El Ministerio de Defensa está
 preparando un nuevo paquete de programas militares por valor de unos 
10.000 millones de euros. Las razones esgrimidas por el Departamento: la
 necesidad de renovar sistemas de armas a punto de acabar su vida 
operativa, como fragatas, blindados o aviones cisterna, y la 
conveniencia de reestructurar la industria militar, informa el diario El País.
Entre los nuevos proyectos, que Densa califica de “tractores tecnológicos”, están la fragata F-110, el blindado 8x8 o los drones.
La F-110 es el principal proyecto, tanto por su coste 
económico como por su innovación tecnológica. Se trata de la 
construcción de cinco fragatas dirigidas a sustituir a las F-80 de la clase Santa María
 durante la próxima década. El precio por unidad se estima en unos 800 
millones, es decir, 4.000 millones, a los que hay que añadir otros 1.000
 para sostenimiento del ciclo de vida. En el presupuesto de Industria 
para 2014 ya hay una partida de 37 millones.
Los buques los construirá Navantia y el sistema de 
combate, al igual que en las F-100, será el Aegis de Lockheed Martin. 
Pero Defensa quiere una mayor participación de la industria española en 
el sistema de defensa de área y una nacionalización de la defensa de 
punto, que se adjudicaría por separado. Según recoge El País, este último contrato debe servir para dar entrada a empresas españolas como Indra, Navantia Sistemas o Sener, e incluso a la compañía europea MBDA.
Defensa vería con buenos ojos la formación de un grupo español de 
electrónica militar, pero no se pronuncia sobre la fórmula jurídica del 
adjudicatario del contrato y solo subraya que debe ser un “interlocutor 
único” con un vínculo asociativo “muy sólido” si reúne a varias 
empresas.
Respecto a los 8x8, el Ministerio prevé tener listo el proyecto en 
dos años y adjudicar el contrato en 2017. De hecho, Industria ya recoge 
en sus presupuestos para 2015 una partida de 41 millones para este 
programa. 
La primera fase incluirá entre 350 y 400 vehículos, con un 
coste de 1.000 a 1.500 millones, y en opinión de Defensa no merece la 
pena diseñar un producto de nueva planta, ya que la serie es muy corta y
 hay muchos modelos de 8x8 en el mercado. Se trataría entonces de elegir
 una plataforma extranjera y nacionalizar sus sistemas de 
comunicaciones, sensores y guerra electrónica. 
Drones y aviones cisterna
Otro de los programas previstos por Defensa es el de aviones no 
tripulados (UAV) o drones. En concreto, está previsto adquirir cuatro 
UAV y dos estaciones terrestres de control. En principio, se trata de 
aparatos no armados, dedicados a vigilancia y reconocimiento 
operacional, con más de 40 horas de autonomía. Su coste oscila entre 200
 y 300 millones. 
Los beneficios para la industria nacional serán muy 
limitados, ya que se quieren adquirir en 2016 y no hay ningún modelo 
europeo en el mercado. El Ejército del Aire se inclina por el MQ-9 Reaper estadounidense o el Super Heron israelí.
El Ejército del Aire también necesita tres aviones de reabastecimiento en vuelo para sustituir a los Boeing-707. El candidato indiscutible es el A330-MRTT, que se fabrica en la planta sevillana de Airbus, con un coste que supera los 200 millones. 
Sobre este tema, el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argülles, indicó en la presentación de los presupuestos, que se estaba hablando con el grupo europeo para ver la posibilidad de cambiar A400M por MRTT.
Por último, aunque no sea un programa nuevo, también habría que incluir al S-80 en
 este nuevo paquete porque requiere una refinanciación debido a los 
problemas de sobrepeso surgidos en el diseño inicial.
El primer 
submarino no se entregará  hasta 2018 y solo la primera unidad agotará 
el presupuesto total del programa, 2.135 millones, por lo que habrá que 
decidir si finalmente se construyen tres submarinos más y cuánto se 
pagará de sobrecoste.
Infodefensa.com











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