos internos para armas podrían albergar una amplia gama de
misiles aire-aire, aire-tierra y antibuque.
La función más obvia del J-20 es la de caza de superioridad aérea .
La gran autonomía del J-20 significa que la aeronave podría operar
lejos de las costas de China, interceptando aviones de combate
estadounidenses, cazabombarderos F/A-18 y bombarderos B-1 y B-2.
Como
caza de largo alcance, el J-20 también podría patrullar territorios en
disputa, en particular en apoyo de la recientemente declarada zona de identificación de defensa aérea de China en el mar de la China Oriental.
China también podría utilizar los J-20 para atacar aviones de apoyo
estadounidenses, como aviones de alerta temprana y aviones de
reabastecimiento en vuelo.
Otra posible función de la invisibilidad para los radares del J-20 sería
atacar naves y bases de Estados Unidos en la región de Asia-Pacífico.
Grupos de aviones J-20 dotados de misiles de ataque a tierra podrían
preceder un ataque con misiles balísticos y neutralizar las baterías
estadounidenses de misiles tierra-aire, bases aéreas y radares para
abrir paso a ataques con misiles balísticos.
Armamento antisatélite
Durante décadas, los 'activos' militares estadounidenses en
el espacio han dado al Pentágono una ventaja considerable en el campo de
batalla. Los satélites son esenciales para la estrategia bélica
estadounidense. Esto es especialmente cierto en la región Asia-Pacífico,
donde las distancias desde el territorio continental de Estados Unidos
se miden en miles de kilómetros.
China tiene al menos un arma operativa, el misil SC-19 .
Un derivado del DF-21, el misil balístico SC-19 está equipado con el
KT-2, una ojiva de acción cinética, es decir, de impacto directo.
Una vez lanzado al espacio, el KT-2 es guiado hacia su objetivo por
sensores infrarrojos. El KT-2 no tiene una cabeza explosiva pero
destruye satélites enemigos con impacto directo.
En 2007, un KT-2 golpeó y destruyó un satélite chino fuera de servicio.
En mayo de 2013 China puso en marcha lo que describió como un "cohete
sonda" para llevar experimentos a gran altitud. La inteligencia de
EE.UU. está segura de que aquello fue en realidad una prueba del
SC-19/KT-2. Se cree que el SC-19 es capaz de alcanzar la órbita
terrestre media, representando un peligro para los satélites de
navegación GPS estadounidenses.
Con la pérdida de inteligencia, comunicaciones y navegación satélites,
EE.UU. tendría difícil llevar a cabo misiones de reconocimiento sobre
China.
El uso de armas antisatélites también podría interferir en la
navegación aérea, terrestre y marítima, entorpecer la comunicación y
prevenir el uso de armas guiadas por GPS.
Buque de asalto anfibio-portahelicópteros tipo 071
La capacidad de China para desembarcar sus tropas en archipiélagos en disputa como los de Diaouyu podría envalentonar a los dirigentes chinos, algo que teme Estados Unidos.
China cuenta con tres buques de asalto anfibio tipo 071
el Kunlunshan, el Jinggangshan y el Changbaishan. Los tres buques son
considerados por observadores navales occidentales como los "caimanes
navales" de China: son buques proyectados para transportar y desembarcar
a infantes de Marina en costas hostiles.
Cada buque desplaza 20.000 toneladas y mide cerca de 213 metros de
largo. Los buques clase 071 pueden transportar hasta un batallón de
infantes de Marina: de 400 a 800 soldados y hasta 18 vehículos
blindados.
Las naves tienen una cubierta de vuelo capaz de operar simultáneamente
dos helicópteros de transporte de tropas, y pueden almacenar otros
cuatro en un gran hangar. Los barcos también pueden portar y lanzar
vehículos anfibios y cuatro aerodeslizadores de transporte de tropas.
Las tres naves forman parte de la Flota del Mar Oriental de China, donde
pueden ser utilizadas para intimidar o invadir Taiwán. Sin embargo, al
igual que en las Armadas occidentales, China acepta su uso en otras
misiones como naves de mando y control, de socorro y de asistencia
humanitaria.
Operaciones cibernéticas ofensivas
El Ejército Popular de Liberación cree que establecer su
"superioridad electrónica" desde el principio es fundamental para tener
éxito en un futuro conflicto armado. De las cinco armas chinas que
Estados Unidos más teme, la más enigmática es la capacidad de China para
llevar a cabo operaciones cibernéticas ofensivas.
Las operaciones cibernéticas ofensivas incluyen un amplio espectro
de actividades, desde operaciones psicológicas hasta la destrucción de
equipos e infraestructura enemigos.
El objetivo y la esencia de la guerra electrónica han sido bien definidos por
el miembro de la Academia de Ingeniería de China, rector de la
Universidad de Tecnología Informática y general mayor del Ejército chino
Wu Xing Jiang: "Este tipo de confrontación (…) perjudica principalmente
a la infraestructura de telecomunicaciones y a varios sistemas
informáticos, y solo después afecta al mundo real, produciendo agitación
y disturbios.
Por ejemplo, se trata de desorganizar el sistema
financiero, el de transporte y el de energía, lo cual repercute
directamente en el potencial militar del país e influye en el curso de
una guerra".
"Y, por último, no hay que olvidar que las guerras modernas son guerras
de tecnologías informáticas, de armas de precisión. Mediante una
ciberguerra se podría disminuir la precisión de este tipo de armas",
afirmó el especialista en una extensa entrevista concedida al semanario
local 'Oriental Outlook'.
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